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Voto de Alvaro Zamora Cubillo:
8
Drama. Cine negro En una calle de Nueva York, la miseria y la delincuencia conviven con la riqueza de los inquilinos de un lujoso bloque de apartamentos. Inevitablemente esos agudos contrastes acabarán desencadenando tensiones entre los dos mundos. (FILMAFFINITY)
22 de septiembre de 2018
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Terminando de ver “Dead End” (1937) de William Wyler con Sylvia Sidney, Joel McCrea, Humphrey Bogart, Wendy Barrie, Claire Trevor, Billy Halop, Huntz Hall, Leo Gorcey, entre otros. Drama de denuncia social, nominado a 4 Premios OSCAR: Mejor película, actriz reparto (Claire Trevor), dirección artística y fotografía; sobre un vecindario de New York, donde confluyen ricos en plantas altas, y pobres en plantas bajas; donde el paro laboral, la mafia, la delincuencia y las pandillas campan a sus anchas, en definitiva, la lucha de los pobres sin oportunidades; donde inevitablemente los agudos contrastes acaban desencadenando tensiones entre esos 2 mundos. La película de contenido “criminal”, está adaptada de la obra de teatro del mismo nombre, escrita por Sidney Kingsley en 1935; por lo que William Wyler originalmente quería filmar en locaciones; pero el productor Samuel Goldwyn insistió en que se hiciera en Estudios, de ahí que se mantiene ese mismo tono teatral, sin embargo, el director de arte, Richard Day, que fue asignado para diseñar los decorados, hizo uno de los conjuntos más convincentes y elaborados en la historia del cine; pues aporta mucho dinamismo y complejidad que hace difícil creer que todo lo visto sea un solo escenario principal. En el fondo, la historia es un círculo vicioso de las malas circunstancias, donde el pasado y el presente de una serie de personajes tienen demasiados paralelismos; así, los niños y los adultos son unos espejos de otros; como los edificios mismos que confluyen literalmente en la verdadera “calle sin salida” del título, en que la juventud es desperdiciada, y la pobreza no deja acceder a mejores posiciones sociales; y de esa manera, la delincuencia es el modo más fácil de ganarse la vida, dejando de lado los valores, donde la supervivencia es la que manda mientras la vida de las familias se destruye; siendo el reformatorio infantil, el primer paso en la degradación moral de los jóvenes, que después vendrá en la cárcel... y la muerte. También el filme enfrentó problemas con la censura, y se solicitó que se borrara la línea “Todos los gatos (“pussies” en referencia a la vagina) se parecen en la oscuridad”, así como 2 oraciones que debían terminar, “hijo de…” y “veta a la…” y entre otras demandas ridículas, no debería tener escenas de personajes pisoteando cucarachas; ni latas viejas y basura derramada que pudieran causar ofensa… de hecho, algunos aspectos de la obra original fueron alterados antes de que el guión fuera enviado a La Horripilante Oficina Hays; y con el fin de superar a los censores, todas las referencias a “la profesión” de Francie fueron veladas, aunque se mencionó en la obra original en la que se basó la película; incluso el hecho de que ella sufría de las etapas tardías de la sífilis, nunca fue mencionado por su nombre. Del reparto, pese a que Humphrey Bogart no es el claramente el protagonista, sí es un papel temprano como mafioso, que se basó en el éxito de su actuación en “The Petrified Forest” (1936) el año anterior, por lo que el nombre de Bogart apareció debajo del de Sylvia Sidney en los créditos de apertura; no obstante, esto se revirtió para cualquier publicación posterior. Como dato, Bogart posteriormente hizo 2 películas más con el grupo de niños llamado “Dead End Kids” en 1938, siendo esta la primera de las 7 películas del grupo. Y aunque solo aparece en una escena que dura poco menos de 5 minutos, la actriz Claire Trevor ganó una nominación al Oscar por su interpretación de Francie, la prostituta. Al filme se le puede achacar el tono televisivo aleccionador, al tiempo que no tiene mucha profundidad la familia rica, ni la vida de los verdaderos protagonistas: Sidney y McCrea, aunque lo sepamos como parte del diálogo durante el desarrollo del filme, y al grupo de muchachos, que como grupo variopinto no tienen profundidad individual. Según el programa para el estreno de la película, Samuel Goldwyn dedicó la producción “a los niños de hoy, para que puedan ser mejores ciudadanos del mañana” y tras ver el filme uno pude comprobar que “de todos modos, no es difícil aprender en un lugar como este”
RECOMENDADA.
NO tendrá nota en Lecturas Cinematográficas
http://lecturascinematograficas.blogspot.com/
Alvaro Zamora Cubillo
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