Interesante miniserie, de las que pretende más de lo que alcanza a ofrecer, pues con un material tan bueno no termina de funcionar y te quedas con la sensación de estar esperando algo que nunca llega. Gira en torno a un pueblo en decadencia y a como un divorciado, Miles Roby (Ed Harris) intenta sacar adelante sus proyectos de futuro, como es montar un restaurante, teniendo en contra a la rica del pueblo, Francine Whiting (Joanne Woodward, esposa de Paul Newman) y teniendo que lidiar con su díscolo padre, Max Roby (Paul Newman), todo ello mezclado con los recuerdos de la infancia de Miles. Posee un gran arranque que te sumerge en una atmosfera deliciosa de nostalgia contándote la historia de un pueblo que un día fue importante, pero se va diluyendo en lo rutinario de una historia mil veces vista, todo ello sin nada destacable aparte por supuesto de sus maravillosas interpretaciones y esto es lo que más me irrita, que teniendo todos los elementos para triunfar, un gran libro, un impresionante elenco actoral, una fotografía brillante y se queda en tierra de nadie. Paul Newman, que produce este relato, realiza un trabajo colosal en su última aparición, ensombrece a todos con su presencia, los achica, su luz lo ilumina todo, uno de los más grandes de este arte. Recomendable a los que gusten de historias envueltas en la nostalgia. Fuerza y honor!!!