148/02(06/07/12) Entretenido film británico del genial Hitchcock, tiene todas las constantes de su cine, pero sin pulir, alterna aciertos con detalles de caos y debilidad en el guión. El matrimonio formado por Bob Lawrence (Leslie Banks) y Jill (Edna best), con su hija Betty (Nova Pilbeam) pasan unas vacaciones en St. Moritz en los Alpes suizos, traban amistad con un francés, Louis Bernard (Pierre Fresnay), durante un baile Louis es asesinado y en sus últimas palabras le encomienda a Bob que coja de su habitación un importante papel y lo entregue al gobierno británico, una vez con el papel recibe una llamada de un tipo que le dice que tiene secuestrada a su hija, a cambio de su vida le exigen entregarle el mensaje a él, con lo que se ven envueltos en un complot terrorista anarquista que quiere provocar una guerra en Europa, la Servicios Secretos británicos les espían y ellos en medio Tendrán que recuperar a su hija. La cinta es una especie de borrador de todo lo que está por venir de Hitch, es un trepidante producto que aún siendo corto de metraje se hace aún más liviano, maneja los tiempos de maravilla, crea unos héroes anónimos empáticos, los dibuja en pocos trazos en su presentación y donde las constantes dosis de humor dan un aire trivial y despreocupado. El punto de partida es atrapante, pero lo que falla es un desarrollo que peca de simplismo, el ritmo es frenético, pero la evolución de las situaciones denota que Hitchcock hizo mucho cine mudo, cayendo en comportamientos demasiado teatrales, parece que el diálogo le estorbe, pecando de puerilidad, en varios momentos, como en la escena del dentista o la de la penosa lucha de sillas. Su trama resulta lineal, sin sobresaltos, ni giros, la previsibilidad es la nota predominante. Tampoco el McGuffin termina de entenderse, es muy confuso toda la trama del mensaje, está mal hilvanado. Lo mejor es la escena en el Royal Albert Hall, de gran tensión y suspense, augurando lo que está por venir, también es apreciable su final que ingeniosamente enlaza con la escena de apertura (spoiler), gran recurso de guionista. La puesta en escena muy elaborada con notables decorados creados por Alfred Junge (‘Inocencioa y juventud’, ‘Mogambo o ‘Ivanhoe’)es manejada de forma dramática gracias a una gran fotografía del alemán Curt Courant (‘El hombre en la Luna’, ‘La bestia humana’ o ‘Monsieur Verdoux’), en el tramo alpino, la luz lo desborda todo, traspasa optimismo, pero cuando llegamos a Londres las sombras, la oscuridad, las luces tenues imprimen un aire de misterio cercano al cine de terror o incluso al expresionismo alemán. Peter Lorre encarna a un villano siniestro y carismático, fue su primer papel en inglés y como curiosidad recitó su texto fonéticamente. Con todas sus taras expuestas reseño que fue elegida por la prensa inglesa como la mejor película de ese año. Poco más de 20 años después Hitch hizo un remake que superó en bastante a esta película, se nota la experiencia adquirida. Recomendable a los que gusten de thrillers interesantes que son las raíces de un genial Alfred Hitchcock. Fuerza y honor!!!