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Voto de CousIand:
7
5,9
56.351
Ciencia ficción. Terror
Tras conseguir escapar con Newt y Bishop de un planeta alienígena, la teniente Ellen Ripley (Sigourney Weaver) recala accidentalmente en Fiorna 161, una remota cárcel galáctica cuyos peligrosos reclusos están absolutamente abandonados a su suerte. (FILMAFFINITY)
18 de diciembre de 2017
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Tras todos los problemas que atravesó Alien 3 durante su rodaje, pasando por varios directores y guionistas y acabando en manos de un debutante David Fincher en constante disputa con los productores, me sorprende que el resultado no acabara siendo un desastre. Por lo que he leído, la cinta original tenía algunos problemas que denotaban que se recortó tiempo de metraje por exigencias de la productora, así que ver la película en su edición extendida parece la mejor opción. Aunque no es un montaje del director como tal, pues no contó con su participación, todos los cambios y añadidos que incluye probablemente sean lo más parecido a la película que Fincher quería hacer. Huelga decir que esta es la versión en base a la que voy a hacer la crítica.
De entrada, el film hizo méritos para poner en pie de guerra a muchos fans por su poco respeto hacia el legado de Aliens: El Regreso, deshaciéndose sin miramientos los supervivientes de la Sulaco, a excepción de Ripley, en un aterrizaje de emergencia. A nivel personal no puedo decir que me afectara de forma negativa, pues tengo bastantes peros con la secuela de Cameron y los implicados (quizá a excepción de uno) me importaban bien poco, pero entiendo perfectamente las quejas. En realidad esta decisión es una necesidad del guión, que hace hincapié en la idea de que la teniente llega sola a un lugar desconocido donde no todo el mundo le pondrá las cosas fáciles.
Empezando por la nueva localización, una prisión espacia propiedad de Weyland-Yutani y ubicada en el planeta Fiorina 161, el planteamiento es interesante: los presos forman una comunidad de ex-criminales aislados de la civilización que se han refugiado en la religión, y cuya rutina se ve interrumpida por la llegada de una extraña, que además es la única mujer en toda la instalación. Esta situación genera tensión y discusiones entre los responsables de la prisión; por otra parte, un grupo de ex-criminales no son el aliado más fiable a priori para enfrentarse a la amenaza del alien. La cinta pone énfasis en los conflictos entre personajes, sus motivaciones y su forma de actuar ante una situación que les supera, que es en parte lo que explica su elevada duración. No es que considere a Alien 3 un thriller psicológico, pero no es difícil darse cuenta de que esta faceta va más allá que en pasadas entregas.
Desde el principio parece clara la intención de repetir la fórmula de El Octavo Pasajero, sobre todo en contraposición al cambio que supuso Aliens: de nuevo sólo hay un xenomorfo y los protagonistas no tienen nada más que su ingenio para enfrentarlo, así que la sensación de peligro e indefensión gana enteros. Las apariciones de la criatura también están contadas aquí durante casi todo el metraje y eso ayuda a hacerlas impactantes, aunque no se alcanza el nivel de maestría de la cinta original. Otro aspecto que recibe un tratamiento menos interesante es el ciclo evolutivo del alien, resolviéndose de forma bastante más acelerada; algo en parte comprensible por no ser ya un misterio para nadie.
Siguiendo con el alien, el cambio más evidente es de diseño. En esencia se trata de la misma criatura, pero este se distingue por ser más pequeño, ágil y posee un movimiento cuadrúpedo. No se hizo de forma arbitraria, sino que tiene una justificación argumental porque el alien no nace en esta ocasión desde un cuerpo humano. Sí que resulta preocupante el mal uso de las CGI para animar al xenomorfo en muchas escenas, pues su calidad es especialmente baja y hacen muy poco creíble a la criatura. Por suerte, los primeros planos se salvan de esas mediocres imágenes generadas por ordenador y están mucho más cuidados.
Entrando ya en el desenlace, el enfrentamiento contra el xenomorfo es quizá la parte menos inspirada de toda la película: se vuelve repetitivo, no consigue generar un gran suspense y tampoco impresiona en el terreno visual. El final propiamente dicho sí que es mucho más inesperado y para bien, cerrando de forma valiente y satisfactoria al mismo tiempo la saga (al menos hasta que Resurrection volviera a abrirla).
