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Voto de TOM REGAN:
9
8,0
28.326
Documental
A finales de los años 60, Sixto Rodríguez, un misterioso músico, fue descubierto en un bar de Detroit por dos productores que quedaron fascinados por sus melodías conmovedoras y sus letras proféticas. Grabaron dos discos con la convicción de que el artista se convertiría en uno de los más grandes de su generación. Sin embargo, el éxito nunca llegó, y el cantante desapareció en medio de rumores sobre su suicidio en un escenario. Mientras ... [+]
4 de agosto de 2014
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
80/03(07/06/14) Crítica tributo al realizador sueco de documentales Malik Bendjelloul que se suicidó tras una depresión el 13 de mayo de 2014 con 36 años, justo en la cima de su carrera profesional tras el éxito mundial su aclamado documental “Searching For Sugar Man”, ganador de múltiples premios, entre ellos el Óscar. Escrito por el director, con la supervisión de Simon Chinn (“Man On Wire”) y producido por John Battsek (“The Imposter”). Malik era un director especialista en documentales musicales para la tele, en un viaje a Sudáfrica en 2006 oyó hablar en Ciudad del Cabo a Stephen “Sugar” Segerman sobre Sixto Rodríguez y su historia le inspiró este extraordinario trabajo.
Apasionante cinta partida en dos, arranca de modo fulgurante, antes de los créditos en Sudáfrica donde en 3 minutos el melómano sudafricano, dueño de una tienda de discos en Ciudad del Cabo, Stephen “Sugar” Segerman (apodo en honor a la canción de Sixto), nos macera en la misteriosa existencia del cantautor de Detroit Sixto Rodríguez, luego nos trasladamos a Detroit y los cazatalentos Mike Theodore y su socio Dennis Coffrey (este había trabajado con Wilson Pickett, Ringo Starr y The Supremes) nos relatan con una prosa deliciosa como descubrieron en un garito humeante a Sixto tocando de espaldas al público, solista folk de melena azabache, gafas de sol y sombrero ancho, les fascina y graba para ellos el disco en 1970 “Cold Fact”, doce brillantes temas capitaneados por el magnífico “Sugar Man” (hace referencia a un traficante de droga, de donde proviene el título del documental) , fracaso de ventas, un año más tarde el productor y admirador Steve Rowland le patrocina un segundo disco, “Coming From Reality”, otro fiasco de ventas, cosecharon nada de éxito, de él dijeron los entendidos que poseía más hondura que Bob Dylan, y Sixto desapareció del panorama musical en medio del fracaso comercial que no de calidad, un artista maldito, pero por azares cuasi-cósmicos, su disco ”Cold Fact” llega a miles de km, a Sudáfrica, allí tras radiarlos y el boca a boca lo convirtió en éxito de culto, pasando a ser un superventas que inspiraría una corriente musical en medio del apartheid fueron un haz de luz rebelde contra el sistema, sus fans pedían saber algo más sobre este misterioso hombre que aparecía en la carátula, se llega a decir que se pegó un tiro sobre un escenario o que se quemó a lo bonzo tras una actuación. A mediados de los 90 Stephen “Sugar” junto al periodista Craig Bartholomew-Strydom comenzó una inquietante investigación por saber que pasó realmente con el cantautor. Labor detectivesca fascinante, un thriller cuasi-policiaco, el hilo conductor es quien recibe loas ganancias por los discos vendidos en Sudáfrica, mediante este ardid iremos conociendo la extraña personalidad de Sixto además de mostrarnos la trastienda de las productoras musicales, nos atrapa en su red de misterio, infunde al protagonista un halo cuasi-místico, en un increscendo apoteósico, con un montaje muy dinámico, con entrevistas mordaces, hasta llegar a conocer que ha sido de Sixto, momento épico, en el cual arranca la segunda parte en el que se hace un conmovedor retrato de la humildad, la sencillez, el carisma, la esperanza, las segundas oportunidades, brillante, ahondaré un poco en spoiler, no quiero destripar su trémulo giro.
El film atrapa por su fluida narración, que te sumerge en una intriga magnética, con el artificio ingenioso para aumentar el misterio de que no se ve una imagen de Sixto hasta los 10 minutos, Malik gotea con perspicacia la información para crear un fascinante tramo de enigma alrededor del cantante, donde la música de fondo de Sixto queda que ni hecha a propósito para canalizar emocionalmente lo que se cuenta, en un espléndido montaje se mezclan los testimonios de gente que lo conoció con imágenes de archivo, sumado a bellas tomas de Ciudad del Cabo, o incluso con animaciones evocadoras, mostrándonos un Detroit cuasi-gótico, con trémulos travellings, envuelto en la decadencia, la tristeza, en las brumas, en la decrepitud, por la que flota un Mesías de la música, un cantautor de voz prodigiosa que nos deleita con temas de una estremecedora poesía melancólica, creando un aura perturbadora alrededor de Sixto, haciendo de su relato una profunda reflexión sobre que es el éxito realmente, sobre dos líneas paralelas que muchas veces no se tocan, el éxito comercial y la calidad artística, tocando temas con calado como la fe, la humildad, la personalidad incorruptible, la redención, la hipocresía, la melomanía o la felicidad. Acierto que el realizador nos coloque en todo momento en la indagación en el punto de vista de los dos investigadores, con ellos se irá formando un personaje de Leyenda. La cinta termina por convertirse en un Canto al poder Universal de la música y a su capacidad de turbar.
El documental está envuelto en un halo mágico gracias a la deliciosa y melancólica galería de temas de Sixto, cubiertos en la nostalgia, en los sueños, en la melancolía, maravilloso como un productor cuenta el similitud entre un tema, “Cause”, en que canta la historia de un tipo que fue despedido de su curro dos semanas antes de navidad, justo lo que le ocurrió a él, canciones conmovedoras como “Sugar Man”, “Cause”, “I Wonder”, “Crucify Your Mind” o “Inner City Blues” son pequeña muestra de lo que este genio es que es capaz de hacer para estremecernos, rozando temas como el amor, las drogas, el trabajo, la pobreza, la soledad, un poeta urbanita que deconstruye el Sueño Americano con pasión, de hecho mientras escribo escucho su música inspiradora.
Apasionante cinta partida en dos, arranca de modo fulgurante, antes de los créditos en Sudáfrica donde en 3 minutos el melómano sudafricano, dueño de una tienda de discos en Ciudad del Cabo, Stephen “Sugar” Segerman (apodo en honor a la canción de Sixto), nos macera en la misteriosa existencia del cantautor de Detroit Sixto Rodríguez, luego nos trasladamos a Detroit y los cazatalentos Mike Theodore y su socio Dennis Coffrey (este había trabajado con Wilson Pickett, Ringo Starr y The Supremes) nos relatan con una prosa deliciosa como descubrieron en un garito humeante a Sixto tocando de espaldas al público, solista folk de melena azabache, gafas de sol y sombrero ancho, les fascina y graba para ellos el disco en 1970 “Cold Fact”, doce brillantes temas capitaneados por el magnífico “Sugar Man” (hace referencia a un traficante de droga, de donde proviene el título del documental) , fracaso de ventas, un año más tarde el productor y admirador Steve Rowland le patrocina un segundo disco, “Coming From Reality”, otro fiasco de ventas, cosecharon nada de éxito, de él dijeron los entendidos que poseía más hondura que Bob Dylan, y Sixto desapareció del panorama musical en medio del fracaso comercial que no de calidad, un artista maldito, pero por azares cuasi-cósmicos, su disco ”Cold Fact” llega a miles de km, a Sudáfrica, allí tras radiarlos y el boca a boca lo convirtió en éxito de culto, pasando a ser un superventas que inspiraría una corriente musical en medio del apartheid fueron un haz de luz rebelde contra el sistema, sus fans pedían saber algo más sobre este misterioso hombre que aparecía en la carátula, se llega a decir que se pegó un tiro sobre un escenario o que se quemó a lo bonzo tras una actuación. A mediados de los 90 Stephen “Sugar” junto al periodista Craig Bartholomew-Strydom comenzó una inquietante investigación por saber que pasó realmente con el cantautor. Labor detectivesca fascinante, un thriller cuasi-policiaco, el hilo conductor es quien recibe loas ganancias por los discos vendidos en Sudáfrica, mediante este ardid iremos conociendo la extraña personalidad de Sixto además de mostrarnos la trastienda de las productoras musicales, nos atrapa en su red de misterio, infunde al protagonista un halo cuasi-místico, en un increscendo apoteósico, con un montaje muy dinámico, con entrevistas mordaces, hasta llegar a conocer que ha sido de Sixto, momento épico, en el cual arranca la segunda parte en el que se hace un conmovedor retrato de la humildad, la sencillez, el carisma, la esperanza, las segundas oportunidades, brillante, ahondaré un poco en spoiler, no quiero destripar su trémulo giro.
