Partiendo del hecho de que una comedia romántica (al igual que una peli romántica o pastelón) no le hace daño a nadie, e incluso (como es mi caso) suele gustar... la que nos ocupa es un poquito jartible.

El enredo en sí no está mal, el desarrollo quizá tampoco pero… hay cosas que no tienen mucho sentido, o que son cosas ya un poco pasadas: no es necesario, rubia Meg, que te caigas en un bufet de tartas, o tantas caras histriónicas a más no poder, no es necesario, de veras.

El binomio Meg-Kline, también es un poquito regular, no se funden bien, no sé cuál es el problema, pero alguno hay, porque no consiguen un buen maridaje. Amén de que quede en la versión doblada, un poquito repulsivo el simulado acentito francés… un poco cargante.

En fin, ésta vez no convence, me volveré a mi desvelado de Seattle, o a ver si tengo por ahí algún e-mail que me mande Tom Hanks, o a arruinar la boda de mi mejor amigo… seguro que cualquier de las tres es mucho mejor opción.