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Tajikistan Tajikistan · Demonlandia
Voto de Neathara:
8
Thriller. Drama. Romance Shanghai, 1942. La ciudad está ocupada por los japoneses. La señora Mak, una mujer rica y sofisticada, recuerda cómo empezó todo en 1938. Su verdadero nombre no es Mak, sino Wong Chia Chi. Poco antes de estallar la II Guerra Mundial (1939-1945), su padre huyó a Inglaterra y la dejó en China. Era estudiante universitaria y conoció a Kuang Yu Min, que acababa de fundar una compañía de teatro para fomentar el patriotismo. Wong Chia Chi se ... [+]
3 de junio de 2008
23 de 25 usuarios han encontrado esta crítica útil
Admirable película, el último lanzamiento cinematográfico de Ang Lee. Fiel a su estudiado neoclasicismo, el taiwanés ofrece una vibrante historia de espionaje y amor fatal que reproduce exactamente la estructura de una partida de Mah Jong, juego que veremos practicar muchas veces a lo largo de la película y no siempre encima de una mesa. Más allá de otras cualidades fílmicas, el disfrute proviene en su mayor parte de la cantidad de significados, alegorías y lecturas que revisten de carne al esqueleto de una historia aparentemente arquetípica.

Comienza con un prólogo que muchos han calificado de innecesario y aburrido: pero que no es otra cosa que la disposición inicial del juego, el reparto de papeles entre los jugadores y la designación de los caracteres principales, la joven espía de la Resistencia y el colaborador de la ocupación. Es una introducción que puede llegar a resultar pesada pero que es necesaria para adquirir las claves del después. Además, añade el atractivo de introducirnos de lleno en la exquisita ambientación histórica, tan viva, respirable y casi palpable como si pudiésemos encontrárnosla a la vuelta de la esquina.

Una vez lanzados los dados, movimiento que culmina con una escena realmente estremecedora, comienza la partida propiamente dicha. La cazadora retoma el contacto con su presa: reanudan el juego iniciado de manera superficial en la primera fase. En un principio, desde su tapadera, es ella quién decide los movimientos, lo que en el juego llamaríamos Viento Este: pero en poco tiempo, será el otro jugador quién determine el rumbo de las siguientes jugadas hasta llegar a un punto que será imposible discernir quién es el verdadero ganador o perdedor de la partida.

Y ahora, un aparte para las celebérrimas escenas de sexo. Son extremadamente eróticas y viscerales y a un nivel meramente estético, resultan asombrosas. Más allá de ello, son imprescindibles para entender los cambios en el delicado equilibrio de poderes que se está produciendo entre los personajes. Pocas veces se puede encontrar en una película una verdadera subhistoria narrada a través del sexo: importantísimo pues, permanecer atentos a los movimientos, expresiones e incluso las posturas de los personajes para comprender el verdadero alcance de lo que se está desarrollando incluso por debajo de la trama principal. Nada de lo que ocurre entre ellos, en términos sexuales, es gratuito ni baladí, ni busca suscitar el morbo fácil. Sólo pensando de esta manera, se conseguirá captar el significado total de la película. Que por cierto, es magnífica, a pesar de sus debilidades.

Para recomendar a todos los seguidores de Lee, porque disfrutarán como nunca de un artista en plenitud de sus facultades.
Neathara
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