El film atrapa por su fluida narración, que te sumerge en una intriga magnética, con el artificio ingenioso para aumentar el misterio de que no se ve una imagen de Sixto hasta los 10 minutos, Malik gotea con perspicacia la información para crear un fascinante tramo de enigma alrededor del cantante, donde la música de fondo de Sixto queda que ni hecha a propósito para canalizar emocionalmente lo que se cuenta, en un espléndido montaje se mezclan los testimonios de gente que lo conoció con imágenes de archivo, sumado a bellas tomas de Ciudad del Cabo, o incluso con animaciones evocadoras, mostrándonos un Detroit cuasi-gótico, con trémulos travellings, envuelto en la decadencia, la tristeza, en las brumas, en la decrepitud, por la que flota un Mesías de la música, un cantautor de voz prodigiosa que nos deleita con temas de una estremecedora poesía melancólica, creando un aura perturbadora alrededor de Sixto, haciendo de su relato una profunda reflexión sobre que es el éxito realmente, sobre dos líneas paralelas que muchas veces no se tocan, el éxito comercial y la calidad artística, tocando temas con calado como la fe, la humildad, la personalidad incorruptible, la redención, la hipocresía, la melomanía o la felicidad. Acierto que el realizador nos coloque en todo momento en la indagación en el punto de vista de los dos investigadores, con ellos se irá formando un personaje de Leyenda. La cinta termina por convertirse en un Canto al poder Universal de la música y a su capacidad de turbar.
El documental está envuelto en un halo mágico gracias a la deliciosa y melancólica galería de temas de Sixto, cubiertos en la nostalgia, en los sueños, en la melancolía, maravilloso como un productor cuenta el similitud entre un tema, “Cause”, en que canta la historia de un tipo que fue despedido de su curro dos semanas antes de navidad, justo lo que le ocurrió a él, canciones conmovedoras como “Sugar Man”, “Cause”, “I Wonder”, “Crucify Your Mind” o “Inner City Blues” son pequeña muestra de lo que este genio es que es capaz de hacer para estremecernos, rozando temas como el amor, las drogas, el trabajo, la pobreza, la soledad, un poeta urbanita que deconstruye el Sueño Americano con pasión, de hecho mientras escribo escucho su música inspiradora.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Se critica con agudeza a los “buitres” productores de discos, que en muchos casos no saben promocionar la Música con mayúsculas y solo saben publicitar imagen, y en otros casos se aprovechan cual depredadores de los artistas, esto queda nítidamente reflejado en una entrevista con un productor musical que empieza emocionándose al ver la foto de Sixto y escuchar un tema de Sixto, continua excusándose en que no se le promocionó porque tenía un nombre hispano (este se supone no vendía), y termina por ofenderse al cuestionarle sobre qué pasó con el dinero de las ventas en Sudáfrica.
