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España España · almeria
Voto de TOM REGAN:
7
Acción. Drama Una banda de campesinos secuestra a la hija del magistrado de la aldea, con la esperanza de poder chantajearlo. Se encierran en un molino reclamando mejores condiciones para la vida de los campesinos y obtener una reducción de impuestos. Sakon Shiba, un samurái vagabundo, se gana su confianza y los ayuda en su misión. Pronto se alían con él Sakura y Kikyo, dos otros samuráis. Empieza una lucha encarnizada en la que tendrán que hacer ... [+]
18 de mayo de 2023
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127/10(11/05/23) Buen film chambara fue el debut en cine de Hideo Gosha, producción japonesa que es una precuela de la epónima serie de tv de 1963, exitosa en el país del Sol Naciente, con los mismos actores principales, Tetsuro Tamba, Isamu Nagato y Mikijirō Hira. Gosha en el seno de la compañía Fuji TV creó y realizó una serie, "Sanbiki no Samurai", tan exitosa que la Shochiku deseó trasladarla a la gran pantalla a pesar de la negativa de algunos (la gente de las productoras de cine no veían con buenos ojos a los que trabajaban en la televisión). La película trata sobre un ronin errante que se ve involucrado con otros dos samuráis que son contratados para ejecutar a una banda de campesinos que han secuestrado a la hija de un magistrado corrupto. Durante los años sesenta en Japón se vivió una verdadera fiebre del género chambara, esta es deudora de ello, pero con una calidad superior a la media, tirando de un argumento sencillo y prototípico, donde uno ronin se ponen del lado de unos campesinos vejados por su Señor feudal, sobresaliendo la evolución de los protagonistas, marcando las personalidades de unos y otros. Es la eterna lucha del Bien vs Mal, donde el primero está en minusvalía frente al poderoso segundo, ello con un relato directo desde el primer momento, con mucha acción peleas, muy bien coreografiadas, secas, rápidas, fulminantes, tanto excelsas en la forma en que se desenvuelven en angostos interiores donde la katana es complicado de enarbolar como en lkos exteriores, donde los buenos se enfrentan a decenas de malos, exponiendo sangre a borbotones (algo no visto en este tiempo), con giros, con desarrollo de relaciones, con personajes con aristas y matices, y con un rush final satisfactorio, sin ser espectacular. Ello para una historia donde se abordan temas como el honor, la amistad, la corrupción del poder, el abuso de los poderosos, la rebelión de los oprimidos.

Sobresale su ácida critica a los valores de la sociedad feudal japonesa, de cómo su poder era usado para oprimir a los campesinos, la crueldad más denigratoria para avasallar al pobre campesinado. Pero da un rayo de esperanza con estos samuráis protagonistas que prefieren la justicia social a la plata. Aunque cada uno del trio se mueve por diferentes deux machine (Sakon Shiba por justicia. Encarnado por Tetsurô Tanba, con laconismo mezclado con temple de héroe que se las sabe todas. Muy expresivo, sobre todo en la fase que es torturado; Kyôjûrô Sakura por expiar culpas. Al que da vida Isamu Nagato con carisma natural; y Einosuke Kikyô por vendetta. Embestido por Mikijirô Hira, con estilo seco y taciturno, siempre observando en la sombra, hasta que termina tomando partido, grácil actuación de especie de anti-héroe), para un relato con mucho de Kurosawa, pues puede sentirse como una mezcla entre “Los 7 Samuráis” y “Yojimbo”).

Tiene un comienzo sugerente, vemos a un Ronin desaliñado cruzando el paisaje y se detiene ante la estatua de un Buda monje, agarra la cinta que tiene alrededor del cuello, la rompe y la usa para atar una bolsita. Un perro cruza la pantalla (en el título figura el sufijo "-biki" acompañando a "San-", y sólo se usa en el japonés para hablar del número de animales, como los perros, y no de personas, que sería "-nin"). Exhibiendo desde el arranque un ataque al tradicionalismo nipón. Utiliza un kanzashi (horquilla de mujer) que encontró en el suelo para determinar la dirección en la que caminará (al igual que el Sanjuro de Toshiro Mifune en Yojimbo). El Ronin Sakon Shiba (notable Tetsurô Tanba), llega frente a un molino donde tres campesinos tienen secuestrada a Aya (buena Miyuki Kuwano), hija del tiránico magistrado local Uzaemon Matsushita (estupendo malo malísimo Tatsuya Ishiguro), que los tiene por las condiciones de vida que les impone en la hambruna, y pretenden les mejore las mismas. Shiba empatiza con unos tipos que luchan por algo justo, amén de ser unos incompetentes como raptores.

El film es un canto contra la opresión, la lucha de clases tan marcada en este tiempo y lugar, aunque de modo superficial, ataca el sistema vejatorio feudal japonés, su podredumbre moral, su corrupción, su avaricia, su hipocresía. Se hace un análisis del samurái como personas de muchas raíces morales, no como seres pétreos en sus convicciones, los hay nobles y que se mueven por sentimientos de justicia social y otros que lo hacen por lo pecuario.

Hay un buen desarrollo de personajes en como algunos varían sus convicciones influenciados por lo que ven a su alrededor, ya desde el inicio donde una acción vil como es un secuestro (y de una mujer), es en realidad visto como un ‘acto de defensa’ contra el abuso del poder. Tenemos a los dos samuráis que se unen al protagonista Shiba, tiene sus motivaciones. Así como cabe reflejar el papel de las mujeres en la Cointa, lejos de ser mujeres floreros, tiene personalidad y carácter definido, como lo es Aya, la joven raptada, que llega a entender la causa por la que luchan los campesinos, y debe lidiar entre sus sentimientos de empatía con lo que hacen y su deber como hija. También de reseñar Oine (correcta Toshie Kimura), mujer a la que han matado a su esposo y busca venganza mientras se enamora de uno de los samuráis rebeldes.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
TOM REGAN
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