Terminando de ver “I Shot Andy Warhol” (1996) de Mary Harron con Lili Taylor, Jared Harris, Stephen Dorff, Martha Plimpton, Lothaire Bluteau, entre otros. Drama basado en la escritora feminista radical, Valerie Solanas, y los eventos que la llevaron a dispararle a Andy Warhol. Solanas era una persona inestable, esquizofrénica, que escribió El Manifiesto SCUM (1960) o “Manifiesto para el exterminio de los hombres”, un texto misándrico que intenta ofrecer una teoría homóloga a la teoría de envidia del falo de Sigmund Freud, donde expresaba sus ideas más extremas de la guerra de sexos; por lo que la película la presenta como una mujer brillante y apasionada, emocionalmente destruida por una vida de abusos iniciada por su propio padre, frustrada como escritora, siendo descrita como una víctima, una rebelde y una solitaria desesperada; y encontró en el feminismo radical, su única vía para denunciar la desigualdad social impuesta por el patriarcado y la dominación del varón sobre la mujer y señalando las relaciones de poder a favor de la supremacía masculina; por tanto, se propuso destruir la raíz de la tal dominación. Originalmente concebido como un documental de La BBC, la película fue dirigida por la debutante Mary Harron, y al no encontrar ninguna grabación de Solanas, ni de nadie que hablara de ella, se optó por hacer un drama de ficción, inspirado por El Manifiesto SCUM, donde se presentan algunas referencias vitales de la artista “underground”, escritora y activista feminista. Pero fue el intento de homicidio contra Warhol, el que determinó para siempre su recuerdo en el imaginario colectivo; pero se cuida de no presentar una biografía de la autora como un camino unidireccional hacia dicho momento; por lo que busca, en apariencia, ofrecer un retrato más amplio y complejo de ella. Técnicamente se nota mucho lo “amateur” al tiempo que irónicamente simula ser un filme “underground” muy en la línea Warhol para describir su mundo, y el mundo del mismo Warhol, que se recrea de manera brillante; pero destaca en la actuación de Lili Taylor que hace un fantástico trabajo como Solanas; mientras el Warhol de Jared Harris bordea en ocasiones la caricatura, como solo siendo el objetivo final de la película, como la meta de “la bola de nieve” que fue Solanas; por ello, el aspecto más interesante, funcional y resuelto con más oficio que audacia, sea el retrato de The Factory, como fondo al enfrentamiento simbólico entre el arte tradicional y artesanal de Solanas, en proceso de desaparición; y las nuevas formas industriales de producción artística comandadas por Warhol. Pero al centrarse en Solanas, la hace un conjunto de personas en sí misma, como una Lorena Bobbitt “freudiana”; una niña “Nietzscheniana”, una Medusa hipnótica; evidentemente una Unabomber; y hasta una Medea… pero todo menos una heroína; menos un símbolo de lucha, pues sus medidas extremas y radicales son puestas en duda, debido a que la llevó a intentar matar a alguien, por lo que sería más vista como un producto de una sociedad abusiva, que crea y desecha, amenazada por los estereotipos de mujeres híper femeninas, como las de The Factory, con anhelo de sentirse apreciaba por su arte, la escritura, para llegar a sentirse sola y rechazada por la única persona “borde” que pudo comprender su quimera, un hombre: Warhol. Eso sí, Solanas estuvo adelantada a su tiempo, viviendo en un período anterior a las revoluciones feministas y lesbianas. También del reparto, destacar a Stephen Dorff en un pequeño papel como Candy Darling, sin caer en la caricatura, llevado con gusto y respeto hacia “la chica Warhol” Pero nuevamente, el filme deja un mal sabor: ¿Glorifica a una psicópata, un monstruo tipo Frankenstein? El guión no es efectivo en parte a su narrativa desordenada, que avanza de manera brusca siempre buscando el final; y también irónicamente pretende simular un estilo “warholiano” que no le queda bien; y en eso coincido con Lou Reed cuando protestó que John Cale de The Velvet Underground, escribiera la partitura de la película, porque el filme “glorifica” a Solanas. De hecho, el conflicto entre Solanas y Warhol es como menos el resultado de la política de género, sobre todo porque Solanas no pretendía conectar su escritura con el tiroteo, sino el declive de la cultura de la imprenta, tal como la representaba ella; y el surgimiento de nuevos medios no escritos encarnados por Warhol y el movimiento del Arte Pop. Por ello, su obra, “El Manifiesto SCUM” era poco conocido hasta que intentó matarlo. Ella misma siguió el papel que tanto detestó en su vida, y se convirtió en una “chica Warhol” en 1968, porque el acontecimiento trajo la atención pública significativa a los 3: al Manifiesto, a Solanas, y a Warhol como el demiurgo de toda su celebridad; pues para el artista, el olvido entre tanta luminosidad es la única tragedia que puede ocurrir. “Solo tienes un disparo para alcanzar la fama”
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NO tendrá nota en Lecturas Cinematográficas
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