Spoiler:
Y tras múltiples pesquisas una hija de Sixto llama a los investigadores y revela que su padre está vivo en Detroit, y la imagen nos lleva a una figura en tras una ventana, la abre y saluda a cámara, una apoteosis gracias a la construcción que se ha hecho del personaje. Ha estado trabajando de albañil e incluso ha hecho sus intentos en la política local. Y los dos mundos se encuentran Sixto es invitado a realizar unos conciertos a Sudáfrica, el tono del film cambia, se hace un análisis de la fama y el éxito delicioso. Sixto queda apabullado por la masa de gente que le espera, él esperaba cantar en pequeños clubs y se encuentra tocando en grandes pabellones, llega a los multitudinarios conciertos, la comunión entre Sixto y el público es enternecedora, se te pone el vello enervado, sublime, y resultan maximizadas las emociones al comprobar la sencillez y humildad con que Sixto se lo toma, es un portentoso canto a la Integridad personal.
La historia crea dos mundos paralelos, uno se produce en Sudáfrica donde un cantante desconocido se convierte en mito por la fuerza de sus temas, el otro mundo es en Detroit, este mito aquí es un tipo anónimo que se sacó un título en filosofía, uno más entre la masa de currantes dedicados a la albañilería, alguien que un día cantó sin éxito, pero no por ello es un fracasado, vive con dignidad la vida que la ha tocado, es un relato More Big Than Life, Más Grande Que La Vida.
Con todo lo buenísimo dicho, frustra un poco conocer que Malik adorno la realidad, omitiendo detalles importantes de la trama, con lo que nos llega es una verdad a medias, y es que Sixto antes de ser “hallado” realizó dos giras exitosas por Australia a finales de los 70 y los 80, y para sonrojo de los investigadores Sixto tenía desde finales de los 90 una web, en este caso el director ha seguido la máxima de que la realidad no te estropee una buena historia. También echo en falta saber que fue del dinero con el arranca la búsqueda, y parece extraño no se hable de las esposas que tuvo Sixto.
Si me atengo al documental es de 10, pero lo malo es enterarte de que la verdad que se que nos ha contado está trufada de tergiversaciones, en la balanza le baja solo un poquito, pues me ha tocado la fibra sensible durante su metraje. Fuerza y honor!!!
Spoiler:
Y tras múltiples pesquisas una hija de Sixto llama a los investigadores y revela que su padre está vivo en Detroit, y la imagen nos lleva a una figura en tras una ventana, la abre y saluda a cámara, una apoteosis gracias a la construcción que se ha hecho del personaje. Ha estado trabajando de albañil e incluso ha hecho sus intentos en la política local. Y los dos mundos se encuentran Sixto es invitado a realizar unos conciertos a Sudáfrica, el tono del film cambia, se hace un análisis de la fama y el éxito delicioso. Sixto queda apabullado por la masa de gente que le espera, él esperaba cantar en pequeños clubs y se encuentra tocando en grandes pabellones, llega a los multitudinarios conciertos, la comunión entre Sixto y el público es enternecedora, se te pone el vello enervado, sublime, y resultan maximizadas las emociones al comprobar la sencillez y humildad con que Sixto se lo toma, es un portentoso canto a la Integridad personal.
La historia crea dos mundos paralelos, uno se produce en Sudáfrica donde un cantante desconocido se convierte en mito por la fuerza de sus temas, el otro mundo es en Detroit, este mito aquí es un tipo anónimo que se sacó un título en filosofía, uno más entre la masa de currantes dedicados a la albañilería, alguien que un día cantó sin éxito, pero no por ello es un fracasado, vive con dignidad la vida que la ha tocado, es un relato More Big Than Life, Más Grande Que La Vida.
Con todo lo buenísimo dicho, frustra un poco conocer que Malik adorno la realidad, omitiendo detalles importantes de la trama, con lo que nos llega es una verdad a medias, y es que Sixto antes de ser “hallado” realizó dos giras exitosas por Australia a finales de los 70 y los 80, y para sonrojo de los investigadores Sixto tenía desde finales de los 90 una web, en este caso el director ha seguido la máxima de que la realidad no te estropee una buena historia. También echo en falta saber que fue del dinero con el arranca la búsqueda, y parece extraño no se hable de las esposas que tuvo Sixto.
Si me atengo al documental es de 10, pero lo malo es enterarte de que la verdad que se que nos ha contado está trufada de tergiversaciones, en la balanza le baja solo un poquito, pues me ha tocado la fibra sensible durante su metraje. Fuerza y honor!!!