Media votos
6,5
Votos
5.702
Críticas
5.200
Listas
10
Recomendaciones
- Sus votaciones a categorías
- Mis críticas favoritas
- Contacto
-
Compartir su perfil
Voto de TOM REGAN:
5
6,3
5.498
Drama
El 6 de junio de 1968, en el hotel Ambassador de Los Ángeles fue asesinado el senador demócrata Robert F. Kennedy, hermano del presidente J.F.K. (asesinado también 5 años antes). Su carrera hacia la Casa Blanca parecía imparable, pero el disparo de un joven de origen palestino acabó con su vida cuando sólo tenía 42 años. "Bobby" narra el trágico suceso desde el punto de vista de las 22 personas que estaban en ese momento en el hotel. (FILMAFFINITY) [+]
8 de agosto de 2018
Sé el primero en valorar esta crítica
151/10(19/07/18) Fallido intento de Emilio Estevez de captar el clima y estado de ánimo reinante en Estados Unidos el fatídico día del asesinato de RFK. La película recrea el ambiente de la época e invoca las esperanzas inspiradas por Kennedy a través del uso de la transmisión real y las imágenes del filme del senador intercalado con secuencias dramáticas que involucran principalmente a personajes de ficción. Utiliza un dispositivo de diagrama de conjunto similar al empleado en la película de 1932 Grand Hotel, y por Robert Altman en Nashville. La película sufre por la pretenciosidad de su director y guionista (Estévez, que también se guarda un papel), que termina creyéndose tiene un gran libreto entre manos, y no hace más que tirarse tiros en el pie en la mayoría, quedando la cinta en algo superficial y vacío de contenido, conjunto de eslóganes en modo de sketches que ansían mucho más de lo que dan, tan esquemático y cortito de sustancia, amalgama de historias que no te mueven a reacción alguna, solo interesante en los flashes de archivo en que vemos y oímos al senador Robert F. Kennedy. Bosquejos de un tiempo de preocupaciones y desesperanza social donde se necesitaba un líder moral que recondujera la situación, allí cual mirlo blanco Estévez pondera hagiográficamente a RFK. Lo malo es que el director no sabe proyectar garra alguna, microhistorias sin fuste, se ven las intenciones, pero no hay hondura alguna, se le podría achacar (en mi buenismo) que el realizador da poco tiempo las subtramas para desarrollarse, pero sería erróneo, pues incluso se me llegan a hacer redundantes, pues que dos muchachos se tomen LSD y que una ricachona tenga un problema para comprar unos zapatos me queda entre bufo y ridículo. Está bien que se le quiera dar un homenaje a RFK, pero merecía mucho más.
La estructura de la narración por lo menos denota valentía, y esto es de agradecer, lejos de ser un biopic al uso relatando la vida y obra del político, alejado del thriller tipo “JFK” de O. Stone, aspira a proyectar una atmósfera que refleje las esperanzas y recelos de la sociedad del momento, sobrevolando de vez en cuando por los fotogramas RFK como especie de solución mantra a todos los problemas, Bobby Kennedy no aparece en el film película, excepto en imágenes de archivo y como una figura distante y borrosa durante las escenas culminantes. Estévez nos habla de forma ligera de temas como el Vietnam (cursi: una alargada trama sobre una chica que se casa con un chico para que este se libre de ir a la guerra), el LSD (penosa: dos voluntarios de RFK que en vez de reclutar adeptos se dedican a drogarse con LSD), la inmigración (plana: los problemas en la cocina del hotel entre latinos, afros y blancos), el miedo al comunismo (banal: reflejado en una periodista checa que quiere entrevistar a RFK), los derechos de voto (chusca: los trabajadores del hotel queriendo ir a votar… o no), o la pobreza (ñoña: una empleada de la centralita del hotel teniendo que “rapiñar” comida del catering de RFK); asimismo se tocan temas como el declive de las divas, el alcoholismo, la infidelidad, el otoño de la vida.
