49/18(20/02/11) Interesante debut del argentino Miguel Cohan que también firma el guión con su hermana Ana. Es una dura reflexión ética que pone contra las cuerdas nuestras convicciones morales, nos pone en la piel de los protagonistas y no sabemos cómo realmente reaccionaríamos en sus circunstancias. Es un thriller psicológico centrado en la muerte de un ciclista en una calle de una ciudad, es acusado un inocente, Federico (buen Leonardo Sbaraglia), mientras el culpable, un muchacho de clase media, Matias (buen Martin Slipak) decide con la ayuda de sus padres no entregarse y abandonar a su suerte al falso culpable. La cinta te engancha desde el principio con una rápida presentación de personajes que en una noche convergen en un fatídico punto de una calle, con un muy buen ritmo narrativo la historia discurre de forma ágil, tratando el tema desde muchos puntos de vista, la policía, la justicia, el padre del fallecido pidiendo justicia o los medios de comunicación. De esta forma discurre este angustioso thriller que nos sume hábilmente en un dilema ético, cuando nos vemos en situaciones extremas nuestros principios morales se tambalean llegando a comportarnos de modo ruin. Los actores rayan a gran altura, contenidos y sin estridencias, aunque el rol de Federico Lupi me queda muy desdibujado, resulta superficial, es un estereotipo sin profundidad. Sus defectos estarían en que el argumento al querer abordar muchos temas no rasca y por momentos son palos de ciego queriendo apuntar a todo el mundo, otro sería la elipsis del tiempo en la cárcel de Federico-Sbaraglia, nos hurtan su evolución psicológica del personaje con lo que su posterior comportamiento es bastante confuso, y por último su final es poco valiente, muy dubitativo, se queda en medio sin querer dar un buen broche a una buena película. Recomendable trabajo a los que gusten de dramas bien construidos. Fuerza y honor!!!