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Tajikistan Tajikistan · Demonlandia
Voto de Neathara:
6
Western Josey Wales (Clint Eastwood), es un ex-soldado confederado que se dedica ahora a atender su granja al lado de su esposa y su pequeño hijo... hasta que un día, llegan miembros de la guerrilla Los botas rojas (al servicio de los ejércitos de la Unión) y matan a su familia. Desde entonces, Wales decidirá cobrar venganza y se convertirá en perseguido fugitivo al ser el último hombre que se ha negado a firmar un acuerdo de paz con los ... [+]
9 de agosto de 2009
59 de 108 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hay actores a los que se nota encantados de conocerse y uno de los ejemplos más paradigmáticos sin duda es Clint Eastwood. Como actor, nunca dejó de hacer de sí mismo; como director, raras veces ha dejado de declarar su amor hacia sí mismo y a su forma de pensar. Naturalmente, cuanto mejor te caiga Clint Eastwood, más posibilidades existen de que te encanten sus películas. Pero vamos, él y su cine son términos autoincluyentes.

"El fuera de la ley" es uno de esos ejemplos claros de cine que requiere mucha simpatía activa por parte del espectador. El protagonista es uno de esos clásicos cachos carne con ojos que tanto abundan en el género machotes: su función en la película por supuesto consiste en limpiar el mundo de carroña, salvar gente y soltar frases sentenciosas con la pajita en la comisura de la boca. Esto es divertido si te gustan los llaneros solitarios de tebeo como Josey Walles y no le pides tampoco peras al olmo o lo que viene a ser lo mismo, complejidad a un personaje de Clint Eastwood.

Como la función está desarrollada para lucimiento absoluto del prota, los secundarios no tienen demasiada importancia, su papel consiste en servir de trampolín verbal para que Clint suelte una sentencia, ofender a un amigo de Clint para que Clint les dé su merecido o bien correr peligro para que Clint los rescate. No hay nada sorprendente ni muy bien realizado ni muy bien escrito: Eastwood como director mejoraría bastante con los años, sobre todo a partir de que se dio cuenta de que se podía rodar cine más allá de mirarse el ombligo.

En general, la película es amena, a ratos divertida y a ratos un poco lacia y típica (esos planos del culete del caballo dirigiéndose hacia el atardecer...), pero se deja ver sin grandes expectativas.
Neathara
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