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España España · almeria
Voto de TOM REGAN:
7
Comedia. Thriller Un guionista (Colin Farrell) busca inspiración para su próximo trabajo, en el que dos excéntricos amigos (Sam Rockwell y Christopher Walken) planean secuestrar a un perro. El asunto se complica cuando el animal de compañía de un mafioso desaparece. (FILMAFFINITY)
2 de agosto de 2013
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21(19/01/13) Segunda dirección del director y guionista irlandés Martin McDonagh, tipo a seguir, aquí nos ofrece una sátira divertidísima sobre el género de psicópatas dentro de un alambicado argumento en el que se cruzan multitud de historias y personajes, en un batiburrillo de aparentes set-pieces que al final cobra su sentido, siendo un nítido homenaje al proceso creativo de un guionista que a la vez sirve para hacer cine dentro del cine.
El escenario es Los Ángeles, Marty (buen Colin Farrell), es un guionista de cine con bloqueo del escritor al que como buen irlandés le gusta el whisky, tiene una novia, Kaya (Abbie Cornish) está trabajando en un guión con el título de ‘Siete Psicópatas’, su mejor amigo es un sociópata, Billy (gran Sam Rockwell), este intenta darle ideas, para ello pone un anuncio en el periódico buscando que se presenten en casa de Marty psicópatas para que le cuenten sus experiencias, se le presenta un perturbado, Zacharias (buen Tom Waits) con un conejo entre los brazos. Billy malvive secuestrando perros de gente adinerada durante unos días, luego se los entrega como si los hubiera encontrado buscando una recompensa, tiene como socio de fechorías a Hans (gran Christopher Walken). El problema es cuando raptan el Shih Tzu de un violento mafioso, Charlie (buen Woody Harrelson), este tiene un cariño desmedido por el can y removerá cielo y tierra para encontrarlo, dejando por el camino cadáveres, a su vez este tiene una bella pareja, Angela (correcta Olga Kurylenko), que le engaña con Billy. Con estos elementos se desarrolla una retorcida comedia negrísima en la búsqueda de 7 psicópatas. También tiene su importancia el personaje de un cuáquero (gran Harry Dean Stanton).
La cinta tiene su gran pilar en el brillante y laberintico guión de McDonagh, un derroche de frescura e ingenio con diálogos y momentos desternillantes para cada personaje, a lo que se suma una magnífica construcción de personajes, sobresaliendo el dibujo de unos sensacionales secundarios, algunos con unos pocos minutos dejan su impronta, un mosaico de seres despreciables que saben irradiar un tremendo corazón. Con un ritmo trepidante se desarrolla un argumento alambicado donde la realidad se funde con la ficción en un divertido juego de espejos, ejemplo es que el protagonista se llama igual que el realizador-guionista, donde prima el humor negro, tomando como excusa el bloqueo mental de un guionista, tema ya tocado por los Coen en ‘Barton Fink’, convirtiéndose el metraje en una sátira sobre el género de los thrillers con psicópatas donde los giros sorpresa son la constante, y donde se suceden pequeñas historias de un humor ácido brillante, como la del soldado(Long Nguyen) psicópata del Viet-Cong o la del Quakero (Harry Dean Stanton, con él se cumple la máxima de no hay película mala en la que este actor aparezca) que busca venganza. Su tara más notoria está que hacia la hora decae el poder atracción, se estanca, lo bueno es que en su final retoma las buenas sensaciones para obsequiarnos con un notable clímax final en el desierto.
Los actores en este reparto coral están cumbres, sobresaliendo un Sam Rockwell arrollador, carismático, simpático, locuaz, irreverente, un volcán en continua erupción. Christopher Walken demuestra con que poquito se traspasa la pantalla, con un dominio gestual y de mirada fascinante. Colin Farrell está demasiado voluble, es una pluma fatua, no es mal actor pero aquí está inane. Woody Harrelson da vida al villano mafiosillo, un torbellino de histrionismo muy acorde con su paródico rol.
Mención aparte merece su impactante inicio en el que dos sicarios (Michael Pitt y Michael Stuhlbarg), charlan de modo trivial sobre un puente, alguien se acerca de fondo y el modo en que termina la secuencia resulta impresiona, toda una declaración de intenciones para lo que nos espera, y que ya nos deja con grandes expectativas.
La fotografía de Ben Davis (‘Stardust’, ‘Ira De Titanes’ o ‘Kick-Ass’) imprime una patina de colorido cromático muy estilo pulp-comicquero, asimismo Carter Burwell (‘Muerte Entre Las Flores’, ‘Rob Roy’ o ‘Escondido En Brujas’) compone un deliciosa música que sabe captar el tono melancólico del film.
En definitiva, una gamberrada en formato film que grandes toques de cinismo bufonea el género mencionado. Se agradece su falta de pretensiones que la hace agradecible, siendo una buena propuesta para los que gusten de obras frescas. Fuerza y honor!!!
TOM REGAN
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