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Voto de TOM REGAN:
8
7,4
2.740
Western
Western ambientado en la América pionera sobre las relaciones que se establecen entre Cole Harden, un vaquero honesto, y Roy Bean, un juez caprichoso y de singular moralidad. Notable duelo interpretativo que le valió el Óscar al gran Walter Brennan. (FILMAFFINITY)
7 de septiembre de 2020
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
298/08(06/09/20) Notable western dirigido por William Wyler, capaz que un relato manido en el salvaje oeste sobre la eterna lucha entre ganaderos y granjeros (bajo el substrato de exponer un trozo de historia post-Guerra Civil USA, y por ende la construcción del estado de Texas), se convierta en una apasionante relación, gracias al gran tour de forcé entre Walter Brennan y Gary Cooper, desbordantes de química entre un canalla adorable y un vagabundo noble. Guión escrito por Niven Busch (“El cartero siempre llama dos veces”), y Jo Swerling (“Que bello es vivir”), adaptan una historia (nominada al Oscar) de Stuart N. Lake (“Pasión de los fuertes”), en una historia basada libremente en la vida real del Juez Roy Bean de Vinegaroon (Texas), encarnado por un sensacional Walter Brennan que hace corporativismo con los ganaderos en contra de los colonos granjeros y sus vallas que impiden el paso de las reses, que se hace amigo del vagabundo Cole Harden (Gary Cooper), este termina del lado de los granjeros.
Cinta que expone con mucho de comedia y cinismo los métodos expeditivos en que se daba la justicia en el Oeste estadounidense, epítome los juicios en una taberna, sobre el mostrador de la barra del bar, sin defensa, de modo expeditivo y sin garantía alguna se puede colgar a alguien por haber matado una vaca, al parecer hay menos castigo por matar a una persona, se hace descripción de cómo donde no puede llegar el ‘Estado’ manda el darwinismo, la ley del más fuerte, del más amoral, ello en una historia de exaltación de la amistad sobre todas las barreras, exaltación del individualismo, exaltación de la libertad, exaltación del ingenio para salir de las dificultades, exaltación de la picaresca para resolver problemas. Ello con unos diálogos inteligentes, mordaces, irónicos, con dobles sentidos, sabiendo Wyler modular el ritmo para removernos con escenas potentes como es el colosal incendio, toda una proeza de realismo par aun film con 80 años, o como recordado es su rush final en un teatro, todo un ejemplo de esos raros momentos donde el villano te cae mejor que el ‘héroe’ por esa empatía que desprende Brennan. Tanto es así que Cooper cuando le fue ofrecido el proyecto no estaba contento y quiso renunciar cuando escuchó que Brennan interpretaría al juez Roy Bean, el productor Goldwyn le aseguró a Cooper que su papel se ampliaría, pero Cooper le escribió: "No veía que necesitara a Gary Cooper para el papel". Al final tuvo que aceptar por imperativo contractual, sin embargo, Cooper y Brennan formaron un equipo tan eficaz que hicieron seis películas juntos: El vaquero y la dama (1938), El occidental (1940), Conoce a John Doe (1940), Sargento York (1941), El orgullo de los yanquis (1942) y Task Force (1949) y también apareció en The Wedding Night (1935) y Watch Your Wife (1926).
Posee un inicio excelente en la presentación de los protagonistas y de la situación. Prfiemro una trifulca entre ganaderos y granjeros que acaba con la muerte de una res, esto lleva a su ‘asesino’ al peculiar tribunal de la corte de Roy Bean (Walter Brennan), ‘La única ley al oeste del Pecos’, sita en un saloon del oeste, que más se asemeja a un juicio sumarísimo con la sentencia preestablecida de antes de empezarse, que acaba con el ahorcamiento del acusado, antes excusándose el sentenciado en que él apuntó a un hombre y el juez espetándole ‘Pues mala suerte’. Quedando patente el espíritu de humor negro de la película, donde ya Brennan con su singular modo de impartir justicia. Pero hay no acaba el día, pues llega a la ‘Corte’ otro acusado, en esta ocasión de robar un caballo, es Cole Harden (Cooper), tipo con un original sentido de la observación y la manipulación que consigue eludir la horca inventándose una historia de que conoce a una cantante (Lily Langtry, que es otro figura de la vida real) que idolatra de modo patológico Roy Bean, con ello lo engatusa, ello en una escena delirantemente urdida. Todo esto acaba en una imagen que no sé cómo la Censura del Código Hays toleró, y es que vemos que tras una noche ‘toledana’ están acostados juntos (vestidos!), ejemplo de lo mucho que han ‘conectado’ los nuevos amigos. Destilando entre los dos un bromance de los que te cala.
