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Voto de TOM REGAN:
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Aventuras. Drama
Dos náufragos fugitivos de la justicia, una mujer y un novelista, son recogidos en alta mar por el capitán Wolf Larsen, que gobierna su barco como un tirano y que considera que la piedad es un signo de debilidad. Muy pronto los náufragos se dan cuenta de que en realidad son sus prisioneros. (FILMAFFINITY)
15 de marzo de 2021
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
82/15(11/03/21) Sugestiva adaptación del clásico de aventuras literarias homónimo de 1904 del estadounidense Jack London (llevado al cine en varias ocasiones desde el cine silente), dirigiendo el especialista en el sub género marino (“El capitán Blood” o “El Halcón de Mar”) el húngaro Michael Curtiz (nombre verdadero Manó Kertész Kaminer), siendo el guión del combativo políticamente de izquierdas (le costó estar en la hedionda Black List de Hollywood Robert Rossen (“El político” o “El buscavidas”), que pretendía hacer una alegoría sobre el capitalismo proyectable en el navío, pero Warner Bros eliminó muchos elementos políticos durante la producción para virarla a una de proto-visión de las pujantes dictaduras fascistas en Europa, donde Hitler había desencadenado dos Años atrás la Segunda Guerra Mundial, donde el capitán del barco ejemplifica el despotismo y tiranía de estos tóxicos regímenes. El guionista además se toma la libertad de dividir a uno de los personajes de la novela en dos entre el proscrito de John Garfield/George Leach, marinero contestatario, y el escritor forzado como naufrago a servir en el fantasmal navío, Alexander Knox por Humphrey van Wyden, además de inventarse el (cercenable) papel de Ida Lupino/Ruth Webster como interés amoroso de Leach.
Tiene entre las grandes bazas la película la majestuosa actuación de Edward G. Robinson, no me gusta hablar de merecimientos en los Oscar, pero voy hacer una excepción aquí, y es que este totémico actor nunca fuera ni tan siquiera nominado a la estatuilla dorada es de vergüenza ajena, y aquí da lo mejor de sí, en una de sus mejores encarnaciones (que ya es decir con roles como el de Rico de “Little Caesar” o el de Rocco de “Key largo”), colosal su encarnación con mucho del carácter de los míticos capitanes Ahab y Bligh, un Lobo Larsen complejo y sádico mandamás de una goleta de tres mástiles con destino a ninguna parte por un sendero de nieblas permanente. Posee un duelo psicológico incisivo entre el escritor y el Lobo de Mar, donde remanece la idea del Superhombre de Nietzsche, muchos críticos pensaron que The Sea Wolf fue escrito para elogiar las ideas de Nietzsche, pero London sostuvo que en realidad era lo contrario y sintió que el público simplemente no lo entendía. Una historia de perdedores, seres averiados, desheredados de la tierra que encuentran en este Fantasma su micromundo. Tratando temas como la tiranía, la corrupción moral, el sadismo, el atavismo, la autodestrucción, la baja autoestima, ello en el marco de un precipicio frente a la nada, en una nave que se proyecta de modo claustrofóbico, con latente aire malsano, merced a una clima asfixiante, una atmósfera alienante donde parce surcar el espacio más que el mar pro la sensación de aislamiento total. Siendo relevantes los papeles de John Garfield, Alexander Knox (no puede hacer mínima sombra al Titán de los Mares encarnado por Edward G. Robinson) e Ida Lupino, aunque entre los secundarios los que son espléndidos son el canadiense Gene Lockhart como pusilánime Dr. Louis Prescott, y el dublinés Barry Fitzgerald (eterno alcahuete Michaleen de “El Hombre Tranquilo”)
El refinado y culto escritor de ficción Humphrey Van Weyden (Alexander Knox) y la convicta fugitiva Ruth Webster (Ida Lupino) son pasajeros de un ferry que choca con otro barco y se hunde. Son rescatados de ahogarse por la goleta de tres mástiles “Ghost”, barco de caza de focas. Al timón está el Capitán, ‘Wolf’ Larsen (Robinson), brutal sádico se deleita en dominar y abusar de su tripulación. Se niega a regresar al puerto y obliga a Van Weyden a trabajar en la cocina bajo la supervisión del traicionero, codicioso y abusivo cocinero del barco (Barry Fitzgerald). También tendrán importancia en el relato el borrachín doctor del navío, Louis Prescott (Gene Lockhart), y George Leach (John Garfield), el nuevo marinero enrolado huyendo de la policía.
