Resulta que la central estaba construida encima de un río subterráneo. Bien, la explosión del reactor produjo toneladas de escombros incandescentes debio al incendio posterior. Como es obvio, escombros con una radioactividad enorme. Que se hundieran los cimientos de esa zona y que las susodichas toneladas de escombros contactaran con el río, era lo que había que evitar, literalmente, como fuera.

Por eso se trasladó deprisa y corriendo a cientos de mineros de los Urales. Para excavar un túnel que llegara debajo y apuntalarlos.

Y por si a alguien le cabía todavía alguna duda al respecto, las despeja totalmente uno de los expertos soviéticos sobre energía nuclear. Le dice al entrevistador, con una pasmosa y acongojante tranquilidad, estas palabras (no las entrecomillo porque no las recuerdo 100% literales): - si el magma radioactivo hubiera llegado al río subterráneo, ¿sabe utd dónde está la ciudad de Minsk?. Bueno, pues esa ciudad hubiera desaparaecido. De hecho, la vida sobre la tierra tal y como la conocemos ya no sería posible.-