Es una cinta más de guión que de acción, de hecho hay un tiroteo sin mucho fuste al inicio, el colosal incendio catárquico, y el clímax del duelo en el teatro, no hay más, la sustancia está más en el guión y las actuaciones, en los fenomenales diálogos, el modo de camelarse Cole a Jane (buena Doris Davenport) para cortarle un mechón de pelo (divertidísimo), en como Cole ñle regala a Roy Bean este mechón como si fuera de Lily Langtry, o en su hermoso epílogo.
Walter Brennan encarna al déspota juez Roy Bean autoimpuesto por sí mismo (en la realidad era un cargo oficial, aunque no tenía idea de leyes), sin dilemas morales para ahorcar de modo cuasi-compulsivo (en realidad estudiosos del personaje real dicen que nunca llegó a ahorcar a nadie, en este aspecto se bebe más del juez de Fort Smith Isaac Parker, el llamado “Juez de la Horca”): El actor le da vida con un carisma sublime, te arrolla en su simpatía, dándole ese toque humano de su mitomanía por la artista inglesa Lily Langtry (al que el personaje real nunca conoció, aunque sí se carteó con ella), que lo hacen ver sus grietas emocionales; Su ‘antagonista’, es Cole Harden encarnado por un Gary Cooper estupendo, irradiando picaresca, astucia, chispa, un superviviente que vive libre disfrutando de ir de un lado a otro, tipo noble que encuentra en Roy Bean su contrapunto gamberro. Se encuentra entre dos frentes y termina tomando partido pro los más desfavorecidos (cual Robin Hood), aunque en el otro lado está su amigo, con el que tiene una química esplendorosa que es la salsa que hace elevarse el resultado final de la cinta, asemejándola en cierto modo a la posterior “Pat Garret & Billy the Kid” (1973) de Peckinpah, por la relación de amor-sentido del deber que se establece entre ambos.
Cinta que expone con mucho de comedia y cinismo los métodos expeditivos en que se daba la justicia en el Oeste estadounidense, epítome los juicios en una taberna, sobre el mostrador de la barra del bar, sin defensa, de modo expeditivo y sin garantía alguna se puede colgar a alguien por haber matado una vaca, al parecer hay menos castigo por matar a una persona, se hace descripción de cómo donde no puede llegar el ‘Estado’ manda el darwinismo, la ley del más fuerte, del más amoral, ello en una historia de exaltación de la amistad sobre todas las barreras, exaltación del individualismo, exaltación de la libertad, exaltación del ingenio para salir de las dificultades, exaltación de la picaresca para resolver problemas. Ello con unos diálogos inteligentes, mordaces, irónicos, con dobles sentidos, sabiendo Wyler modular el ritmo para removernos con escenas potentes como es el colosal incendio, toda una proeza de realismo par aun film con 80 años, o como recordado es su rush final en un teatro, todo un ejemplo de esos raros momentos donde el villano te cae mejor que el ‘héroe’ por esa empatía que desprende Brennan. Tanto es así que Cooper cuando le fue ofrecido el proyecto no estaba contento y quiso renunciar cuando escuchó que Brennan interpretaría al juez Roy Bean, el productor Goldwyn le aseguró a Cooper que su papel se ampliaría, pero Cooper le escribió: "No veía que necesitara a Gary Cooper para el papel". Al final tuvo que aceptar por imperativo contractual, sin embargo, Cooper y Brennan formaron un equipo tan eficaz que hicieron seis películas juntos: El vaquero y la dama (1938), El occidental (1940), Conoce a John Doe (1940), Sargento York (1941), El orgullo de los yanquis (1942) y Task Force (1949) y también apareció en The Wedding Night (1935) y Watch Your Wife (1926).
