Media votos
6,5
Votos
5.756
Críticas
5.256
Listas
10
Recomendaciones
- Sus votaciones a categorías
- Mis críticas favoritas
- Contacto
-
Compartir su perfil
Voto de TOM REGAN:
10
8,4
56.997
Bélico. Drama
Primera Guerra Mundial (1914-1918). En 1916, en Francia, el general Boulard ordena la conquista de una inexpugnable posición alemana y encarga esa misión al ambicioso general Mireau. El encargado de dirigir el ataque será el coronel Dax. La toma de la colina resulta un infierno, y el regimiento emprende la retirada hacia las trincheras. El alto mando militar, irritado por la derrota, decide imponer al regimiento un terrible castigo que ... [+]
29 de abril de 2013
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
73/14(19/04/13) El genial Kubrick nos regaló probablemente la mejor cinta antibelicista de la Historia, así como uno de los retratos de la dignidad humana más estremecedores, glorioso alegato contra las injusticias y la sinrazón. Tras escuchar los acordes de ‘La Marsellesa’ (cesión de la productora a Francia para tratar de compensar el enfoque antipatriota del film, aunque el himno acaba en una ambigua nota discordante ¿?), una voz en off nos sitúa en el escenario, estamos en 1916, la Gran Guerra comenzó dos años antes, tras un primer gran avance del ejército germano en Francia, este los rechazaron, ahora Alemania y Francia están partidas por 500 millas de trincheras fortificadas desde el Canal de la Mancha hasta Suiza, los avances son escasos y cuestan cientos de vidas, estamos en un castillo francés (en realidad un castillo muniqués, el de Schleissheim), sede del alto mando galo, allí el General George Broulard (gran Adolphe Menjou) convence con una promesa de ascenso al General Paul Mireau (gran George Macready) para que sus tropas ataquen una inexpugnable colina, un bastión alemán llamado el Hormiguero. Mireau se desplaza a las mugrientas trincheras para comunicárselo al Coronel Dax (colosal Kirk Douglas) del 701 Regimiento, Mireau acompañado por un pelota, un Mayor, es seguido por el asqueroso lugar en un maravilloso travelling en el que el General exhibe una condescendencia mezquina con los soldados, Mireau dice flemáticamente a Dax que un 55% de los soldados morirá, este se resiste ante un Mireau que esgrime razones de patriotismo <Muéstrame un patriota y yo te mostraré un hombre honesto>, a lo que Dax replica con lapidaria frase del poeta inglés Samuel Johnson <El patriotismo es el último refugio del canalla>, pero el sentido del deber le obliga, entre medias asistimos al contraste entre la opulencia decadente de los gerifaltes en sus palacios, enormes despachos, lujosos bailes de salón y en el otro lado del espejo la inmundicia en que sobreviven los soldados de a pie, barrizales intransitables continuamente bombardeados, este tramo acaba con una existencialista discusión entre dos soldados sobre como prefieren ser heridos, si por bayoneta o por ametralladora, queda claro que tienen más miedo al dolor que a la muerte. Llegamos al asalto en el que Kubrick expone de modo descomunal su maestría a la hora de plasmar en imágenes una cruenta batalla, comienza con otro espléndido travelling esta vez es el Coronel Dax el que recorre los pasillos de las trincheras, a lado y lado los soldados, las miradas se cruzan emitiendo trémulos sentimientos, los cañonazos y explosiones son atronadores, Dax sabe que la mayoría van a morir, no se hablan, en una alejada posición el General contempla todo brindando con coñac por el éxito, y Dax hace sonar su silbato, es la hora, los alemanes no cesan de bombardearles, el avance con Dax a la cabeza es regado por decenas de muertos galos, los soldados saltan de socavón en socavón, los estallidos y el humo lo cubren todo, la tensión y el peligro se masca, la coreografía con la que avanzan es sobresaliente, la incursión es frenada, el Coronel Dax retrocede a por la Compañía B que continua dentro de las trincheras , pero les es imposible salir pues los disparos suponen un muro infranqueable, Mireau asiste encolerizado y ordena bombardear sus posiciones, el jefe de artilleros se niega si no le dan las ordenes por