'Happy Valley' es algo diferente, llamativo, embriagador, sensual, interesante, potente, adictivo, sensible, genial. La BBC suele hacer ficciones buenas, para que nos vamos a engañar, y en este tema policial ya había visto hace poco, también en Movistar +, 'The Responder', centrada también en la historia de un policía en un área del norte de Inglaterra que se queda con un paquete de droga que no le pertenece. Pero si 'The Responder' acaba con unos giros de guión, vamos a decir, un poco inverosímiles, la verdad es que 'Happy Valley' mantiene en todo momento una intriga y un nivel de guión excelente.

Echaré de menos cuando la acabe (voy por la mitad de la segunda temporada, esto es la mitad de la serie):

- Sus localizaciones encantadoras: el centro peatonal donde están los garitos, el canal de los barcos, las casas al lado del Tesco, que te remontan a tantas veces en Inglaterra.

- La intriga con la que acaba cada capítulo. Suelen darle un interés enorme al final para que te quedes enganchado. En esta segunda temporada, incluso más que en la primera.

- Los actores. No me cae nada bien el personaje protagonista de Sarah Lancashire, que imagino que es parte de su propio encanto, que tiene un punto que la hace muy hostiable. Sin embargo, su hermana (Siobhan Finneran) y sobre todo, el malo malísimo, James Norton, suben muchísimo el nivel. Tommy Lee Royce (Norton) evoluciona notablemente a lo largo del drama, desde un personaje algo más pusilánime hasta un auténtico psichokiller.

Sin duda 'Happy Valley' merece estar en el top ultratop de las series inglesas que he visto, lo cual es mucho decir ya que aquí puedo mencionar auténticas joyas.