112/02(02/04/11) Pasable cinta dedicada al submundo de las apuestas. Pretende ser un retrato de todo lo malo que lleva este mundo y para ello el regular realizador Mar Rydell realiza un film coral donde se entremezclan tres historias, una la de dos amigos, Augie (Jay Mohr) y Murph (Grant Sullivan), matones a sueldo de Victor (correcto Tim Roth), se dedican a hacer cobrar a base de palizas a los morosos que se han endeudado con él, otra es la de una escritora ludópata, Carolyn (inane Kim Bassinger), que se ha pulido el dinero de su familia sin que ellos lo sepan y conoce a Walter (Danny DeVito, también productor del film), un mago venido a menos en el que encuentra un hilo de esperanza, la tercera tiene que ver con dos hermanos, uno de ellos es un fontanero, Clyde Snow (sobreactuado Forest Whitaker) tan aficionado a las apuestas deportivas como a perderlas, su hermano, Godfrey (Nick Cannon) es una joven estrella de instituto que es embaucada por Clyde para amañar partidos. La cinta es un ir y venir de tópicos, con personajes arquetípicos, todo huele a usado, no hay pizca de originalidad, todo en ella es superficial, su previsibilidad solo está a la altura de su poco interés. La cinta nos habla, como siempre que tratan el mundo del juego, de los sueños, de lo que haré cuando triunfe pero es tratado de modo trivial, no tiene poder de emoción, te da igual lo que les pase a sus personajes. Lo peor de todo es que su excelente reparto está más desaprovechado que Pamela Anderson en una fiesta de Ricky Martin. Fuerza y honor!!!