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Voto de TOM REGAN:
7
2011
6,7
52.333
Animación. Aventuras
Tintín, un joven periodista dotado de una curiosidad insaciable, y su leal perro Milú descubren que la maqueta de un barco contiene un enigmático y secular secreto que deben investigar. A partir de ese momento, Tintín se verá acosado por Ivan Ivanovitch Sakharine, un diabólico villano que cree que el joven ha robado un valioso tesoro vinculado a un cruel pirata llamado Rackham el Rojo. Pero, con la ayuda de Milú, del cascarrabias ... [+]
5 de marzo de 2012
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
46/27(29/02/12) Jamás me he leído un comic de Tintín, todo lo que se dé él es algo esquemático, sus compañeros y sus continuas y trotamunderas aventuras, por tanto si es fiel o no al espíritu del protagonista me la trae al pairo. Solo comentaré el muy entretenido film de aventuras del Rey de Hollywood, una bacanal naif de cine de acción en lugares exóticos gracias a la dirección de Steven Spielberg y la producción de Peter Jackson, un producto en formato de animación por ordenador, el presentado en sociedad por Robert Zemekis en ‘Polar Express’, ‘Cuento de Navidad’ o ‘Beowulf’, el ‘motion picture capture’ o sea, la captura del movimiento de un actor, con lo que se consigue unos efectos de realismo que rozan la perfección, aunque aún le faltan algo de expresividad a los personajes. El trío guionista Edgar Wright/Steven Moffat (‘Zombis Party’ o ‘Arma Fatal’) y Joe Cornish (‘Attack The Block’) hacen una mezcla de los tres primeros libros del personaje (‘El cangrejo de las pinzas de oro’, ‘El secreto del Unicornio’ y ‘El tesoro de de Rackham el Rojo’), no se complican la vida, ofrecen un encadenado de escenas de acción, una tras de otra, con el McGuffin de la búsqueda de una maqueta de un barco con pergamino secreto, que puede llevar a un gran tesoro, sabiendo aportar dosis de humor distendido, su hilo conductor, es superfluo, una nimia excusa para sumergirnos en una odisea donde el más difícil todavía es su lema y donde Spielberg encuentra en este formato el infinito como límite, y donde los personajes son descritos de modo liviano, a excepción del más logrado, el capitán Haddock, al que da vida de modo carismático Andy Serkis, un tipo atormentado por el heroísmo de sus antepasados. Comienza con unos títulos de crédito magníficos, recuerdan a los magistrales de ‘Atrápame si puedes’, hechos por Kevin J. Walsh (‘La Guerra de los Mundos’ o ‘ Los Tennebaums’), una deliciosa música de John Williams, y empieza la historia con una presentación espléndida del protagonista, una metáfora ingeniosa de lo que vamos a ver, están en un mercadillo haciéndole una caricatura a un personaje que no se ve, la acaba el dibujante y la imagen es la icónica de Tintín tal como Georges Prosper Remi/Hergé la creó, para a continuación verse la que Spielberg ha trasladado a la gran pantalla, toda una alegoría de que una cosa es la visión del belga y otra la del director de Ohio, para ya enfrascarnos en la trama, sin apenas presentación de Tintín (Jamie Bell), ya vemos al villano, a los policías aquí llamados Hernández y Fernández, en realidad los Thompson (Simon Pegg y Nick Frost), y por supuesto a Milú, lo secuestran en un barco, donde aparece el notable capitán Haddock, un alcohólico en busca de un sentido a su vida. Su puesta en escena es exquisita, cada plano es muy rico en detalles, la realidad y lo animado se dan la mano. (Continua en spoiler sin spoilers)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Con un ritmo trepidante se suceden las escenas de persecuciones, peleas y disparos en coches, aviones, motos, barcos, calles y más, sobresaliendo la colosal persecución por la imaginaria ciudad de Bagghar, una explosión de imaginación, dinamismo y espíritu intrépido, donde se demuestra el por qué del ‘picture capture motion’, pues esto es rodado en un plano-secuencia antológico de casi 3 minutos, es algo que pasará a la Historia por sí solo, de cómo la cámara va saltando de modo fluido de un personaje a otro, un animal a otro, una montaña rusa hipervertiginosa, con cambios de encuadres brillantísimos, donde la fotografía de Janusz Kaminski , el habitual de Spielberg, además de aportar un colorido comicquero espléndido demuestra maestría a la hora de aportar vigor a su trabajo, como impresionantes y delirantes son las secuencias en el barco, o la pelea de grúas, o el de la batalla de Rackham El Rojo que cuenta Haddock, y es que el ritmo es apabullante, ayudado por el gran montado por Michael Kahn , el de cabecera del director, impresionante su trabajo en la narración de Haddock de la historia de su antepasado, esto además de no aburrirte hace no tengas tiempo de pensar en sus carencias, y es que la acción roza por momentos el caos, no hay apenas momentos de serenidad, este tornado es tan arrollador que los personajes se desvanecen. Y es que no es ni mucho menos redonda, empezando por la principal un protagonista plano, cuasi-andrógino, no se sabe nada de él, se comenta que es reportero, es un paracaidista venido de la nada, no transmite empatía ni personalidad, nos da igual lo que le pase, un tipo hueco de contenido que se hace aún más patente al encontrarse con Haddock, este si emite sentimientos, tampoco el villano Sakharine (Daniel Craig) está a la altura, tan laxo como Tintín, la personalidad cero por bandera, tampoco la trama está muy trabajada, hay escenas de acción ‘cartoonescas’ que rayan en muchas ocasiones en lo bufón, como la salida de Haddock fuera del avión a eructar en el depósito, pero esto es perdonable pues su aire de trivialidad le confiere un aroma pulp delicioso, es como un pastel que te aporta muchas calorías, nada sano, que cuando se acaba su paladar te deja con síntomas de culpabilidad gulítica, pero mientras lo saboreas disfrutas como un niño, pues eso es esta cinta, un viaje cándido a nuestra infancia, donde la bondad y la maldad estaban bien definidas, donde las cosas eran nítidas, todo era o blanco o negro, y te hacían penar en ser un héroe que viajaría a lugares exóticos para conseguir grandes botines y lo malo es que acaba la película y la realidad es tozuda. Spielberg demuestra que es un genio a la hora de hacernos pasatiempos fastuosos, y esto con lo liviano de lo que cuenta es de agradecer, Indiana Jones es su referencia y huele a ello. Recomendable a los amantes de la aventura clásica, la que nos hace ser niños de nuevo. Fuerza y honor!!!