A pesar de que en términos generales estoy bastante satisfecho con Alien 3, me costaría otorgarle una valoración superior. Supongo que la decisión de rescatar la esencia de la original en vez de escoger un camino más diferenciado (como hizo Cameron) lleva inevitablemente a que se la compare con esta y salga perdiendo en el proceso. Aún así, tiene bastantes rasgos distintivos como para merecer un espacio propio dentro de la saga y no vivir a la sombra de nadie. Porque aunque el primer film de David Fincher no fuera una obra maestra ni alcanzara todas sus pretensionas, es sin duda un broche final a la altura para la historia de Ellen Ripley.
De entrada, el film hizo méritos para poner en pie de guerra a muchos fans por su poco respeto hacia el legado de Aliens: El Regreso, deshaciéndose sin miramientos los supervivientes de la Sulaco, a excepción de Ripley, en un aterrizaje de emergencia. A nivel personal no puedo decir que me afectara de forma negativa, pues tengo bastantes peros con la secuela de Cameron y los implicados (quizá a excepción de uno) me importaban bien poco, pero entiendo perfectamente las quejas. En realidad esta decisión es una necesidad del guión, que hace hincapié en la idea de que la teniente llega sola a un lugar desconocido donde no todo el mundo le pondrá las cosas fáciles.
Empezando por la nueva localización, una prisión espacia propiedad de Weyland-Yutani y ubicada en el planeta Fiorina 161, el planteamiento es interesante: los presos forman una comunidad de ex-criminales aislados de la civilización que se han refugiado en la religión, y cuya rutina se ve interrumpida por la llegada de una extraña, que además es la única mujer en toda la instalación. Esta situación genera tensión y discusiones entre los responsables de la prisión; por otra parte, un grupo de ex-criminales no son el aliado más fiable a priori para enfrentarse a la amenaza del alien. La cinta pone énfasis en los conflictos entre personajes, sus motivaciones y su forma de actuar ante una situación que les supera, que es en parte lo que explica su elevada duración. No es que considere a Alien 3 un thriller psicológico, pero no es difícil darse cuenta de que esta faceta va más allá que en pasadas entregas.
Desde el principio parece clara la intención de repetir la fórmula de El Octavo Pasajero, sobre todo en contraposición al cambio que supuso Aliens: de nuevo sólo hay un xenomorfo y los protagonistas no tienen nada más que su ingenio para enfrentarlo, así que la sensación de peligro e indefensión gana enteros. Las apariciones de la criatura también están contadas aquí durante casi todo el metraje y eso ayuda a hacerlas impactantes, aunque no se alcanza el nivel de maestría de la cinta original. Otro aspecto que recibe un tratamiento menos interesante es el ciclo evolutivo del alien, resolviéndose de forma bastante más acelerada; algo en parte comprensible por no ser ya un misterio para nadie.
Siguiendo con el alien, el cambio más evidente es de diseño. En esencia se trata de la misma criatura, pero este se distingue por ser más pequeño, ágil y posee un movimiento cuadrúpedo. No se hizo de forma arbitraria, sino que tiene una justificación argumental porque el alien no nace en esta ocasión desde un cuerpo humano. Sí que resulta preocupante el mal uso de las CGI para animar al xenomorfo en muchas escenas, pues su calidad es especialmente baja y hacen muy poco creíble a la criatura. Por suerte, los primeros planos se salvan de esas mediocres imágenes generadas por ordenador y están mucho más cuidados.
Entrando ya en el desenlace, el enfrentamiento contra el xenomorfo es quizá la parte menos inspirada de toda la película: se vuelve repetitivo, no consigue generar un gran suspense y tampoco impresiona en el terreno visual. El final propiamente dicho sí que es mucho más inesperado y para bien, cerrando de forma valiente y satisfactoria al mismo tiempo la saga (al menos hasta que Resurrection volviera a abrirla).
