Haz click aquí para copiar la URL
España España · almeria
Voto de TOM REGAN:
8
Comedia David Shayne es un autor teatral fracasado que, por fin, consigue financiación para una de sus obras. Pero a cambio tiene que aceptar una condición: darle un papel secundario a Olive, la incompetente novia del productor, el gángster Nick Valenti. Olive acude a los ensayos acompañada de su guardaespaldas Cheek, que, lejos de limitarse a vigilarla, se permite sugerir cambios para mejorar la obra. A fuerza de ceder a los consejos de Cheek, ... [+]
5 de octubre de 2015
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
161/16(26/09/15) Notable comedia del genial Woody Allen, un entrañable homenaje al mundo del teatro, escrita por el propio director junto a Douglas McGrath (“Historia de un crimen”), una estupenda mezcla de humor, cine de gangsters, y tributo al arte de la creación artística. Una historia coral con sabrosas subtramas que avanzan a ritmo rápido, en medio de situaciones y de diálogos mordaces, de los que mana un tremendo humor, en muchos casos negro. Una ambientación brillante de los años 20, con unos actores en estado de gracia que hacen desborden defectos, aristas, humanidad. De su calidad hablan sus 7 nominaciones al Oscar, Dianne Wiest ganó por secundaria. El titulo puede sea un homenaje a un programa de televisión para el que trabajó de guionista Allen en la década de los 50, “La hora de Sid Cesar”.

Estamos en Nueva York en 1928, el idealista dramaturgo David Shayne (John Cusack), joven recién llegado a Broadway, ha escrito la obra “Dios de nuestros padres”, junto con el productor Julian Marx (Jack Warden) buscan financiación para representar la obra, la encuentran en un mafioso, Nick Valenti (Joe Vitereli), la condición es que debe contratar a su amante, Olive Neal (Jennifer Tilly), una pésima aspirante a actriz, el mafiosos le pondrá de escolta a un matón, Cheech (Chaz Palmintieri). Contratan como estrella de la obra a Helen Sinclair (Diane Wiest), una presuntuosa venida a menos, al galán Warner Purcell (Jim Broadbent), con problemas serios de gula, a una sensible secundaria como Eden Brent (Tracey Ullman), también tienen importancia en la historia la pareja de David, Ellen (Mary-Louise), y Sheldon Flender (Rob Reiner), amigo-confidente escritor-bohemio de David.

Una sofisticada comedia surtida de un hilo argumental central que debate punzadamente sobre si el arte se puede aprender o si por el contrario se nace con él, nos habla sobre el debate moral eterno de qué importancia tiene el arte, si su fin es entretener o aleccionar, sobre si es superior a la vida, como bien dice Sheldon <Digamos que arde un edificio y sólo puedes salvar una cosa: un último ejemplar de Shakespeare, o un ser humano anónimo. Qué harías?>, este tema me recuerda a “El nombre de la rosa”, por la vital importancia de conservar el arte como modo de preservar lo más importante de nuestra Humanidad, nos habla de cómo el artista en su petulancia puede quedar hermético a la sociedad que le rodea, alejándose de la realidad y por tanto retorciendo en su arte la verdad, nos habla de los inescrutables procesos de creación, sobre los problemas del ego, sobre la humildad de aceptar ideas. Nos habla a sí mismo de que es la integridad en el arte, sobre si se pueden admitir consejos, sobre si esto es prostituirlo, sobre si todo es perdonable para purificar el arte. Todos estos profundos temas son llevados de modo exquisito por Woody, alternando con pericia la intensidad, con la comedia ácida, mirándose al ombligo con ingenio. Se utiliza una narración liviana en off de David Sinclair, dando relieve y forma a su presuntuosa personalidad que debe ir doblándose ante la realidad. Se hace una muy buena delineación de personajes, en pocos trazos quedan perfilados, aunque clichés en su superficie dejan entrever carácter y alma, discurriendo sus ententes en medio de charlas cínicas, sarcásticas, profundas, de una vis tragicómica fenomenal, avanzando la trama por los vericuetos de las presiones a que son sometidos los creadores de arte, y a la vez se ríen de la petulancia que rodea a las divas, a las pugnas por ser más que el de al lado, por tener el aprecio de los demás.

El elenco actoral coral brilla, cada personajes tiene su cinco minutos de gloria, tiene su frase divertida o ingeniosa. John Cusack viene a ser el alter ego de Woody Allen , pero sin intentar imitarlo, le imprime alma a su narcisista dramaturgo, que a medida que avanzan los ensayos de la obra se ve más y más perdido, denota un gran arco de desarrollo, de la inalterable integridad a darse cuenta de que no es tan bueno como se creía, muy bueno. Dianne Wiest excelente en su manipuladora diva, desprende luz su personaje, irradia lo mucho que se cree, una sibilina fuerza que con una proverbial oratoria deslumbra, una egocéntrica de un porte muy elegante, se considera el centro del teatro, seguro se inspiró en la Norma Desmond de Gloria Swanson para “Sunset Boulevard” (1950), por mucho de su gestualidad (Ganó el Oscar). Chazz Palminteri formidable como el matón Cheech, una carismática presencia que desborda frescura y chispa, es el reflejo de que el arte no se aprende, es el Don innato, ha mamado calle y no como muchos petulantes artistas que metidos en su urna de cristal no se contaminan de lo bueno y malo del mundo, poseedor de un físico que le ayuda a su pose de duro y lacónico, sobresaliente (Nominado al Oscar). Jennifer Tilly magnífica como la nefasta aspirante a actriz, tiene una vis cómica soberbia, fabulosa en sus ententes con su criada negra, perdón “afroamericana”, desborda naturalidad y autenticidad, seguro influida su actuación de la Billie Dawn de Judy Holliday para “Nacida ayer” (1950). Jack Warden está estupendo como el productor de la obra, solo que lo encuentro algo desaprovechado. Jim Broadbent está muy divertido en su rol de galán con problemas de gula, dota a su Warner de una gran sofisticación mezclada con un gran talento para la comedia. Mary Louise-Parker resulta una agradable presencia como la novia del dramaturgo, aporta dulzura, hasta que cambia en el tramo final. Tracey Ullman encarna a la dulce Eden Brent, una sensible presencia, a lo que ayuda su histriónica voz chillona, muy divertida con frases como cuando llega tarde <Mi pedicura tuvo un derrame cerebral>. Rob Reiner está grandioso en lo físico y en lo humorístico con frases y momentos extraordinarios, co-protagonista del clímax final, delirante su petulancia artística. Joe Viterrelli está enorme como el gran mafioso. (sigue en spoiler)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
TOM REGAN
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?

Últimas películas visitadas
Underneath the Same Moon
2019
Bob Wasson
arrow