Una película que vive en tres tiempos...

DE ESCUELA: Una estructura del guión inteligentísima, una brillante y enmarañada trama, la exquisita fotografía cinematográfica, los bellos y coloridos escenarios, los actores que saben representar y caracterizar a los personajes, y una dirección impecable del cineasta Yann, articulando magistralmente todos estos elementos narrativos para dar la estocada final al espectador: estremecerlo psicológicamente. Es una obra genial y creativa que sirve de ejemplo para explicar cómo se realiza el buen cine.

DE ENTRETENIMIENTO: Las emociones de intriga, angustia y desesperación, son los síntomas que padecerá todo público que ose de disfrutar esta película que te hunde sobre tu propio asiento. Sufrirás y desearás no tomar decisiones similares al personaje principal, aunque tu vida no se parezca en nada a la historia y sea la más simple y sedentaria del mundo.

DE MORAL: Seduce encendiendo expectativas con un título como tal "un hombre ideal". Activa las fantasías eróticas que duermen en el subconsciente de todas las mujeres. Y de los hombres, invitándoles -quizás- a convertirlos en imagen y semejanza; alimentando su ego y ambiciones idílicas. Pero esto sólo es del título; una mirada soberbia a una portada clara y pulcra como la manufactura de esta película. Un velo blanquizco que al levantarse se develan las más oscuras pasiones de un protagonista, que maquiavélicamente, hará hasta lo imposible por mantener su gloria en la cúspide. Es la enseñanza sobre la mentira y como se agiganta devorando realidades, devorando vidas.

"Un Hombre Ideal" es una película que el asistente al salir de la sala, se salvaguarda -al igual que alguien que ha despertado de una pesadilla- respondiendo con un suspiro: tan sólo fue una película.