La gran sustancia de la película está en el arrollador rol de ‘Lobo’ Larsen que una vez que aparece lo acapara todo, haciendo que cuando no está el en pantalla el interés decaiga, un villano tridimensional, con aristas, matices, culto, nihilista, darwinista, lo humaniza el genial actor con su pose, su matizada expresividad, su gestualidad, su mirada, su sarcástica sonrisa, un cínico que gusta de humillar a los demás, gusta de utilizar su posición jerárquica cual demonios en su inferno particular, dejando traslucir un pasado que nunca se comenta, parece perenemente rumbo hacia un país llamado ‘Expiación’. Gran parte de la chicha está en el duelo que mantiene este arrogante ‘Neptuno’ con el escritor Van Weyden (alter ego seguramente del propio Jack London), que tiene su campo de batalla en el camarote del capitán, donde el literato encuentra para su sorpresa que Larsen es un aficionado a la lectura, teniendo en su biblioteca obras de Darwin, Nietzsche y Poe, entre otros muchos, y un volumen de Milton abierto en una página subrayado el fragmento: “Aquí, al menos, seremos libres. Aquí casi seguro reinaremos, y si he de elegir, prefiero reinar, aunque sea en el infierno. Mejor es reinar en el infierno que servir en el cielo”. Van Weyden se siente atraído por la ambigua personalidad de este tipo (“Un bruto sin sentimientos ni consideración. Pero también un hombre torturado por un cerebro que la naturaleza no debió darle”, comenta sobre uno de los pasajes que tiene preparado sobre un libro sobre Larsen).
La posibilidad de que este pueda hacer un libro sobre él parece excitarlo en su inmenso ego. Larsen profesa la filosofía Nietzscheana de que el hombre es esencialmente un animal amoral, y la moralidad es una construcción artificial no tiene nada que ver con la vida a bordo de su barco, y siguiendo este precepto profetiza que el carácter bondadoso de Van Weyden cambiará a medida que se acostumbre a la vida no civilizada entre la tripulación, donde nadie tiene un valor más alto que su propio beneficio personal,... (sigo en spoiler)
Tiene entre las grandes bazas la película la majestuosa actuación de Edward G. Robinson, no me gusta hablar de merecimientos en los Oscar, pero voy hacer una excepción aquí, y es que este totémico actor nunca fuera ni tan siquiera nominado a la estatuilla dorada es de vergüenza ajena, y aquí da lo mejor de sí, en una de sus mejores encarnaciones (que ya es decir con roles como el de Rico de “Little Caesar” o el de Rocco de “Key largo”), colosal su encarnación con mucho del carácter de los míticos capitanes Ahab y Bligh, un Lobo Larsen complejo y sádico mandamás de una goleta de tres mástiles con destino a ninguna parte por un sendero de nieblas permanente. Posee un duelo psicológico incisivo entre el escritor y el Lobo de Mar, donde remanece la idea del Superhombre de Nietzsche, muchos críticos pensaron que The Sea Wolf fue escrito para elogiar las ideas de Nietzsche, pero London sostuvo que en realidad era lo contrario y sintió que el público simplemente no lo entendía. Una historia de perdedores, seres averiados, desheredados de la tierra que encuentran en este Fantasma su micromundo. Tratando temas como la tiranía, la corrupción moral, el sadismo, el atavismo, la autodestrucción, la baja autoestima, ello en el marco de un precipicio frente a la nada, en una nave que se proyecta de modo claustrofóbico, con latente aire malsano, merced a una clima asfixiante, una atmósfera alienante donde parce surcar el espacio más que el mar pro la sensación de aislamiento total. Siendo relevantes los papeles de John Garfield, Alexander Knox (no puede hacer mínima sombra al Titán de los Mares encarnado por Edward G. Robinson) e Ida Lupino, aunque entre los secundarios los que son espléndidos son el canadiense Gene Lockhart como pusilánime Dr. Louis Prescott, y el dublinés Barry Fitzgerald (eterno alcahuete Michaleen de “El Hombre Tranquilo”)
