Haz click aquí para copiar la URL
España España · almeria
Voto de TOM REGAN:
6
Comedia Dos excelentes estudiantes y grandes amigas, en la víspera de su graduación de su instituto, de repente se dan cuenta de que podrían haberse esforzado algo menos en clase y haberse divertido más. Así que deciden hacer algo al respecto para compensar tanto estudio y tan poca diversión: recuperar los años perdidos en una noche loca. (FILMAFFINITY)
29 de marzo de 2020
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
75/25(26/03/20) Entretenida ópera prima en la realización de un largometraje de la actriz Olivia Wilde, que sin embargo veo que mucha gente ensalza como un vehículo que pondera el feminismo, cuando en realidad solo coge estereotipos masculinos y una historia mil veces vista en cine teenager, sobre jóvenes (casi siempre ‘nerds’ marginados) en ‘bacanales’ pre-graduación (como 'American Graffiti' de 1973, 'Movida del 76' de 1993, 'Ya no puedo esperar' (1998) o 'Supersalidos' de 2007), y los torna en féminos, y con esta ‘hábil’ estrategia parece han descubierto la rueda. Tratando los mismo temas inherentes, pero con el lavado de cara progresista donde todos estos cuasi-adolescentes rezuman buen rollo, aquí no hay machismo, no hay bulyng, homofobia, clasismo, ni envidias, ni egoísmos, no hay malos malísimos, viven en un mundo de tolerancia, con unos profes ‘tope-guays’, en un universo cuasi-idealizado donde los conflictos resultan d época intensidad y hondura. Abordando el despertar a la madurez, donde lo que realmente sobresale es el canto a la amistad, por otro lado sin más originalidad que la fascinante química entre la pareja de actrices protagonistas. El guión está escrito a cuatro manos y se nota (Emily Halpern, Sarah Haskins, Susanna Fogel y Katie Silberman), siendo esencial para dar lustre al metraje el espléndido binomio protagónico de Beaniae Feldstein (hermana de Johnah Hill) y Kaitlyn Dever, aunque para para contrapesar hay un conjunto de secundarios regularmente delineados en tono cliché de una sola nota, especialmente sangrante es la grotesca pareja gay. Cinta que busca evocar un mundo liberal feminista (pero si hasta una de las protagonistas dice que va a ir a Botsuana a hacer tampones caseros!), de aceptación de sexual del sexual del diferente (una de las protagonistas es declarada lesbiana, pero esto no supone conflicto alguno, ni con ella misma, ni con nadie a su alrededor), donde el tándem referido se embarca en una odisea nocturna por divertirse lo que no lo han hecho durante su etapa high school, ello en un desarrollo fluido, con ritmo, con diálogos divertidos cargados de subcapas y dobles sentidos, con situaciones algunas jocosas (el oso panda de peluche, la recreación de un ‘cuelgue’ de drogas en stop-motion, el móvil con el porno, vomitonas, …), con algún toque gamberro, con dosis emocionantes (el karaoke, la discusión de amigas,…), sin caer en sensiblerías. El pero es que aquí no hay originalidad, discurre por senderos muy trillados, lo cual perse no la hace mala, pero tampoco por ser protagonizada por chicas la hace buenísima. El título original de este película, 'Booksmart', es una expresión anglosajona para alguien que es muy listo y avanzado académicamente hablando pero que luego no tiene mucha idea de cómo funciona el mundo real.

La presentación de las protagonistas resulta un ejercicio ágil, de unas ratones de biblioteca, unas empollonas que se creen más inteligentes que el resto de sus compañeros de secundaria, pero se enfrenta con la realidad de que hay gente en su instituto que han sabido combinar estudiar con disfrutar de su juventud (una chica le espeta a Molly: “No es que no nos importe la escuela, es solo que la escuela no es lo único que nos importa"). Esto es Moll (Beaniae Feldstein) la que lo descubre y siente una ‘epifanía’ en el pasillo del ‘insti’ mostrado con notable expresividad en slow motion, mientras ella en estado de shock surca el lugar con los alumnos alborozados en fiesta (serpentinas y condones llenos de agua, uno de ellos estalla en el rostro de Molly) por ser el último día de docencia. Esto las hace replantearse la última noche antes de la graduación como una misión por divertirse descontroladamente.

Y entonces se ‘subirán’ a una larga noche llena de aventuras donde Olivia Wilde demuestra inteligencia visual y oral ante un relato tan trillado (el running gag del osito de peluche; un yate de fiesta triste; una fiesta de drogas que acaban como muñecas Barbie; cuando ponen en práctica para encontrar la fiesta: "Hagamos lo que mejor sabemos hacer: los deberes!" y acaban en una biblioteca; un asalto a un pizzero; encuentros extraños con sus profesores en trabajos alternativos; el encuentro sexual coronado por acto un tanto escatológico; o la climática discusión en la fiesta entre las dos amigas, filmada en una toma, con la ámara flotando alrededor de ellas, con los asistentes mirando con sus móviles filmando), hasta desembocar en esta particular ‘Ciudad de Oz’ que es la fiesta de Nick, donde las amigas esperan hacer sus sueños realidad. Allí se darán cuenta que Dios escribe con renglones torcidos, y es que no siempre tu felicidad está donde esperas. En este tramo de la fiesta final se da la más bella escena de la cinta, que es la secuencia del Karaoke con el tema de Alanis Morissette “You Oughta Know”, cantado por Kaitlyn Dever, un ejemplo de edición para provocar sensaciones, fijándose en las miradas, los gestos, los sentimientos flotan en el aire en estos minutos, muy bueno. También es meritoria la escena de la piscina en que Amy bucea entre los invitados, alborozada porque cree que tiene algo especial con alguien, pero cuando sale a la superficie se da de bruces con la realidad (todo esto adornado con música lisérgica).

Se le puede achacar cierto abuso de los montajes musicales para rellenar y empujarnos sentimentalmente a emociones artificiales, hay un momento en que crees estar en un videoclip más que en una película.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
TOM REGAN
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow