Fue durante una noche de insomnio y deliberaciones (al igual que ocurre con el protagonista); de esa forma llegó a mis manos esta película, en el momento justo.
Y no sé si fue por el momento, por la similitud de sentimientos con los que me podía identificar plenamente o por esa incorregible predilección que siento por este tipo de historias lo que provocó ese 'click' en mi interior, esa sensación de haber encontrado algo que merece la pena ver.

Claro, nos tienen acostumbrados a deslumbrarnos con efectos especiales, con películas en 3D, con superpoderes, con fenómenos paranormales... en resumen, con lo imposible. Y se olvidan de lo más importante: la historia y cómo tiene que ser contada.

En esta película no ha hecho falta recurrir a actores de renombre, no ha hecho falta situarla en un mundo imaginario ni tampoco inventarse cosas raras de conspiraciones y espías. Entonces, ¿qué tiene esta película de bueno?

A mi parecer, reúne actores jóvenes y desconocidos que le pueden dar mil vueltas en cuanto a interpretación al actor mejor pagado. Tiene una historia sencilla, normal, de las que nos pasan a todos, pero contada de una forma original. Tiene el toque justo de humor, la dosis perfecta repartida en los momentos oportunos. Tiene una sensibilidad especial. Tiene escenas magistrales sin ser una gran superproducción. Tiene todo lo que a esas les falta.