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España España · almeria
Voto de TOM REGAN:
8
Aventuras. Drama En 1797, durante las guerras napoleónicas, un buque de guerra inglés recluta a la fuerza a un inocente joven, que pronto se ganará la simpatía del resto de la tripulación. Pero esto no podrá soportarlo el suboficial de armas... (FILMAFFINITY)
1 de octubre de 2022
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
323/36(24/09/22) Con motivo del 60 aniversario del estreno de este film (20/09/1962) me he visto este film que tenía como espinita por ver, y me he encontrado con una cinta apasionante, fascinante en muchos aspectos, con algunos defectillos, pero siéndome muy sugestiva en su reflejo de la vida marina militar mezclada con un estudio de la Maldad, y con una sustanciosas dosis de reflexión moral sobre el enfrentamiento entre la Ley y la Justicia. Producida, dirigida, co-escrita (junto a Dewitt Bodeen) Louis O. Coxe, Robert H. Chapman y protagonizada por Peter Ustinov, ofrece un relato con elementos de aventura, acción, intriga, thriller y de drama judicial. Guion escrito por el director junto a Dewitt Bodeen (también participó sin acreditar Robert Rossen), que adaptan una obra teatral de Louis O. Coxe y Robert H. Chapman, que a su vez adaptan una novela corta inacabada de Herman Melville (‘Moby Dick’) titulada “Billy Budd”. Un relato que puede ser una mezcla entre “El motín de la Bounty” (precisamente una versión de este relato se estrenó este 1962 con Marlon Brando), “Senderos de Gloria” y “12 hombres sin piedad”. En una realización maravillosa en sus hábiles simbolismos (ejemplo ese barco ‘asaltado’ para llevarse a un marino que se llama traducido al castellano “Los Derechos del Hombre”, y que el levado se despide de él diciendo su nombre), en su reflejo de la vida marina, en cómo se mueve la cámara por el angosto navío, por la fluidez narrativa, donde nunca hay parones, siempre la trama avanza, nada es superfluo, con personajes matizados y muy humanos en sus virtudes y falencias, y ello con una dirección de actores muy bueno.

Estableciéndose como núcleo en la primera parte el enfrentamiento entre Billy y John Claggart, donde el segundo intenta corromper al primero, y como este lo enfrenta queriendo ver en su interior, en sus motivaciones. Siendo el epítome de esto la conversación nocturna entre ambos, Billy de modo puro le comenta a Claggart, “Creo que a veces se odia a sí mismo”, esto le hace romperse por un segundo al suboficial, baja la mirada como si le hubiera visto la mano de cartas (ello en asfixiante primer plano de Ryan), pero se rehace para defender con su escudo de maldad.

Hasta que todo explota en su tramo final hacia un drama judicial perverso, de los que te socava en los retorcidos argumentos, todo ello para desembocar en un rush conclusivo con reminiscencias a la Pasión de Jesucristo. Quedando una visión pesimista de la Condición (cainita) Humana.

Billy Budd (interpretado por Terence Stamp) llega a recalar en un navío de la corona británica (la historia está ambientada en tiempos de la guerra napoleónica) donde un suboficial del barco (interpretado por Robert Ryan) tiene tiranizada a la tropa mediante la tortura y el castigo físico. El capitán de la nave (interpretado por Peter Ustinov) y sus allegados más próximos parecen estar enterados de las despóticas maneras de Robert Ryan, pero miran siempre para otro lado, por miedo a las sublevaciones.

La película también es una oda al compañerismo, como se fragua mediante pequeñas situaciones y charlas que hace crecer la empatía, o mediante la unión que hace el padecer el temor y la arbitrariedad despótica.

El film tiene su clímax en el Consejo de Guerra maravillosamente hilado en sus sensacionales interrogatorios, como está al margen, pero observando el Capitán, las deliberaciones de los jueces y como interviene el Capitán de forma serpentil y marcial. Te hace encogerte el corazón tanta frialdad e insensibilidad, anteponer la supuesta Ley sobre lo que es Justo, te hace sentir incómodo y asqueado. “Recuerde que incluso el hombre que empuña el látigo no puede desafiar al código al que ha de obedecer, ni intentar domarlo", se volverán contra él y sus oficiales. "No podemos dejar que en una cuestión legal el corazón se imponga a la cabeza", les espeta.

Ustinov borda a su complejo Capitán Vere, tipo mesurado, reflexivo, pero que tiene en su rígido sentido del deber su peor enemigo, se mantiene en un segundo plano durante casi todo el metraje, como mero observador, pero en el momento clave sale a relucir su castrense visión del mundo, ello manipulando con una intensidad de hondura con argumentos implacables a sus contendientes, como habla de Justicia y Ley como algo que no siempre es lo mismo, como los socava uno por uno cual Jurado 8 en “12 Hombres Sin Piedad”, hasta desarmarlos, sensacional, como lo es su expresividad en el final, escalofriante su mirada; Está el debutante Terence Stamp (teniendo el honor de ser la única nominación al Oscar, por Actor de Reparto, sin premio, se lo llevo Ed Begley por su rol en “Dulce pájaro de juventud”), en una actuación prodigiosa en como transmite bondad y calor humano como Billy Budd, es la sencillez, la humildad, incluso con un toque de observador filósofo en como escudriña lo que le cuesta entender (Claggart), rehúye el choque, dribla los problemas con una sonrisa, con ese toque tan bien insertado de su tartamudez cuando en momentos puntuales está nervioso, termina erigiéndose en una figura *cuasi-religiosa; su contraparte es un grandioso Robert Ryan como John Claggart, la maldad intimidatoria personificada, desprende villanía, un sádico que disfruta dando latigazos (esa imagen de su puño pidiendo más es magnífica), es la perfidia y todo con sutilidad, y ello dejando entrever grietas en sus fantasmas del pasado, ello potenciado en su turbador entente homoerótico con Billy Budd; Melvin Douglas como Dansker está brillante en su papel de veterano marino, inunda la pantalla con su carisma de veterano que está de vuelta y se las sabe todas, cada vez que habla sentencia con una fuerza punzante, ejemplo como maneja el interrogatorio que le hacen.

Puesta en escena excelente en su función de proyectar este tiempo y lugar. Empezando por el gran diseño de producción de Donald M. Ashton (“El puente sobre el Rio Kwai”),... (sigo en spoiler)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
TOM REGAN
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