Posee un inicio excelente en la presentación de los protagonistas y de la situación. Prfiemro una trifulca entre ganaderos y granjeros que acaba con la muerte de una res, esto lleva a su ‘asesino’ al peculiar tribunal de la corte de Roy Bean (Walter Brennan), ‘La única ley al oeste del Pecos’, sita en un saloon del oeste, que más se asemeja a un juicio sumarísimo con la sentencia preestablecida de antes de empezarse, que acaba con el ahorcamiento del acusado, antes excusándose el sentenciado en que él apuntó a un hombre y el juez espetándole ‘Pues mala suerte’. Quedando patente el espíritu de humor negro de la película, donde ya Brennan con su singular modo de impartir justicia. Pero hay no acaba el día, pues llega a la ‘Corte’ otro acusado, en esta ocasión de robar un caballo, es Cole Harden (Cooper), tipo con un original sentido de la observación y la manipulación que consigue eludir la horca inventándose una historia de que conoce a una cantante (Lily Langtry, que es otro figura de la vida real) que idolatra de modo patológico Roy Bean, con ello lo engatusa, ello en una escena delirantemente urdida. Todo esto acaba en una imagen que no sé cómo la Censura del Código Hays toleró, y es que vemos que tras una noche ‘toledana’ están acostados juntos (vestidos!), ejemplo de lo mucho que han ‘conectado’ los nuevos amigos. Destilando entre los dos un bromance de los que te cala.
Es una cinta más de guión que de acción, de hecho hay un tiroteo sin mucho fuste al inicio, el colosal incendio catárquico, y el clímax del duelo en el teatro, no hay más, la sustancia está más en el guión y las actuaciones, en los fenomenales diálogos, el modo de camelarse Cole a Jane (buena Doris Davenport) para cortarle un mechón de pelo (divertidísimo), en como Cole ñle regala a Roy Bean este mechón como si fuera de Lily Langtry, o en su hermoso epílogo.
Walter Brennan encarna al déspota juez Roy Bean autoimpuesto por sí mismo (en la realidad era un cargo oficial, aunque no tenía idea de leyes), sin dilemas morales para ahorcar de modo cuasi-compulsivo (en realidad estudiosos del personaje real dicen que nunca llegó a ahorcar a nadie, en este aspecto se bebe más del juez de Fort Smith Isaac Parker, el llamado “Juez de la Horca”): El actor le da vida con un carisma sublime, te arrolla en su simpatía, dándole ese toque humano de su mitomanía por la artista inglesa Lily Langtry (al que el personaje real nunca conoció, aunque sí se carteó con ella), que lo hacen ver sus grietas emocionales; Su ‘antagonista’, es Cole Harden encarnado por un Gary Cooper estupendo, irradiando picaresca, astucia, chispa, un superviviente que vive libre disfrutando de ir de un lado a otro, tipo noble que encuentra en Roy Bean su contrapunto gamberro. Se encuentra entre dos frentes y termina tomando partido pro los más desfavorecidos (cual Robin Hood), aunque en el otro lado está su amigo, con el que tiene una química esplendorosa que es la salsa que hace elevarse el resultado final de la cinta, asemejándola en cierto modo a la posterior “Pat Garret & Billy the Kid” (1973) de Peckinpah, por la relación de amor-sentido del deber que se establece entre ambos.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
Se le puede achacar que adolece de secundarios de enjundia, Doris Davenport hace lo que puede en un rol muy al margen de la historia, mera percha romántica; Esto también me lleva a pensar en las lagunas argumentales de que Roy Bean apoya a los ganaderos, pero no sabemos porque, no vemos a ganaderos con entidad, no vemos motivaciones más allá del imperativo del guión para estar con los ganaderos, me faltan latifundistas que estén tras el juez para dar soporte a toda esta guerra.
Gran cinematografía del maestro en la materia Gregg Toland (“Las uvas de la ira” o “Ciudadano Kane”), con tomas en algunos casos a modo de voyerista, con tomas tras cercas, tras ruedas de carro, se suman brillante primeros planos, genuinos travellings, con dramáticas tomas panorámicas con bullicio de gente (sensacional la ceremonia de los granjeros dando gracias por la cosecha pre-incendio, creando un halo cuasi-onírico), con enmarcaciones fascinantes (como la del teatro cuando se alza el telón),m siendo apoteósica la escena del incendio de connotaciones apocalípticas; La música es del ucranio Dimitri Tiomkin amoldándose sin dejar demasiada huella a la acción, con uso de orquestaciones con acordeones y guitarra en algunas fases.
Phantly Roy Bean (c.10 de marzo de 1825 – 16 de marzo de 1903), fue un personaje del Far West, dueño de un saloon en Vinegaroon, donde un Texas Ranger solicitó que se estableciera una jurisdicción de ley local en la zona, y el 2 de agosto de 1882 Bean fue nombrado juez de paz para el nuevo Precinto 6 en el condado de Pecos. Su primer caso, sin embargo, fue escuchado antes, el 25 de julio de 1882, cuando Texas Rangers trajo a Joe Bell para ser juzgado. Bean se hacía llamar a sí mismo "The Law West of the Pecos" ("La ley al Oeste del Pecos"). Según la leyenda, el juez Roy Bean celebraba los juicios en su saloon, situado al oeste de Texas, en un tramo desolado del desierto de Chihuahua a lo largo del río Grande. Roy Bean murió pacíficamente en su cama el 16 de marzo de 1903 después de un ataque de alcoholismo en San Antonio. Él y su hijo, Sam Bean (1874-1907), están enterrados en el Museo Whitehead Memorial en Del Rio. En 1965, como parte de la conmemoración del Centenario de la Guerra Civil en Texas, se erigió un Marcador Histórico de Texas oficial en honor a Roy Bean en los terrenos del museo en Del Rio, Texas. Con lo que no tiene nada que ver con la muerte en este film.
Cautivador película, engrandecida por la sensacional relación de la pareja protagónica Brenna-Cooper. Fuerza y honor!!!
PD. Emocionante epílogo con Roy Bean moribundo siendo llevado en brazos por su amigo y a la vez ejecutor Harden, para su último petición antes de la segura muerte, ver a su musa Lily Langtry (testimonial Lilian Bond), la observa en subjetivo, mientras la imagen se funde a negro, es el fallecimiento de Roy Bean.
Gran cinematografía del maestro en la materia Gregg Toland (“Las uvas de la ira” o “Ciudadano Kane”), con tomas en algunos casos a modo de voyerista, con tomas tras cercas, tras ruedas de carro, se suman brillante primeros planos, genuinos travellings, con dramáticas tomas panorámicas con bullicio de gente (sensacional la ceremonia de los granjeros dando gracias por la cosecha pre-incendio, creando un halo cuasi-onírico), con enmarcaciones fascinantes (como la del teatro cuando se alza el telón),m siendo apoteósica la escena del incendio de connotaciones apocalípticas; La música es del ucranio Dimitri Tiomkin amoldándose sin dejar demasiada huella a la acción, con uso de orquestaciones con acordeones y guitarra en algunas fases.
Phantly Roy Bean (c.10 de marzo de 1825 – 16 de marzo de 1903), fue un personaje del Far West, dueño de un saloon en Vinegaroon, donde un Texas Ranger solicitó que se estableciera una jurisdicción de ley local en la zona, y el 2 de agosto de 1882 Bean fue nombrado juez de paz para el nuevo Precinto 6 en el condado de Pecos. Su primer caso, sin embargo, fue escuchado antes, el 25 de julio de 1882, cuando Texas Rangers trajo a Joe Bell para ser juzgado. Bean se hacía llamar a sí mismo "The Law West of the Pecos" ("La ley al Oeste del Pecos"). Según la leyenda, el juez Roy Bean celebraba los juicios en su saloon, situado al oeste de Texas, en un tramo desolado del desierto de Chihuahua a lo largo del río Grande. Roy Bean murió pacíficamente en su cama el 16 de marzo de 1903 después de un ataque de alcoholismo en San Antonio. Él y su hijo, Sam Bean (1874-1907), están enterrados en el Museo Whitehead Memorial en Del Rio. En 1965, como parte de la conmemoración del Centenario de la Guerra Civil en Texas, se erigió un Marcador Histórico de Texas oficial en honor a Roy Bean en los terrenos del museo en Del Rio, Texas. Con lo que no tiene nada que ver con la muerte en este film.
Cautivador película, engrandecida por la sensacional relación de la pareja protagónica Brenna-Cooper. Fuerza y honor!!!
PD. Emocionante epílogo con Roy Bean moribundo siendo llevado en brazos por su amigo y a la vez ejecutor Harden, para su último petición antes de la segura muerte, ver a su musa Lily Langtry (testimonial Lilian Bond), la observa en subjetivo, mientras la imagen se funde a negro, es el fallecimiento de Roy Bean.