Sigue siendo la mejor película que he visto en los últimos tres años desde que fue estrenada. Ninguna película ha logrado sobrepasarla. Y he visto bastantes. Lo cierto es que esta película es mucho más inteligente de lo que se podría esperar. Juega a ser predecible, impredecible, tramposa y congruente. Cuando lo que, por momentos, esboza es un profundo y salvaje estudio psicológico de la mente humana y cómo se puede autodestruir en un ambiente opresivo y con todos los elementos en su contra. Leonardo DiCaprio realiza la mejor interpretación de su carrera. Y Martin Scorsese no para de jugar con nosotros, que es lo que debe hacer en una película de estas características, al mismo tiempo que la iluminación, los planos, la fotografía y la banda sonora hacen estallar nuestros sentidos a cada nueva escena. Imprescindible.