Estévez bajo su esquema de historias cruzadas en el hotel Ambassador en Los Ángeles se sirve de un elenco de estrellas fabuloso, estas ante el escaso valor de sus diálogos terminan por convertir la película en un desfile de celebrities. Los personajes incluyen a John Casey (Anthony Hopkins), portero retirado del hotel que pasa sus días jugando al ajedrez con su amigo Nelson (Harry Belafonte) en el lobby (solo están para que veamos que los viejos juegan al ajedrez en su jubilación? Bueno también quieren que veamos a un blanquito y un negro que se llevan bien, el crisol de razas) ; Diane (Linndsay Lohan), quien se casará con su amigo William (Elijah Wood) con la esperanza de que su estado civil lo tenga alejado de la Guerra de Vietnam (se alarga la trama sin aportar algo novedoso como la visita de los suegros); Virginia Fallon (Demi Moore), una cantante alcohólica cuya carrera está en declive, su esposo/gerente postrado, Tim (Emilio Estévez), y su agente Phil (David Krumholtz); Miriam Ebbers (Sharon Stone), una esteticista que trabaja en el salón del hotel, y su esposo Paul (William H. Macy), gerente del hotel, está teniendo una aventura con la operadora de la centralita operador Angela (Heather Graham); el gerente de alimentos y bebidas Daryl Timmons (Christian Slater), tiene una actitud racista con sus empleados en la cocina; El chef afroamericano Edward Robinson (Lawrence Fishburne) y los ayudantes de mesa mexicano-mexicanos José (Freddy Rodríguez) y Miguel (Jacob Vargas), reflejan los choques étnicos; la mesera de la cafetería del hotel Susan (Mary Elizabeth Winstead); Jimmy (Brian Geraghty) y Cooper (Shia LaBeouf), voluntarios de la campaña que son desviados por un viaje ácido que toman con la ayuda del traficante de drogas Fisher; personas casadas y donantes de campaña Samantha y Jack; el gerente de campaña Wade y el miembro del equipo Dwayne, quien está enamorado de la colega de Angela, Patricia; y la periodista checoslovaca Lenka Janáčková, que está decidida a obtener una entrevista con Kennedy.
Estévez ofrece una narración lisa, sin sobresaltos, sin sorpresas, sin chicha, tan insaboro como un telefilm del montón, lleno de obviedades, de apuntes a pie de página, que incluso nos hace remasticar, rebosante de tópicos, de clichés, de escenas vacuas, apareciendo lo peor que puede aparecer durante una película, el tedio, pareciendo todo un largo impasse a la espera del clímax final del desgraciadamente esperado asesinato, a ver si así conseguimos empatizar con la historia, pero cuando llega estamos tan fríos que solo nos rasca (por lo menos a mí). Solo medio-estimables son las interpretaciones de las dos veteranas Sharon Stone y Demi Moore (esta en un remedo claro de Joan Crawford),…(sigue en spoiler)
La estructura de la narración por lo menos denota valentía, y esto es de agradecer, lejos de ser un biopic al uso relatando la vida y obra del político, alejado del thriller tipo “JFK” de O. Stone, aspira a proyectar una atmósfera que refleje las esperanzas y recelos de la sociedad del momento, sobrevolando de vez en cuando por los fotogramas RFK como especie de solución mantra a todos los problemas, Bobby Kennedy no aparece en el film película, excepto en imágenes de archivo y como una figura distante y borrosa durante las escenas culminantes. Estévez nos habla de forma ligera de temas como el Vietnam (cursi: una alargada trama sobre una chica que se casa con un chico para que este se libre de ir a la guerra), el LSD (penosa: dos voluntarios de RFK que en vez de reclutar adeptos se dedican a drogarse con LSD), la inmigración (plana: los problemas en la cocina del hotel entre latinos, afros y blancos), el miedo al comunismo (banal: reflejado en una periodista checa que quiere entrevistar a RFK), los derechos de voto (chusca: los trabajadores del hotel queriendo ir a votar… o no), o la pobreza (ñoña: una empleada de la centralita del hotel teniendo que “rapiñar” comida del catering de RFK); asimismo se tocan temas como el declive de las divas, el alcoholismo, la infidelidad, el otoño de la vida.
Estévez bajo su esquema de historias cruzadas en el hotel Ambassador en Los Ángeles se sirve de un elenco de estrellas fabuloso, estas ante el escaso valor de sus diálogos terminan por convertir la película en un desfile de celebrities. Los personajes incluyen a John Casey (Anthony Hopkins), portero retirado del hotel que pasa sus días jugando al ajedrez con su amigo Nelson (Harry Belafonte) en el lobby (solo están para que veamos que los viejos juegan al ajedrez en su jubilación? Bueno también quieren que veamos a un blanquito y un negro que se llevan bien, el crisol de razas) ; Diane (Linndsay Lohan), quien se casará con su amigo William (Elijah Wood) con la esperanza de que su estado civil lo tenga alejado de la Guerra de Vietnam (se alarga la trama sin aportar algo novedoso como la visita de los suegros); Virginia Fallon (Demi Moore), una cantante alcohólica cuya carrera está en declive, su esposo/gerente postrado, Tim (Emilio Estévez), y su agente Phil (David Krumholtz); Miriam Ebbers (Sharon Stone), una esteticista que trabaja en el salón del hotel, y su esposo Paul (William H. Macy), gerente del hotel, está teniendo una aventura con la operadora de la centralita operador Angela (Heather Graham); el gerente de alimentos y bebidas Daryl Timmons (Christian Slater), tiene una actitud racista con sus empleados en la cocina; El chef afroamericano Edward Robinson (Lawrence Fishburne) y los ayudantes de mesa mexicano-mexicanos José (Freddy Rodríguez) y Miguel (Jacob Vargas), reflejan los choques étnicos; la mesera de la cafetería del hotel Susan (Mary Elizabeth Winstead); Jimmy (Brian Geraghty) y Cooper (Shia LaBeouf), voluntarios de la campaña que son desviados por un viaje ácido que toman con la ayuda del traficante de drogas Fisher; personas casadas y donantes de campaña Samantha y Jack; el gerente de campaña Wade y el miembro del equipo Dwayne, quien está enamorado de la colega de Angela, Patricia; y la periodista checoslovaca Lenka Janáčková, que está decidida a obtener una entrevista con Kennedy.
Estévez ofrece una narración lisa, sin sobresaltos, sin sorpresas, sin chicha, tan insaboro como un telefilm del montón, lleno de obviedades, de apuntes a pie de página, que incluso nos hace remasticar, rebosante de tópicos, de clichés, de escenas vacuas, apareciendo lo peor que puede aparecer durante una película, el tedio, pareciendo todo un largo impasse a la espera del clímax final del desgraciadamente esperado asesinato, a ver si así conseguimos empatizar con la historia, pero cuando llega estamos tan fríos que solo nos rasca (por lo menos a mí). Solo medio-estimables son las interpretaciones de las dos veteranas Sharon Stone y Demi Moore (esta en un remedo claro de Joan Crawford),…(sigue en spoiler)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
… deja esta última la mejor frase del film (bastante misógina) "Somos todas putas, solo que a algunas de nosotras nos pagan por ello", resto de actuaciones quedan siendo benévolo como una pasarela de famosos hollywoodienses, que como bien he leído se asemeja a un capítulo de la casposa serie “Vacaciones en el mar”).
Estévez en aras de ensalzar a RFK convierte la historia en hagiografía que no hay aristas, Robert es puro, honesto, el Mesías que viene a salvarnos de las desigualdades sociales, de la Guerra de Vietnam, del racismo, de la Guerra Fría, cuando si escarbas un poco ves que RFK estuvo en el gobierno del hermano JFK en que inicio el envió de soldados americanos “expedicionarios” a Vietnam, embrión de la Guerra en Indochina, estuvo tras la decisión desastrosa del ataque a Bahía Cochinos en Cuba, que recrudeció la Guerra Fría, no digo que fuera un tipo malo, lo que remarco es que nadie está libre tener una mochila de errores, que nos hace humanos.
La cinta peca de sentimentaloide, de personajes sin nada a sumar, de intrascendencia, de llegar al ridículo con el caricaturesco Ashton Kutcher como hippie- camello, de simplona al querer criticar al comunismo a través de una periodista checa (Michel Litvak como Svetlana Metkina). Hay actores que lo intentan como Macy, Slater, Rodríguez o Fishburne pero poco pueden hacer con su desaborido papel.
Idea apreciable es el manejo de la banda sonora para enmarcar en el tiempo, crea a través de esta el momento emocional del film, cuando se oye la versión acústica de “The sound of silence” de Simon & Garfunkel, como alegoría del silencio que nos dejó RFK, tema escrito tras el asesinato de su hermano John. El score está compuesto por Mark Isham (“Blade” o “La Dalia Negra”), pero este queda diluido entre la formidable galería de temas sesenteros. Canciones escuchadas a lo largo de la película consisten en compilación de música de la década de 1960, incluyendo "The Tracks of My Tears" de Smokey Robinson, "I Was Made to Love Her" de Stevie Wonder, "Is not That Peculiar" de Marvin Gaye, versión acústica original de "The Sound of Silence" de Simon & Garfunkel , "Anji" cubierta por Jason Huxley, "Come See About Me" de The Supremes, "There's a Kind of Hush" de Herman's Hermits , "Black Is Black"por Los Bravos , "Season of the Witch" y "Hurdy Gurdy Man" de Donovan,"Wives and Lovers"de Jack Jones ,"Magic Moments" de Perry Como ,"Pata Pata" de Miriam Makeba e"Initials" del musical Hair. "Never Gonna Break My Faith" escrito por Bryan Adams e interpretado por Aretha Franklin, Mary J. Blige, y el Boys Choir of Harlem, se oye durante los créditos finales. Demi Moore realizó una versión grabada de "Louie Louie" escrito por Richard Berry para la película.