A pesar de que en términos generales estoy bastante satisfecho con Alien 3, me costaría otorgarle una valoración superior. Supongo que la decisión de rescatar la esencia de la original en vez de escoger un camino más diferenciado (como hizo Cameron) lleva inevitablemente a que se la compare con esta y salga perdiendo en el proceso. Aún así, tiene bastantes rasgos distintivos como para merecer un espacio propio dentro de la saga y no vivir a la sombra de nadie. Porque aunque el primer film de David Fincher no fuera una obra maestra ni alcanzara todas sus pretensionas, es sin duda un broche final a la altura para la historia de Ellen Ripley.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Dentro de lo polémico que fue quitar de en medio a Higgs, Newt y Bishop al inicio de la película, que estos dos últimos sigan teniendo presencia de un modo u otro arregla algo el problema. El caso de la niña fallecida se aprovecha para dañar emocionalmente a Ripley y mostrar su paranoia hacia la presencia del xenomorfo al insistir en la autopsia y en ver ella misma el cadáver. Respecto a Bishop, me gustó el detalle de que se rescaten sus restos y tenga una última conversación con la teniente.
La prematura muerte de Clemens es un arma de doble filo: por una parte, supone el final del que probablemente sea el personaje secundario más interesante del reparto, pero por ese mismo motivo es un giro impactante que nadie espera. En la misma escena se ve también la mítica imagen del xenomorfo pegado al rostro de Ripley, un momento verdaderamente icónico dentro del universo Alien.
Me gusta la forma en la que se sucede ese primer plan para encerrar al alien. Ripley y los presos colaboran juntos, y a pesar de un terrible accidente provocado por el ataque sorpresa del xenomorfo en el que muchos mueren, logran cautivarlo. Cuando todos creen haber ganado y bajan la guardia, un demente Golic (que había quedado trastornado tras ver a la criatura asesinar a uno de sus compañeros) lo libera y el sacrificio ha resultado en vano.
Más adelante se descubre que Ripley tiene en su interior a una futura reina Alien, con radiografía incluida. A partir de entonces puede empezarse a intuir que el final no va a ser feliz para ella. Finalmente, una nave de Weyland-Yutani llega a Fiorina y un empleado de la compañía interpretado por Lance Henriksen (él creó al androide Bishop basándose en su mismo rostro) promete a Ripley extraerle el xenomorfo y destruirlo. Ella, convencida de que se trata de otro engaño más de la compañía, opta por sacrificarse para erradicar un mal del que parecía que no iba a escapar nunca. Acabar con la vida de la protagonista de la saga no es algo que pudiera hacerse a la ligera, pero su muerte es tan simbólica y acorde con sus ideales que resulta difícil no aceptarla como un gran final y un momento memorable.
La prematura muerte de Clemens es un arma de doble filo: por una parte, supone el final del que probablemente sea el personaje secundario más interesante del reparto, pero por ese mismo motivo es un giro impactante que nadie espera. En la misma escena se ve también la mítica imagen del xenomorfo pegado al rostro de Ripley, un momento verdaderamente icónico dentro del universo Alien.
Me gusta la forma en la que se sucede ese primer plan para encerrar al alien. Ripley y los presos colaboran juntos, y a pesar de un terrible accidente provocado por el ataque sorpresa del xenomorfo en el que muchos mueren, logran cautivarlo. Cuando todos creen haber ganado y bajan la guardia, un demente Golic (que había quedado trastornado tras ver a la criatura asesinar a uno de sus compañeros) lo libera y el sacrificio ha resultado en vano.
Más adelante se descubre que Ripley tiene en su interior a una futura reina Alien, con radiografía incluida. A partir de entonces puede empezarse a intuir que el final no va a ser feliz para ella. Finalmente, una nave de Weyland-Yutani llega a Fiorina y un empleado de la compañía interpretado por Lance Henriksen (él creó al androide Bishop basándose en su mismo rostro) promete a Ripley extraerle el xenomorfo y destruirlo. Ella, convencida de que se trata de otro engaño más de la compañía, opta por sacrificarse para erradicar un mal del que parecía que no iba a escapar nunca. Acabar con la vida de la protagonista de la saga no es algo que pudiera hacerse a la ligera, pero su muerte es tan simbólica y acorde con sus ideales que resulta difícil no aceptarla como un gran final y un momento memorable.