Haz click aquí para copiar la URL
España España · Bilbao
Voto de Rebecca:
4
Drama A Earl Stone (Eastwood), un octogenario que está en quiebra, solo, y que se enfrenta a la ejecución hipotecaria de su negocio, se le ofrece un trabajo aparentemente facil: sólo requiere conducir. Pero, sin saberlo, Earl se convirte en traficante de drogas para un cártel mexicano, y pasa a estar bajo el radar del agente de la DEA Colin Bates (Cooper).
10 de marzo de 2019
17 de 25 usuarios han encontrado esta crítica útil
La primera vez que tuve noticias del título de esta película lo primero que recordé fue el otro célebre título vinculado a Eastwood "La mula Francis", aquella serie de películas de la década de los cincuenta que tenía una mula parlanchina como protagonista y en una de cuyas entregas había participado el bueno de Clint, cuando aún era un espermatozoide del celuloide y con su larguirucha figura trataba de hacerse un hueco en la meca del cine. Mucho ha llovido desde entonces y con este título será más de uno el que se pregunte si Mula cierra el círculo profesional de Eastwood o hay cine más allá del más allá...
Apenas arranca la película ya tenemos la encorvada y casi nonagenaria silueta del protagonista de "Sin perdón" y lo primero que a muchos nos viene a la cabeza tiene poco que ver con cuestiones cinematográficas: nos fijamos en el deterioro físico de Eastwood, su andar achacoso, su piel reseca y arrugada... esas características que ya nos habían llamado la atención en trabajos como Gran Torino, se convierten en una de las perturbaciones constantes a lo largo de toda la película, intensificadas por la magistral voz fatigada de su doblador español... Pero, ahí está, sigue en pie, se mueve, habla, va, viene... y los que admiramos esta inmaculada perseverancia suya, esta arrolladora fuerza vital, nos agarramos a la butaca confiando plenamente en todas las facultades de nuestro ídolo, incluso aunque no tengamos prueba palpable de ellas... Eastwood es una especie de religión a la que acudir cuando el cine es una terrible nada que lo inunda todo. Él lo sabe, sabe que le necesitamos y esta última película suya es prueba irrefutable de ello...
En Mula, Eastwood se hiperboliza a sí mismo: un super anciano cuya diplomacia seduce a los malos malísimos y es capaz de asumir los riesgos más inasumibles; no sólo sale airoso de los mafiosos y de los polis sino que se forra llevando a cabo su cometido sin despeinarse (y sin necesidad de entrar en una cabina telefónica y cambiarse el atuendo). Todo esto acompañado del trasfondo personal de siempre: las relaciones tensas del protagonista con su familia, las "sesudas" y nada trilladas reflexiones de que "la familia es lo más importante", el arrepentimiento, el propósito de enmienda, etc, cuya repetida y explicita aparición a lo largo de la película le dan a uno ganas de comprobar si Walt Disney está detrás del guión...
A mi modo de ver, el mérito de esta especie de "road movie" descansa únicamente en la originalidad del tema, poco explotado hasta la fecha, pero que le explota en las manos literalmente a Eastwood. La desdramatización de un tema como éste casa mal con el sentimentalismo y el buenismo al que nuestro admirado cineasta parece ser cada vez más proclive. Su búsqueda de aprobación por parte del público a través de estas fórmulas reiteradas, de la autocopia y el pastiche de si mismo nos indican que Eastwood ha vendido ya todo el pescado y que esta entrega huele más de lo debido... Más vale una retirada a tiempo que una mula coja, querido Clint.
Rebecca
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow