Qué atraganto de sensaciones hasta la última escena. Suspense bien mantenido, aunque la trama es tan clásica, que por momentos resulta rancia a los sentidos. Sólo le salva que en esta ocasión la supremacía de raza le corresponde a los negros.
Me alegro de estar redactando esta pequeña reseña, porque aprovecho para repasar algunas escenas sin demasiado sentido, que después de conocer la historia, toman cierta dimensión y aparecen perfectamente encajadas en el guion.
Sustos, sospechas, sueños, apariciones extrañas, todo se coordina para mantener la atención del espectador. Luego cuando abandonas la sala empieza la reflexión sobre lo visto y sobre lo escuchado. Es necesario encajar las piezas empezando desde el principio y compruebas que engrana mejor que un reloj suizo, en el que cada piececita tiene su lugar y su razón de ser, hasta el punto, de que si retiras cualquiera de ellas, por insignificante que parezca, la maquinaria se detiene, se atasca, se ralentiza en el mejor de los casos.
Inquietante parábola sobre la envidia eterna de los hombres y de las mujeres por poseer lo que se nos ha negado, por creer que lo del otro es mejor, por alcanzar una gloria que le pertenece a los demás. Nadie se conforma con los dones que ha recibido y las cualidades que ha cultivado. Necesitamos más para sentirnos mejor, lo cual nos hace girar en una espiral de insatisfacción que mueve el mundo.
Buena película para compartir y comentar con amigos. Verla solo resulta menos divertida y enriquecedora.