escrito, la operación es un estruendoso fiasco, Kubrick expone una batalla con un realismo impresionante, sabe en qué lugar poner la cámara en cada momento para emitir una descarnada veracidad, y todo sin que aparezca un solo enemigo. En una reunión el día posterior, los Generales Broulard y Mireau junto al Coronel Dax, Mireau iracundo pide fusilar a cien soldados por cobardía, llega a esgrimir demagógicamente <Si era imposible avanzar, la única prueba serían sus cadáveres en las trincheras>, tras una dura discusión lo dejan en un soldado de cada uno de los tres regimientos será juzgado ante un Consejo de Guerra, para dar escarmiento, Dax esgrime ante ellos la injusticia de la medida, se ofrece a defender a los acusados, en la vida civil era un abogado de prestigio. Los tres elegidos son Pierre Arnaud (Joe Turkel), escogido al azar, es un soldado galardonado con medallas por su valentía, Maurice Ferol (Timothy Carey), escogido porque ser considerado un degenerado social (se referirán a que es homosexual?), y Philippe Paris (Ralph Meeker), elegido por el Teniente Roget (Wayne Morris) por ser un peligro para él, tres cabezas de turco ante los mandos que juegan a ser Dioses, son peones que sacrificar sin peso moral. En el juicio Dax se siente inútil ante el teatrillo con final previsto de antemano, resumido en una sangrienta frase de Dax <Hay momentos en los que me avergüenzo del ser humano y este es uno de ellos>, el suelo de la sala del juicio se asemeja a un tablero de ajedrez, metáfora de cómo se van a sacrificar peones en pos de salvar a los mandamases. La Obra adapta la novela homónima de 1935 de Humphrey Cobb, se basa libremente en hechos reales acaecidos durante la mortífera y prolongada Batalla de Verdún, más de 315000 muertos, Cobb no tenía título para el libro, el editor realizó un concurso público, ganó la propuesta sobre la novena estrofa de un poema (‘Elegía escrita en un cementerio rural’) de Thomas Gray <Los senderos de la gloria no conducen sino a la tumba>, Kubrick lo leyó de joven y tras ‘The Killing’ compró con sus socios los derechos por 10000 $. El guión lo escriben el propio Kubrick, Jim Thompson (‘The Killing’) y Calder Willingham (‘El Graduado’), construyendo personajes profundos. Del guión rezuma el temario que Kubrick mostró en muchas de sus obras, cómo la guerra nos deshumaniza, la sinrazón de la violencia, la dura crítica a las clases dominantes, los poderosos manipulan a su antojo a las clases de abajo, un alegato anti-guerra enervador, relatado con mordacidad, cinismo, agudeza e inteligencia. (Continua en spoiler sin)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
Los soldados rasos son guiñoles manejados sin escrúpulos, ello en pos de medrar y taparse sus vergüenzas, un fresco pesimista y nada esperanzador de la Condición Humana, ello en un desarrollo fluido, plagado de escenas portentosas, diálogos sibilinos y sutiles, y todo evolucionando hacia un clímax final de los que se te pondrá el vello de punta, unos de los más tristes y a la vez esperanzadores que se han visto en el Séptimo Arte (spoiler), de una sensibilidad no sensiblera fuera de toda medida. Los actores están soberbios, Kirk Douglas es la viva esencia de la dignidad, la valentía (colosal como lidera el fracasado avance), el orgullo, la justicia, la honestidad, la decencia, y esto lo transmite con un poderoso lenguaje gestual, su intenso carisma riega cada fotograma. George Macready es el despiadado y cruel general de modo brillante, su villanía se plasma en su hiriente mirada, Adolphe Menjou es el maléfico manipulador que juega a ser un Dios sutil al que nunca le rozan las balas en su impoluto traje, los tres condenados lo bordan, son un crisol de reacciones. La fotografía de George Krause (…) en glorioso blanco y negro demuestra una enorme comunión con el relato sirviendo de encauzadora de sentimientos por sus tonalidades. Como curiosidad en España hubo que esperar a 1986 para verla. El resultado final es uno de los puntos álgidos del Cine, cine de conciencia, cine humanista, Cine con mayúsculas, ello con un reguero de escena magnas. Fuerza y honor!!!
