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España España · Santiago de compostela
Voto de katakrank:
9
Terror Año 1838. En la ciudad de Wisborg viven felices el joven Hutter y su mujer Ellen, hasta que el oscuro agente inmobiliario Knock decide enviar a Hutter a Transilvania para cerrar un negocio con el conde Orlok. Se trata de la venta de una finca de Wisborg, que linda con la casa de Hutter. Durante el largo viaje, Hutter pernocta en una posada, donde ojea un viejo tratado sobre vampiros que encuentra en su habitación. Una vez en el ... [+]
6 de marzo de 2013
3 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ahora nos reímos cada vez que vemos a Orlock deambular entre los planos, si, es cierto, nuestros ojos lo ven así, mas bien nuestra época, con nuestros avances y con nuestras comodidades, y es que aun hay gente que no ve que, precisamente, uno de los puntos mágicos del cine esta, en que este nos haga conseguir ver la película desde los ojos de la gente del momento en el que la obra es concebida, aunque mas general sería decir que nos consigue trasladar al momento en el que fue creada. Quizás haya que hacer un esfuerzo, poner algo de nuestra parte para conseguir algo así, pero el premio, la recompensa, de perder la voluntad y dejarse llevar por el cine (esa sinfonía poética de imágenes enlazadas en movimiento) es algo que ningún adjetivo podrá siquiera acercarse a definir por muy superlativo que este sea.

Murnau lo consigue, consigue algo precioso, consigue que consigamos oler el olor de cada árbol que sale en pantalla de cada instante, de cada imagen, de cada caracterización (Magnífico Max Schreck) lo traslada todo de 1922 de forma viva e intensa hasta la fecha en que decidas verlo, y aquí tanto tiempo buscándolo, aquí esta, Murnau ha creado el primer viaje en el tiempo hacia el futuro. Es algo difícil, no lo negaré y requiere porque no decirlo de cierta tolerancia, aunque realmente sería mejor decir que requiere que nos dejemos llevar por la absurda creencia de que no hay, de que no existe, una cámara y que la misma irrealidad que irradia la película por cada uno de sus esquinas se escapa hasta que choca con nuestros ojos y queda allí suspendida, entonces entre en juego la lucha, entra en juego el debate de si creer lo que vemos o obviarlo y convertirlo en mentira, ¿Y que hacer? , respuesta compleja sin duda, cada uno tendrá la suya pero creo que el truco es simplemente buscar la perspectiva de intentar ver vida detrás de la pantalla a pesar de la atmósfera fantástica, a pesar de las sombras que aquí le ganan la partida a la luz, a pesar... la calve puede que este en quitar el "a pesar".

Luego puede que también soltemos alguna que otra carcajada si alguien nos dice que la intención de Murnau es puramente la de asustar a través de la mitología, de la angustia, de lo sobrenatural y las muecas principales de asombro que teñirán nuestra cara pronto se tornarán en una sonrisa, una sonrisa de burla y no de gracia, pero la verdad no esta tan lejos y es que sin duda en su época, Murnau agarrándose al expresionismo (no con tanta fuerza, tampoco sigue todos su parámetros, se puede ver como filma bastante en exteriores), consiguió claramente lo que se proponía, lo logró y eso es más que un motivo de admiración, una obra de arte es hija del momento en el que se crea y será en ese momento donde convulsione, donde sorprenda, y aquí el punto de inflexión, lo admirable de esta película es que todavía hoy aun consigue sorprender y seguro que no va a dejar a nadie indiferente, aunque sea a base de burlarse del pobre y espigado Orlock.
katakrank
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