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Voto de pepedomingocastanas:
6
Drama Silvio Berlusconi (Toni Servillo) se encuentra en el momento más complicado de su carrera política, recién salido del gobierno y con las acusaciones de corrupción y de sus conexiones con la mafia a punto de llegar a los juzgados. Sergio Morra (Riccardo Scamarcio) es un atractivo hombre hecho a sí mismo que sueña con dar el salto de sus cuestionables negocios de provincia a escala internacional. El camino más rápido para conseguirlo es ... [+]
20 de junio de 2023
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Con motivo de la muerte de Berlusconi me acerco a este film. Hay que agradecer a Sorrentino que, marcándose un 'corte internacional' de 'Silvio y los otros' de casi tres horas, la película sea fácil de ver, se pasa rápido, se digiere fácil y además se disfruta, no se suda.

No soy muy fan de este director. Me ha aburrido hasta el sometimiento con 'La Gran Belleza' y con la peli esta de 'Fue la mano de Dios', que se estrenó el pasado año en Netflix. Pero en esta ocasión, no sé si por los personajes que trata o por el dinamismo histriónico de los primeros minutos, consiguió engancharme con la historia a pesar de la evidente problemática de la extensión de la misma (casi 3 horas).

Las semejanzas con "El Lobo de Wall Street" son muchas y se puede decir que en esta película, Sorrentino se disfraza de Martin Scorsese para hacer un montaje dinámico, repleto de sexo, drogas y buena música (mención especial merece la selección musical principalmente electrónica) en el que muestra cómo es la personalidad de Berlusconi y como son todos los arribistas que les rodean, a los que el director señala como mucho peores que el propio Cavaliere.

Es verdad que en el corte internacional, en el que se pegan las dos películas, da la sensación de que hay algo que falta, especialmente con el personaje del empresario de provincias del principio, interpretado por Riccardo Scamarcio, que el pobre aparece y desaparece como el Guadiana sin que se explique muy bien que hace una vez que Silvio pasa a ser el protagonista.

De Berlusconi se recuerda que era algo pederasta (siempre en lo permitido por la ley), que se había enriquecido de manera poco transparente, que era buen cantante, histriónico, cercano con la gente, sonriente y que nunca se enfadaba (lo repite el propio Silvio, interpretado por un gran Toni Servillo: "yo nunca me enfado"). Pero no se le ataca, no se le humilla, no se le despedaza ni se le derrumba. Es más, la película muestra empatía hacia su figura, señala que el personaje sí, es un psicópata vendedor de humo y mentiroso compulsivo, pero que no es especialmente peor que todos los que le rodean y pelotean. Que Italia, en definitiva, no es mejor que su primer ministro.
pepedomingocastanas
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