Espectacular y crudo retrato de la vida de delincuencia de fines de los 90. De las manos de los galardonados Israel Adrián Caetano y Bruno Stagnaro, podemos ser cómplices de las estafas ocasionadas por un grupo minoritario de jóvenes que luchan contra la supervivencia en plena Buenos Aires, y que, luego de desistir de trabajar para su jefe, deciden abocarse a realizar las suyas por cuenta propia.

Los personajes están preciosos, cada uno con su distinta manera de ser de la de los demás, y de todos modos, tienen características similares que los asemejan y complementan. La amistad es un factor inolvidable en esta producción independiente, de bajo presupuesto, que se amolda a los gustos del espectador no bien comienza. Su ritmo ágil y vertiginoso, con muy pocos momentos lentos e inconsistentes, logra atraer en su humilde puesta. La dirección, tanto de actores como de cámara, es soberbia, grandilocuente. Hay secuencias que son geniales, únicas, pocas veces conseguidas en la historia del cine argentino. La propuesta argumental es simple pero tiene mucho para contarnos, y lo hace perfectamente. No decae en ningún momento y logra transmitir empatía con cada uno de los actores que interpretan a los cinco principales. Aplaudo la gran obra realista que se presencia al ver este filme. Hoy, podría ser considerada una película de culto.

Calificación: 9