Basada en la premiada novela homónima de Julian Barnes, esta magnífica película, británica en el mejor sentido del término, cuenta con abundantes méritos.

La dirección del indio Ritesh Batra y el guion adaptado de Nick Payne logran desarrollar con paso seguro e interés creciente una historia compleja en la que juegan acertadamente con el intercalado de los dos marcos temporales.

El casting es otro de los puntos fuertes: todos sus estupendos actores están muy ajustados a sus papeles, e incluso físicamente bien seleccionados cuando dos de ellos comparten personaje, siendo el gran Jim Broadbent quien tiene un rol más destacado.

Cinta siempre interesante e inteligente, invita a la reflexión del espectador, que tiene la ocasión de disfrutar con la elegancia de la dirección artística y el acertado diseño de producción. Un film sereno y emotivo, que me encantó, y que recomiendo encarecidamente.