El refinado y culto escritor de ficción Humphrey Van Weyden (Alexander Knox) y la convicta fugitiva Ruth Webster (Ida Lupino) son pasajeros de un ferry que choca con otro barco y se hunde. Son rescatados de ahogarse por la goleta de tres mástiles “Ghost”, barco de caza de focas. Al timón está el Capitán, ‘Wolf’ Larsen (Robinson), brutal sádico se deleita en dominar y abusar de su tripulación. Se niega a regresar al puerto y obliga a Van Weyden a trabajar en la cocina bajo la supervisión del traicionero, codicioso y abusivo cocinero del barco (Barry Fitzgerald). También tendrán importancia en el relato el borrachín doctor del navío, Louis Prescott (Gene Lockhart), y George Leach (John Garfield), el nuevo marinero enrolado huyendo de la policía.
La gran sustancia de la película está en el arrollador rol de ‘Lobo’ Larsen que una vez que aparece lo acapara todo, haciendo que cuando no está el en pantalla el interés decaiga, un villano tridimensional, con aristas, matices, culto, nihilista, darwinista, lo humaniza el genial actor con su pose, su matizada expresividad, su gestualidad, su mirada, su sarcástica sonrisa, un cínico que gusta de humillar a los demás, gusta de utilizar su posición jerárquica cual demonios en su inferno particular, dejando traslucir un pasado que nunca se comenta, parece perenemente rumbo hacia un país llamado ‘Expiación’. Gran parte de la chicha está en el duelo que mantiene este arrogante ‘Neptuno’ con el escritor Van Weyden (alter ego seguramente del propio Jack London), que tiene su campo de batalla en el camarote del capitán, donde el literato encuentra para su sorpresa que Larsen es un aficionado a la lectura, teniendo en su biblioteca obras de Darwin, Nietzsche y Poe, entre otros muchos, y un volumen de Milton abierto en una página subrayado el fragmento: “Aquí, al menos, seremos libres. Aquí casi seguro reinaremos, y si he de elegir, prefiero reinar, aunque sea en el infierno. Mejor es reinar en el infierno que servir en el cielo”. Van Weyden se siente atraído por la ambigua personalidad de este tipo (“Un bruto sin sentimientos ni consideración. Pero también un hombre torturado por un cerebro que la naturaleza no debió darle”, comenta sobre uno de los pasajes que tiene preparado sobre un libro sobre Larsen).
La posibilidad de que este pueda hacer un libro sobre él parece excitarlo en su inmenso ego. Larsen profesa la filosofía Nietzscheana de que el hombre es esencialmente un animal amoral, y la moralidad es una construcción artificial no tiene nada que ver con la vida a bordo de su barco, y siguiendo este precepto profetiza que el carácter bondadoso de Van Weyden cambiará a medida que se acostumbre a la vida no civilizada entre la tripulación, donde nadie tiene un valor más alto que su propio beneficio personal,... (sigo en spoiler)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
... quiere ver Larsen como se corromperá el escritor mientras este intentará mantenerse en su moralidad. Mientras Van Weyden intenta ver si al capitán le queda un resquicio de humanidad.
