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España España · Barcelona
Voto de picais:
9
Cine negro. Drama. Romance. Thriller Johnny Farrell (Glenn Ford), un aventurero que vive de hacer trampas en el juego, recala en Buenos Aires. Allí lo saca de un apuro Ballin Mundson, el propietario de un lujoso casino, que acaba haciendo de él su hombre de confianza. Un día, Mundson le presenta a su esposa Gilda. Su sorpresa no tiene límites: fue ella precisamente quien lo convirtió en lo que es: un ser cínico y amargado. (FILMAFFINITY)
11 de marzo de 2009
14 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
Solo por contemplar a Rita Hayworth interpretando ”Amado mío” y sobre todo “Putt he blame on mame” vale la pena ver esta película, en ella Rita se hizo mito con toda justicia, que recital de sensualidad, de insinuación, de picardía, que striptease mental, solo se quitaba el guante, pero todos la desnudamos tantas veces. Aquí cimento su fama de mujer fatal que luego incrementó en La dama de Shanghai, pero fue en Gilda en donde el publico ya la adoró para siempre. Fue esta la película de Rita, se comió a todos los demás y la hizo suya. Y eso que Glenn Ford estaba estupendo y los secundarios a un altísimo nivel, pero ella se elevo por encima de todos y dejó su huella indeleble para siempre, también al revés Gilda dejó huella en Margarita Carmen Cansino, conocida además como Rita Hayworth.
Al margen de Rita la película es una maravilla una autentica demostración de cómo se hacían las cosas en el Hollywood de entonces, la fotografía, los encuadres, el extraordinario guión salpicado de diálogos memorables, de esos que ya no se hacen. Todo el ambiente que la rodea, en el que nos sumerge, huele a obra de arte. Juegos de palabras llenos de ingenio, lo que muestra, lo que deja entrever, es una delicia, todo encaja, nada desentona. El ritmo perfecto de la narración, la emoción que desprende, la tensión que se palpa, todo bien, todo en su sitio.
No cabe duda de que es un clásico, que marco una época y que dejo un recuerdo imborrable a unas cuantas generaciones de cinéfilos. Y vuelvo otra vez a Rita, muy pocas mujeres han tenido ese idilio con la cámara, pocas han sido tan queridas por la cámara, muy pocas han mostrado de manera tan rotunda su sensualidad a través de la cámara. Es además un film que no ha envejecido, el amor, la pasión pueden manifestarse de formas distintas, pero ya existían entonces, siguen existiendo ahora y seguirán existiendo mientras salga el sol, son el motor del mundo. Y también seguirá existiendo Rita, porque siempre existirá Gilda.
picais
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