El legendario director Ridley Scott vuelve al ruedo con una opulenta entrega sobre la interesante historia de la firma mundial Gucci, a sus 84 años. Con un reparto espléndido, narra la aventura económica desde los inicios hasta la actualidad., y la vida de sus herederos.

En cuanto a aspectos técnicos se refiere, la película esta nutrida de una colosal puesta escenográfica, con un despliegue visual remarcable y un diseño de producción más que suficiente. La fotografía es encantadora, con paisajes nevados brillantes y momentos de interiores muy bien captados. La tonalidad azul impregna el film. Y también lo hace la banda sonora, que es casi imperceptible, pero está, y cumple.

El punto negativo está en el guión, en su manera de contar la historia, a veces un tanto densa y tediosa, a veces un poco rápida y confusa. Creo que ahí tiene que ver el montaje de la película, que es bastante flojo y poco consistente, causando el desconcierto en el espectador. No es eficiente, y no colabora con el público. Cada uno debe seguir el curso por su cuenta. La trama tiene fisuras, pero igual entretiene, más que nada por el trabajo del director y de los bestiales actores y actrices, con una espectacular Lady Gaga, un óptimo Adam Driver, y estupendos Jeremy Irons, Jared Leto y un magistral Al Pacino, que sigue demostrando, a mezcla de llanto, enojo y comedia, que es un maestro de maestros.

Como mención final, la cinta cuenta con personajes bien definidos y desarrollados arcos de personajes. Empiezan de un modo, y terminan de otro. Hay modificaciones, evolución o involución en ciertos casos. Eso es muy destacable desde la escritura.

Calificación: 7.5