La nave con una nada indisimulado nombre representativo de lo que es “Ghost’ (Fantasma), se convierte en un contenedor de deshechos humanos, donde caben proscritos, ladrones, prostitutas, cobardes, traidores, borrachos, todos unos ‘losers’ antihéroes, ello con destino apropiado de piratas que buscan robar el trabajo de otros, teniendo en la cima la batalla cainita entre dos hermanos. Epítomes de esta tripulación ‘maldita’ son el Dr. Prescott y el cocinero. El primero cuando lo conocemos es un alcohólico sin pulso en las manos, sucio y desaliñado, todos se ríen de él en su patetismo, pero es capaz de heñirse de orgullo y dignidad al salvar a alguien de la muerte. Parece ser un nuevo hombre, se ase y pone una ropa limpia, pidiendo al capitán ordene a la tripulación lo respete, pero este le da la puntilla, y todo acaba en trágico momento e impactante (spoiler); El otro es ‘Cookie’, el risitas confidente del capitán, un chivato siempre dispuesto a complacer su mandamás cual serpiente, y como ‘premio’ obtiene el desprecio de Lobo Larsen, derivando en otro notable momento; Son estos el reflejo de una tripulación de malvados carroñeros, ‘amamantados’ en el odio por el capitán, y esto solo podía acabar de una forma.
Se le puede achacar que la sub trama romántica entre Ruth y George está muy desdibujada y forzada, termina sintiéndose un parche metido con calzador por los guionistas, intrascendente y llega a ser molestosa, quitando del foco el mejunje del duelo Lobo vs Van Weyden.
Spoiler:
Lo de la transfusión de sangre a pelo del Dr. a la muchacha es una pasada de vueltas inverosímil para el año, y sin siquiera saber si Leach tiene el mismo tipo de sangre que Ruth, un atropello a la razón; Leach, Van Weyden, Ruth y el piloto del ‘Ghost’ abandonan a escondidas el barco en un bote con vela para una ruta en principio de 1,300 millas. Esto no tiene el menor sentido, no es más fácil hacerse con el barco sabiendo que Lobo Larsen está ciego y la tripulación está por la labor del motín ya intentado? Más cuando se enteran de que no tiene apenas agua, porque no vuelven? Luego vemos supuestamente el piloto se ha tirado al mar del bote, entonces quien los va a guiar? Sin pies ni cabeza que se nos pretenda hacer ver este sacrificio por los otros tres, cuando lo que ha hecho es condenarlo en medio de la nada a morir de inanición; Los efectos visuales fueron nominados al Oscar, cuando vistos hoy día resultan pusilánimes, sobre todo cuando vemos el bote claramente en un estanque con una pantalla detrás haciéndonos ver están en alta mar.
Momentos recordables (aparte de los ya mencionados): El Dr. huyendo hacia la nada escalando el mástil y al final lanzándose al vació sobre la cubierta, suicidándose por las humillaciones capitaneadas por Lobo Larsen; Cuando lobo tras ‘perdonar’ a su tripulación les dice quién es el traidor chivato, ‘Cookie’, que es lanzado al mar arrastrado por el mar cual juguete por los marinos, hasta que aparece un tiburón, intentan izarlo, pero es tarde y termina devorando una de sus piernas; Brillante la imagen de Lobo Larsen ciego a los mandos del ‘Ghost’, no puede haber mejor alegoría del film; Como ‘Cookie’ cojo, se da cuenta de que Lobo está ciego, le hace una zancadilla con su muleta y avisa a los demás que se tiran sobre él cual alimañas sedientas de sangre.
Al final gana la filosofía de Lobo Larsen, pues se da cuenta de que Van Weyden no se ha sacrificado, sino que estando a las puertas de la muerte ha decidido morir ahogándose con Lobo y con ello poder salvar a Leach y Ruth.
Notable reflexión sobre la compleja Condición Humana, que enaltece un grandioso Edward G. Robinson. Fuerza y honor!!!