Lo mejor de la película son los insertos de las imágenes de archivo de RFK, donde oímos sus emocionantes discursos, llenos de vida e ilusión en un mañana mejor, vemos a la gente de todas condiciones sociales agasajarlo en loor de multitudes. Al final, después de todos los disparos, Estévez lanza un montaje de las grabaciones de noticias de los años 60, "espera", "The Sound of Silence" de Simon and Garfunkel; también escuchamos el discurso de campaña que RFK dio a principios de 1968, en el que presenta una visión intensamente conmovedora de la reconciliación estadounidense. Parece profetizar lo que sucedió con el tiempo, y que desgraciadamente él no pudo hacer nada por cambiarlo, con la nefasta presidencia de Richard Nixon, haciéndonos reflexionar sobre lo que el asesino nos “robó” a toda la humanidad con sus disparos
Es una película apreciable en su originalidad de querer reflejar una atmósfera latente de tensiones a la espera de alguien que sepa reconducir la situación, pero narrativamente hace aguas por demasiados lugares como para que puede ser un estandarte para la poderosa figura de RFK. Fuerza y honor!!!
Para leer más sobre el film ir a: https://conloslumiereempezo.blogspot.com/2018/08/bobby.html
Estévez en aras de ensalzar a RFK convierte la historia en hagiografía que no hay aristas, Robert es puro, honesto, el Mesías que viene a salvarnos de las desigualdades sociales, de la Guerra de Vietnam, del racismo, de la Guerra Fría, cuando si escarbas un poco ves que RFK estuvo en el gobierno del hermano JFK en que inicio el envió de soldados americanos “expedicionarios” a Vietnam, embrión de la Guerra en Indochina, estuvo tras la decisión desastrosa del ataque a Bahía Cochinos en Cuba, que recrudeció la Guerra Fría, no digo que fuera un tipo malo, lo que remarco es que nadie está libre tener una mochila de errores, que nos hace humanos.
La cinta peca de sentimentaloide, de personajes sin nada a sumar, de intrascendencia, de llegar al ridículo con el caricaturesco Ashton Kutcher como hippie- camello, de simplona al querer criticar al comunismo a través de una periodista checa (Michel Litvak como Svetlana Metkina). Hay actores que lo intentan como Macy, Slater, Rodríguez o Fishburne pero poco pueden hacer con su desaborido papel.
Idea apreciable es el manejo de la banda sonora para enmarcar en el tiempo, crea a través de esta el momento emocional del film, cuando se oye la versión acústica de “The sound of silence” de Simon & Garfunkel, como alegoría del silencio que nos dejó RFK, tema escrito tras el asesinato de su hermano John. El score está compuesto por Mark Isham (“Blade” o “La Dalia Negra”), pero este queda diluido entre la formidable galería de temas sesenteros. Canciones escuchadas a lo largo de la película consisten en compilación de música de la década de 1960, incluyendo "The Tracks of My Tears" de Smokey Robinson, "I Was Made to Love Her" de Stevie Wonder, "Is not That Peculiar" de Marvin Gaye, versión acústica original de "The Sound of Silence" de Simon & Garfunkel , "Anji" cubierta por Jason Huxley, "Come See About Me" de The Supremes, "There's a Kind of Hush" de Herman's Hermits , "Black Is Black"por Los Bravos , "Season of the Witch" y "Hurdy Gurdy Man" de Donovan,"Wives and Lovers"de Jack Jones ,"Magic Moments" de Perry Como ,"Pata Pata" de Miriam Makeba e"Initials" del musical Hair. "Never Gonna Break My Faith" escrito por Bryan Adams e interpretado por Aretha Franklin, Mary J. Blige, y el Boys Choir of Harlem, se oye durante los créditos finales. Demi Moore realizó una versión grabada de "Louie Louie" escrito por Richard Berry para la película.
Lo mejor de la película son los insertos de las imágenes de archivo de RFK, donde oímos sus emocionantes discursos, llenos de vida e ilusión en un mañana mejor, vemos a la gente de todas condiciones sociales agasajarlo en loor de multitudes. Al final, después de todos los disparos, Estévez lanza un montaje de las grabaciones de noticias de los años 60, "espera", "The Sound of Silence" de Simon and Garfunkel; también escuchamos el discurso de campaña que RFK dio a principios de 1968, en el que presenta una visión intensamente conmovedora de la reconciliación estadounidense. Parece profetizar lo que sucedió con el tiempo, y que desgraciadamente él no pudo hacer nada por cambiarlo, con la nefasta presidencia de Richard Nixon, haciéndonos reflexionar sobre lo que el asesino nos “robó” a toda la humanidad con sus disparos
Es una película apreciable en su originalidad de querer reflejar una atmósfera latente de tensiones a la espera de alguien que sepa reconducir la situación, pero narrativamente hace aguas por demasiados lugares como para que puede ser un estandarte para la poderosa figura de RFK. Fuerza y honor!!!
Para leer más sobre el film ir a: https://conloslumiereempezo.blogspot.com/2018/08/bobby.html