Sí, de Ande...r...son, Wes. ¿Se ha gustado demasiado este director? ¿Quiere rizar el rizo y llegar a un mundo paralelo de creación? Después de la espléndida Hotel Budapest y la curiosa Moonrise KIingdom esperábamos algo más en sentido positivo de este autor texano. Pero nos trae una estética de Barbie en el desierto con ambientación cincuentera y un porrón de actores conocidos, pavisosos, a los que nada ayuda un doblaje de anuncio televisivo. Un horror de incomprensión, que no sabemos si quiere hacer reír o llorar. Medio teatro, medio video-clip, en viaje hacia ningún lugar. No nos vale una imagen impactante, pastel, si lo que cuenta no nos llega. Ni siquiera ese marcianito verde graciosín que coge y devuelve el asteroide con sus ojos como los ojos de buey de un buque.
Mala.