Para leer más sobre el film ir a: https://conloslumiereempezo.blogspot.com/2021/03/el-lobo-de-mar.html
La nave con una nada indisimulado nombre representativo de lo que es “Ghost’ (Fantasma), se convierte en un contenedor de deshechos humanos, donde caben proscritos, ladrones, prostitutas, cobardes, traidores, borrachos, todos unos ‘losers’ antihéroes, ello con destino apropiado de piratas que buscan robar el trabajo de otros, teniendo en la cima la batalla cainita entre dos hermanos. Epítomes de esta tripulación ‘maldita’ son el Dr. Prescott y el cocinero. El primero cuando lo conocemos es un alcohólico sin pulso en las manos, sucio y desaliñado, todos se ríen de él en su patetismo, pero es capaz de heñirse de orgullo y dignidad al salvar a alguien de la muerte. Parece ser un nuevo hombre, se ase y pone una ropa limpia, pidiendo al capitán ordene a la tripulación lo respete, pero este le da la puntilla, y todo acaba en trágico momento e impactante (spoiler); El otro es ‘Cookie’, el risitas confidente del capitán, un chivato siempre dispuesto a complacer su mandamás cual serpiente, y como ‘premio’ obtiene el desprecio de Lobo Larsen, derivando en otro notable momento; Son estos el reflejo de una tripulación de malvados carroñeros, ‘amamantados’ en el odio por el capitán, y esto solo podía acabar de una forma.
Se le puede achacar que la sub trama romántica entre Ruth y George está muy desdibujada y forzada, termina sintiéndose un parche metido con calzador por los guionistas, intrascendente y llega a ser molestosa, quitando del foco el mejunje del duelo Lobo vs Van Weyden.
Spoiler:
Lo de la transfusión de sangre a pelo del Dr. a la muchacha es una pasada de vueltas inverosímil para el año, y sin siquiera saber si Leach tiene el mismo tipo de sangre que Ruth, un atropello a la razón; Leach, Van Weyden, Ruth y el piloto del ‘Ghost’ abandonan a escondidas el barco en un bote con vela para una ruta en principio de 1,300 millas. Esto no tiene el menor sentido, no es más fácil hacerse con el barco sabiendo que Lobo Larsen está ciego y la tripulación está por la labor del motín ya intentado? Más cuando se enteran de que no tiene apenas agua, porque no vuelven? Luego vemos supuestamente el piloto se ha tirado al mar del bote, entonces quien los va a guiar? Sin pies ni cabeza que se nos pretenda hacer ver este sacrificio por los otros tres, cuando lo que ha hecho es condenarlo en medio de la nada a morir de inanición; Los efectos visuales fueron nominados al Oscar, cuando vistos hoy día resultan pusilánimes, sobre todo cuando vemos el bote claramente en un estanque con una pantalla detrás haciéndonos ver están en alta mar.
Momentos recordables (aparte de los ya mencionados): El Dr. huyendo hacia la nada escalando el mástil y al final lanzándose al vació sobre la cubierta, suicidándose por las humillaciones capitaneadas por Lobo Larsen; Cuando lobo tras ‘perdonar’ a su tripulación les dice quién es el traidor chivato, ‘Cookie’, que es lanzado al mar arrastrado por el mar cual juguete por los marinos, hasta que aparece un tiburón, intentan izarlo, pero es tarde y termina devorando una de sus piernas; Brillante la imagen de Lobo Larsen ciego a los mandos del ‘Ghost’, no puede haber mejor alegoría del film; Como ‘Cookie’ cojo, se da cuenta de que Lobo está ciego, le hace una zancadilla con su muleta y avisa a los demás que se tiran sobre él cual alimañas sedientas de sangre.
Al final gana la filosofía de Lobo Larsen, pues se da cuenta de que Van Weyden no se ha sacrificado, sino que estando a las puertas de la muerte ha decidido morir ahogándose con Lobo y con ello poder salvar a Leach y Ruth.
Notable reflexión sobre la compleja Condición Humana, que enaltece un grandioso Edward G. Robinson. Fuerza y honor!!!
Para leer más sobre el film ir a: https://conloslumiereempezo.blogspot.com/2021/03/el-lobo-de-mar.html