Spoiler:
El tramo final es apoteosis fílmica, en el último intento Dax trata de impedir las ejecuciones, se reúne con el General Broulard y con un hipocresía dolorosa le suelta <Esas ejecuciones serán un revulsivo para la División, hay pocas cosas tan alentadoras como ver morir a alguien>, a esta estéril tentativa le siguen unos decadente y turbadores 8 minutos en que nos muestran la ejecución, unos rituales angustiosos. A esto sigue una reunión-encerrona entre el General Broulard, el General Mireau (esto no estaba en el libro, Kubrick y Thompson lo aportaron), y el Coronel Dax, aterradora la frase que le espeta Mireau a Dax <Sus hombres murieron muy bien>, Broulard sibilinamente le comunica Mireau que va a ser investigado por querer bombardear a sus tropas, Mireau se marcha indignado y diciendo demagógicamente <Me convierte usted en el chivo expiatorio, al único hombre completamente inocente de todo el asunto. Sólo tengo una cosa que decirte, George. El hombre al que apuñalas por la espalda es un soldado>, derivando al final en una dura discusión de Dax con Brouard, este pensaba que la insistencia por desacreditar Dax a Mireau eran por sus ansias de tomar su puesto, Dax se rebela y escupe verbalmente sobre esta suposición, se marcha abatido del despacho, sin tener ilusión por la raza humana, no tienen futuro, Dax camina hacia su cuartel, por el camino se acerca a una bulliciosa taberna rebosante de soldados franceses de su regimiento, están algo bebidos y fanfarrones, el tabernero saca a un escenario a una bella joven alemana, (Christiane, Kubrick la conoció en el rodaje y se casó con ella, estando juntos hasta la muerte de él), la exhibe cual trofeo, los soldados silban, ríen ante los lascivos comentarios del tabernero, la joven llora asustada, Dax escucha resignado la deshumanización de los soldados, entonces las puertas del cielo parecen abrirse, la joven empieza a cantar un tema popular alemán (‘Der Treuer Husar’ de 1825), los jaleosos soldados se van callando ante la melodiosa voz, se quedan fascinados por lo que oyen, no entienden lo que dice pero les llega al fondo del corazón el trémulo sonido, se sienten tocados en el alma, y sus rostros se emocionan, algunos lagrimean, comienzan a tararear la canción, el Coronel Dax observa la escena y nota que no todo está todo perdido aún hay esperanza, estremecedor, enternecedor, melancólico y conmovedor epílogo a una Obra Maestra, 5 minutos sublimes.
Spoiler:
El tramo final es apoteosis fílmica, en el último intento Dax trata de impedir las ejecuciones, se reúne con el General Broulard y con un hipocresía dolorosa le suelta <Esas ejecuciones serán un revulsivo para la División, hay pocas cosas tan alentadoras como ver morir a alguien>, a esta estéril tentativa le siguen unos decadente y turbadores 8 minutos en que nos muestran la ejecución, unos rituales angustiosos. A esto sigue una reunión-encerrona entre el General Broulard, el General Mireau (esto no estaba en el libro, Kubrick y Thompson lo aportaron), y el Coronel Dax, aterradora la frase que le espeta Mireau a Dax <Sus hombres murieron muy bien>, Broulard sibilinamente le comunica Mireau que va a ser investigado por querer bombardear a sus tropas, Mireau se marcha indignado y diciendo demagógicamente <Me convierte usted en el chivo expiatorio, al único hombre completamente inocente de todo el asunto. Sólo tengo una cosa que decirte, George. El hombre al que apuñalas por la espalda es un soldado>, derivando al final en una dura discusión de Dax con Brouard, este pensaba que la insistencia por desacreditar Dax a Mireau eran por sus ansias de tomar su puesto, Dax se rebela y escupe verbalmente sobre esta suposición, se marcha abatido del despacho, sin tener ilusión por la raza humana, no tienen futuro, Dax camina hacia su cuartel, por el camino se acerca a una bulliciosa taberna rebosante de soldados franceses de su regimiento, están algo bebidos y fanfarrones, el tabernero saca a un escenario a una bella joven alemana, (Christiane, Kubrick la conoció en el rodaje y se casó con ella, estando juntos hasta la muerte de él), la exhibe cual trofeo, los soldados silban, ríen ante los lascivos comentarios del tabernero, la joven llora asustada, Dax escucha resignado la deshumanización de los soldados, entonces las puertas del cielo parecen abrirse, la joven empieza a cantar un tema popular alemán (‘Der Treuer Husar’ de 1825), los jaleosos soldados se van callando ante la melodiosa voz, se quedan fascinados por lo que oyen, no entienden lo que dice pero les llega al fondo del corazón el trémulo sonido, se sienten tocados en el alma, y sus rostros se emocionan, algunos lagrimean, comienzan a tararear la canción, el Coronel Dax observa la escena y nota que no todo está todo perdido aún hay esperanza, estremecedor, enternecedor, melancólico y conmovedor epílogo a una Obra Maestra, 5 minutos sublimes.