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Voto de Letras Negras Ruido Blanco:
8
Western. Intriga Pocos años después de la Guerra de Secesión, una diligencia avanza por el invernal paisaje de Wyoming. Los pasajeros, el cazarrecompensas John Ruth (Kurt Russell) y su fugitiva Daisy Domergue (Jennifer Jason Leigh), intentan llegar al pueblo de Red Rock, donde Ruth entregará a Domergue a la justicia. Por el camino, se encuentran con dos desconocidos: el mayor Marquis Warren (Samuel L. Jackson), un antiguo soldado de la Unión convertido ... [+]
12 de mayo de 2017
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Fijaos en la aliteración*, para ambos idiomas: "los odiosos ocho", "the hateful eight". Impresionante. ¿Algo premeditado? ¿Puro azar? En cualquier caso, la viciosa musicalidad de su nombre no es la única virtud de la última cinta de Quentin Tarantino, que ante todo, por encima de cualquier otra consideración, es eso: una película de Tarantino. Él tiene el genio suficiente como para revivir diez, cien veces su universo, y que no pase nada. Diría más: queremos que lo haga. Viéndolo de otro modo, ya hay millones de películas no tarantinescas, son gran mayoría, cómo no íbamos a amar las honrosas excepciones a esa regla.

Si aún no has degustado su particular cine (Pulp Fiction, Django Desencadenado, Malditos Bastardos), haz la prueba. Si ya lo hiciste y te pareció un error (demasiada sangre, demasiada verborrea que otro director no incluiría ni en la versión extendida, demasiada duración en general); no tropecéis dos veces en la misma piedra.

Al entregar Los odiosos ocho tres años después que su anterior propuesta -Django Desencadenado- y estar situadas ambas en similar espacio temporal (la primera unos años antes de la guerra de Secesión norteamericana, la segunda poco después del conflicto) alguien podría tener la primera impresión de que Quentin ha activado el piloto automático, pero el profundo guión y la calidad técnica bien valen el tiempo esperado. Además, los dos filmes comparten estilo y temática, pero no esencia, ocurre lo mismo que con Reservoir Dogs y Pulp Fiction, consideradas por la crítica como sus mejores películas.

Incluso el entorno natural se ha transformado con respecto a las aventuras del bueno de Django: estamos en pleno invierno, bastante al norte, y una cristalina nieve refleja luz y sangre. La fotografía se merece un diez, ya retrate una tormenta salvaje o las grietas de un rostro. En cuanto a la música, es protagonista cuando quiere, luego desaparece de igual modo. Corre a cargo de un octogenario Ennio Morricone, legendario ya antes de muerto.

Lo que destacaría de este director, por encima de todo - fragmentación de la historia en capítulos de diversa duración, cuerpos que explotan sangre, esa inclusión obligada de un puñado de frases memorables-, es su capacidad para lo cotidiano.

Imaginemos un filme normal de Hollywood: El Monstruo Azulado, que me acabo de inventar. Nos presentarían a los personajes, pero solucionado este pequeño percance, nos centraríamos ya en acción y más acción, y todo lo demás que salga en pantalla interviene de algún modo en la trama. Si sacas una escopeta en el primer acto, se tendrá que disparar en el tercero. Nada se deja al azar. Pues en Pulp Fiction unos sucios matones hablan de kétchup y hamburguesas.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Letras Negras Ruido Blanco
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