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España España · madrid
Voto de saudade:
10
Romance. Drama La apacible pero anodina vida de Francesca Johnson (Meryl Streep), un ama de casa que vive en una granja con su familia, se ve alterada con la llegada de Robert Kincaid (Clint Eastwood), un veterano fotógrafo de la revista National Geographic, que visita el condado de Madison (Iowa) para fotografiar sus viejos puentes. Cuando Francesca invita a Robert a cenar, un amor verdadero y una pasión desconocida nacerá entre ellos. (FILMAFFINITY)
27 de marzo de 2008
11 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuatro son los días que la familia Johnson estará fuera de la granja. Francesca (Meryl Streept), un ama de casa dedicada durante muchos años al cuidado de los suyos, agradecerá sobremanera estas pequeñas vacaciones - que alejarán momentáneamente a su marido y a sus dos hijos- con la esperanza de que esos días dedicados única y exclusivamente a ella, le hagan borrar de alguna manera el gris de su rostro; reflejo de la cantidad de ilusiones sin cumplir, o quizá, según veamos más adelante; por cumplir.

Casi al tiempo que despide a su familia por el viejo camino de arena, acude a su granja Robert Kincaid (Clint Eastwood), un fotógrafo del National Geographic interesado en capturar bajo su objetivo los puentes Roseman y Holiwell.
El extranjero, algo perdido, reclama la ayuda de la bella italiana, con la que muy poco tiempo después le unirá algo más que una mera relación de cortesía.


Si revisamos un poco la historia del cine nos encontramos ante películas en las que hay como punto de partida estas viejas construcciones: los puentes ("El puente de Waterloo" , "Le notti bianche", "Breve encuentro", entre otras). Brillantemente utilizado el puente como alegoría de cambio, ruptura con lo establecido y transición ante lo desconocido, nos hayamos ante una de las indiscutibles joyas cinematográficas de los últimos tiempos.

De la mano del genio Clint Eastwood podemos constatar una vez más, que no es necesario un cuerpo atlético, una sonrisa de fresa y una hilarante juventud que haga que la pasión desborde la pantalla.
Solo hace falta fijarse en la magistral interpretación de sus protagonistas para ver cómo el aplomo, la lealtad, la responsabilidad, el futuro incierto y la lucha en la que te pone la vida cuando - quizá algo tarde- se cumple tu sueño; no son incompatibles con la carne de gallina que te sube por la espalda cuando la mano de quien amas roza levemente tu mejilla; ni tampoco con los nervios que te llevan a comprarte un vestido para la primera cena juntos , ni con la sonrisa que cual quinceañera se te escapa al mirarle de soslayo.

Es curiosa, o al menos digna de mención, la ceguera de los "entendidos" hollywoodienses quienes se dejaron eclipsar por cerditos rosados; héroes galácticos en misiones septuagenarias, alcohol y muerte en Las Vegas; penas de muerte y gritos todos a una de libertarios encabezados por Wallace.
Films sin lugar a duda merecedores -casi todos- de galardones, pero en los que se extraña un trocito de Madison, se extraña la representación de una película en la que hasta el duro de Clint llora de amor bajo la lluvia.

Personalmente rehuyo cualquier categorización temática con respecto al cine, no diré pues que estamos ante un drama romántico, ni diré tampoco que pertenece al cine de ideas. Lo único que podemos asegurar es más que una certeza un deseo: Sr Eastwood, no se muera nunca.
saudade
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