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España España · almeria
Voto de TOM REGAN:
5
Drama Irreversible. Porque el tiempo lo destruye todo. Porque algunos actos son irreparables. Porque el hombre es un animal. Porque el deseo de venganza es un impulso natural. Porque la mayoría de los crímenes quedan sin castigo. Porque la pérdida del amado destruye como un rayo. Porque el amor es el origen de la vida. Porque toda la historia se escribe con esperma y sangre. Porque las premoniciones no modifican el curso de los ... [+]
17 de junio de 2022
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202/20(15/06/22) He vuelto a ver este controvertido film en el 20 aniversario de su estreno (22/Mayo/2002), y me he encontrado u sensacionalista (sobre todo por dos escenas impactantes) producto. Dirigido y escrito por el provocador francés de origen argentino Gaspar Noé. Un thriller dramático que se desarrolla en unas 13 escenas de plano-secuencia (falseadas) empalmadas por unos insertos mareantes de cámara (rodó con una cámara Minima Super 16 mm de pantalla ancha y ligera) dando vueltas hasta poder provocar epilepsia (aunque esto se va aminorando conforme avanza el metraje), y contando la historia en sentido inverso, empezando por el final, con el claro y nada indisimulado (por las declaración es de Noé, que utilizó el gancho de este tipo de narración para convencer a los productores) referente de “Memento” (2000), en una maniobra que una vez visto el film se nota de cara a la galería, solo como recurso estilístico vacío, por mucho que haya exégetas que le busquen un sentido filosófico-existencialista a que empecemos por la venganza y violenta y acabemos con bucólicas escenas. Relata lo sucedido una noche en París, donde dos hombres (Marcus encarnado por el visceral e histriónico Vincent Cassel y Pierre al que da vida un correctito Albert Dupontel) buscan venganza contra el tipo ("Le Tenia" embestido por Jo Prestia) que ha violado y apaleado a la mujer (Alex reflejada en la hermosa Monica Bellucci, actriz que en ese momento estaba casada realmente con Cassel) de uno de ellos y ex del otro (¿?). Siendo un film escandaloso en su momento, sobre todo por dos momentos shockeantes de violencia salvaje desgarradora, uno que se da al poco del inicio con un asesinato brutal de aplastamiento en primer plano de un cráneo por golpes de un extintor, y el otro es aún más punzante, como es la violación a la que asistimos de 9 minutos cruentos, esto provocó estampidas en los cines. Es una cinta más aparatosa que buena, pues su hilo conductor es nimio, propio del típico justiciero (aunque con objetivo un tanto *torticero), paseándonos por un París del inframundo, por barrios marginales, por guetos de prostitutas trans y por un Club sado-gay con el descriptico nombre de “Rectum”.

Es una narración que me resulta chirriante en la exposición de una sociedad a la que no reconozco, pasada de vueltas, en el modo de reflejarla, con personajes con los que no empatizo, irreales, a los que me da igual que les pase. No me creo nada, pues no me creo que en ese club gay que visitamos en modo pesadillesco (con todo tipo de perversiones sexuales) nadie pare a ese Marcus (cualquiera puede entrar en un lugar así? Que debe tener una buena seguridad! Y luego tenemos el momento extintor, y nadie lo para, y lo que es más caricaturesco, le destroza la cabeza y no el sale sangre? Venga ya de realismo!). Luego tenemos las implicaciones homofóbicas que resultan claras como el agua, pues Noé relaciona homosexuales con violadores, pues lo hace con la correa de transmisión de que si les gusta el sado, lo normal es que el paso siguiente es la violación. O también como trata a las prostitutas trans; O como el racismo que sale a flote con el taxista asiático; Esa fiesta que me resulta grimante porque no me creo a esa dulce Alex en medio de esos libertinos, tomado coca como el respirar, besándose en los morros unos a otros cual comienzo de una orgía, una felación sin venir a cuento en dormitorio con dos tipos y otra pareja mirando, todo gratuito, de cara a escandalizar y con ello atraer al público con sexo explícito; No me creo a ese ex de Alex en esa charla vergonzante con ella y Marcus sobre el sexo que ellos dos tienen.

Y entrando en la escena de las escenas del film, por supuesto la violación, se podría entender que se extienda para sintamos el dolor angustioso de ella, pero 9 minuto es pasarse bastante, hacía ya varios minutos que se había excedido y sigue. Como también me resulta, a pesar de lo que muchos puedan decir, una escena de violación glamurizada, cuasi de video porno, entrando en esa fantasía que al parecer tienen algunas mujeres de ser violadas (repito, fantasía!). Pues la secuencia resulta embellecida por luces de neón, no hay resistencia alguna de la mujer, ella guapísima y sexy con su vestido que deja poco a la imaginación de sus perfectos senos y su culito de ensueño (que es sodomizado). Con la cámara fija en posición desde el suelo para captar en primer plano el bello rostro de ella. Me resulta manu facturado todo, con intención de excitar, más que de incomoda. Por mucho que al final el salvaje este la golpee en el rostro de modo atávico, lo visto hasta entonces me es peligrosamente idealizado.

Se puede ver el rebobinado relato en modo dual, pues por un lado está todo el retroceso hasta que vemos que la muerte del inicio tiene que ver con una violación, y por en medio una búsqueda de venganza, ello con una trama cogida por los pelos, donde estos dos resulta que van muy por delante de las pesquisas policiales, y eso que sus métodos resultan de ir atropellando a unos ya otros, cual elefante en la cacharrería. Esto que acabaría con la susodicha violación es una especie de estudio de la violencia bastante superficial. De ahí para atrás es el reflejo de una pareja y su amor idealizado, con un pequeño vértice en el amigo que es el ex de ella, y que nada aporta, y resulta entre cero y nada creíble su comportamiento de mosca cojonera orgulloso de ser un perdedor. Toda esta parte sin gracilidad alguna, más allá de ver a la espectacular Bellucci desnuda (que ya es premio para un buen espectador), pero todo cayendo en lo pasteloso y sentimentaloide, con ese despertar de los dos en pelotas uno encima de otro (quien duerme así?), con esa mañanita con diálogos penosos, sin naturalidad alguna, coronado con ese final meloso no apto a diabéticos.

Durante sesenta minutos de su duración, la película utiliza un sonido de frecuencia extremadamente baja para crear un estado de náusea y ansiedad en la audiencia.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
TOM REGAN
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