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España España · almeria
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Voto de TOM REGAN:
8
Thriller Londres, año 1940, durante la Segunda Guerra Mundial. Henry Faber vive en una casa de huéspedes en Highgate. Una noche, la dueña de la pensión, sube a la habitación de Faber y lo sorprende manejando un transmisor de radio, descubriendo así que es un espía nazi que pasa información a su país desde Inglaterra. (FILMAFFINITY)
9 de julio de 2021
6 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
264/11(08/07/21) Notable thriller británico de suspense, que mezcla con inteligencia la intriga y el romance, con el trasfondo del clásico mantra del Bien vs Mal. Dirigido por un director poco prolífico, Richard Marquand solo realizó siete largometrajes durante sus tres décadas como director. Comenzando en la televisión a principios de los 60 y durante la mayor parte de los 70 (incluida una adaptación de Edward II protagonizada por Ian McKellan en 1970), Marquand debutó en el largometraje con una película de género B, “The Legacy” (1978), antes de pasar a una película sobre Los Beatles, pero fue esta adaptación del best –seller de 1978 “La Isla de las Tormentas” del autor Ken Follett, con guión de Stanley Mann (“El coleccionista”), el que le dio renombre, tanto que llamó la atención de George Lucas para ficharlo para dirigir “Star Wars El retorno del Jedi” (1983), desgraciadamente Marquand falleció a la temprana edad de 49 años debido a un ataque al corazón,

Este es un drama criminal de espías que se cuece a fuego lento, parece claramente influido por clásicos del género como Hitchcock o Fritz Lang, dejando que los personajes se desarrollen con tino, dándoles profundidad y sentido a lo que hacen, cruzando fluidamente las historias. Donde un sensacional Donald Sutherland (venía de ganar el Oscar por su rol en “Gente Corriente”; por cierto, parece el hermano de Fernando Fernán Gómez), resulta arrollador como un espía sociópata frío y calculador que no ceja en su empeño profesional de conseguir su objetivo. Es ‘La Aguja’ (llamado así por el estilete que utiliza para matar), tipo solitario, que no se ata a nada, cordial en el trato para enmascarar su oculta personalidad de espía nazi, se debe a su deber, el actor dota de empatía humana a su papel, tanto que nos importa lo que le pase, se le notan grietas en su carácter, se sabe hijo de su tiempo y del lugar donde nació, pero parece encontrar algo de sentido a su vida junto a otro alma solitaria como Lucy; Hasta que en el tercio final las tramas se juntan en la Isla de las Tormentas para virar del film del juego del gato queriendo atrapar a un ratón escurridizo, al melodrama sórdido, y aquí la que desborda la pantalla es una brillante Kate Nelligan como la sufrida esposa de un tullido que cree encontrar en un náufrago un escape momentáneo a su desdicha, y en el rush final desemboca en lucha por la supervivencia desgarradora. Una mujer que haría las delicias de la nueva corriente feminista del #MeToo, fémina valiente, empoderada, fuerte de carácter, capaz de enfrentar al mismo ‘demonio’. La actriz da una lección de gran expresividad, lo dice todo con su infeliz mirada, extraordinaria cuando se cruzan las vistas ella y Donald estando ella desnuda en el baño, se lo dicen todo sin palabras, es el preámbulo a esa charla nocturna a la luz de la chimenea donde él la psicoanaliza y denuda anímicamente para destruir su coraza, una actuación conmovedora, que luego vira a una gata protectora, para desembocar en un clímax sublime (spoiler); Dos actuaciones formidables la de curiosamente dos intérpretes canadienses que poseen una química estupenda que irradia realismo.

También es reseñable el papel de Christopher Cazenove como el marido minusválido, agrio de personalidad debido a la mochila de no poder mover las piernas y sentirse un inútil, con la losa de no poder disfrutar con su hijo de simples juegos, es un alcohólico cínico que lo exterioriza con vigor. Tiene un sensacional y cruento duelo al borde un acantilado con ‘La Aguja’ que recuerda indefectiblemente a otro que acontece en hitchcockinana “La cortina rasgada” (1966); En el lado de lo negativo está el desperdicio de Ian Bannen como el agente que persigue a ‘La Aguja’, pintando en los hechos entre pco y nada.

La puesta en escena es una gran inmersión en el tiempo y lugar. Empezando por el gran diseño de producción de Wilfred Shingleton (”Cadenas Rotas” o “La Reina de África”), con los escenarios, las calles, los vehículos (aunque con un par de anacronismos sin importancia en el vehículo de David en la Isla, y con el helicóptero), el tren a vapor, la ciudad pesquera (oban), el barco o la Isla de lasa Tormentas; Esto realzado por la cinematografía de Alan Hume (“El tren del infierno” o “El retorno del Jedi”), que sobre todo queda como enaltece la belleza de la isla escocesa (en realidad Mull, en las Hébridas Interiores); la estimable música del maestro húngaro tri-oscarizado (“Recuerda”, “Doble vida” y “Ben-Hur”) Miklos Rozsa en su penúltimo trabajo, con efluvios a intriga, añadiendo temas de amor gráciles.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
TOM REGAN
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