Haz click aquí para copiar la URL
España España · Valencia
Voto de andrewsama:
7
Serie de TV. Drama Serie de TV (2013-2016). 4 temporadas. 46 episodios. Basada en un libro de Thomas Maier, la serie se centra en las figuras del ginecólogo William Masters y la psicóloga Virginia Johnson, cuyos estudios sobre la sexualidad a mediados de los 60 cambiaron el modo de ver las relaciones de pareja en la sociedad estadounidense de la época. (FILMAFFINITY)
6 de diciembre de 2014
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Todavía recuerdo la fascinación que sentí al conocer los propósitos de los doctores Masters y Johnson. Con todas las de perder, ambos desafiaron a los arraigados moralistas de los años 50 y a su masculinamente divinizada comunidad científica para evidenciar la hipocresía y el silencio en el que había quedado sumido algo tan inexorable a la vida y a la propia biología como el sexo, y nadie puede poner en duda que llevaron su tarea con éxito durante su flamante y espléndida primera temporada.

Masters of Sex llegó a Showtime para no solo tumbar, sino corregir los esquemas sobre los que se han ido conformando las producciones de ficción mayoritarias, y con ello, hacer las veces de espejo en el que reflejar la incompatibilidad entre conservadurismo y evidencia. Las primeras escenas del piloto lo dejan bastante claro: el doctor William Masters, justo tras haber sido galardonado por su trabajo en el campo de la fertilidad, escucha totalmente perplejo a una prostituta hablando de cómo tuvo que fingir un orgasmo para sacarse a un cliente rápidamente. Pero espera, ¿las mujeres fingen orgasmos? Masters se empequeñece, el doctor desaparece y se convierte en alumno de un más que heterogéneo grupo de putas que le sacarán de la ignorancia en la que ha estado sumido toda su vida por no haber prestado atención ya no al cuerpo de cualquier desconocida, sino al de su propia mujer.

Firme a su compromiso profesional, el doctor Masters se ve empujado por su ignorancia a encontrar los entresijos fisiológicos del sexo, pero desde una ingenuidad privilegiada: ¿Por qué la comunidad científica no se había movido por el campo de la pulsión sexual? Los obstáculos y dificultades a las que hace frente capítulo tras capítulo junto a la doctora Virginia Johnson para sacar adelante su estudio sobre sexología le terminan demostrando que la sociedad de su época no está preparada para dejar que las verdades salgan a la luz, ni mucho menos para ver por primera vez el interior de una vagina proyectado en una pantalla.

Un guion basado en la elaboración empírica del trabajo de Masters y Johnson convirtió a los sujetos de estudio en los verdaderos protagonistas de la primera tanda de capítulos, un enfoque acertadísimo que elevó la serie al cielo de HBO. Del mismo modo, la construcción de Virginia –no exagero, creedme, cuando digo que se trata de uno de los mejores personajes femeninos que han llegado a la televisión, si no el mejor– y el calculado pero fluido abanico de tramas y secundarios hicieron de Masters of Sex todo un ejemplo de transversalidad que evidenció, de forma catártica, la obsolescencia del falo y recolocó al feminismo y a la diversidad en las agendas americanas como estándares inequívocos de calidad social y cultural.

Pero qué difícil es andar y qué fácil deshacer lo andado.

Desde el final de la primera temporada pudimos mascar la tragedia. Un claffhanger digno de ser anteclímax en cualquier comedia romántica bastó para devolver el protagonismo a los doctores en la que puede que sea una de las peores decisiones jamás tomadas por unos guionistas que evidentemente cobran demasiado. El magistral retrato del antiético y todavía vigente comportamiento supuestamente clínico con respecto a la intersexualidad fue incapaz de solventar la forma en la que William y Virginia, de la forma más egoísta posible, dejaron de lado su compromiso profesional para atender unas pasiones que habrían sido completamente compatibles con el estudio si, de nuevo, los guionistas no se hubieran empeñado en corromper los propósitos de la primera temporada para poder seguir la recurrida línea del morbo comercial.

La relación entre la prostituta Betty y su ex pareja Helen da la impresión de haber sido incrustada a la fuerza por su irrisoria duración –¿diez minutos?–. El conflicto racial entre Libby y la niñera Coral queda reducido a un problema de liendres, del mismo modo en el que su implicación con la comunidad negra termina siendo una excusa barata y desagradable para poder poner otro affaire sobre la mesa. El compromiso social que abanderó la primera temporada se convierte en una tomadura de pelo a medida que avanzan unos capítulos caóticos, incapaces de encontrar el norte.

Es una pena que algo tan prometedor como lo que en un principio fue Masters of Sex haya terminado convirtiéndose en una simple telenovela de época. El escepticismo, el empoderamiento femenino y la diversidad de un inicio que tanto escoció a los que tenía que escocer se han desvanecido para dar paso a la autocomplacencia de una audiencia que se cree comprometida por el simple hecho de presenciar un romance interracial.

Ahora, las aguas que removieron Virginia y William han vuelto a su cauce. Ahora, el sexo vuelve a ser simplemente sexo.
andrewsama
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?

Últimas películas visitadas
Gulliver's Travels Beyond the Moon
1965
Yoshio Kuroda, Sanae Yamamoto
arrow