Vaya por delante que la película de Daniel Monzón no me encantó, no me sumo a los numerosos elogios que ha recibido, simplemente me parece una película aceptable y en algunos pasajes buena, pero sin alcanzar en ningún otro momento calificativos superiores. Entre esa mezcla de thriller y drama, navega a veces sin tenerlo muy claro, lo cual en si no es propiamente una tara, lo que ya me parece más lacra es alguna de las situaciones, nada verosímiles, aunque bastante cinematográficas.
Todo lo que sucede en los últimos veinte minutos y especialmente el desenlace echa por tierra el tono que hasta aquel momento había mantenido, con un buen punto de partida, con una actitud muy inteligente del protagonista, con una tensión que va creciendo, brillantemente narrado, con credibilidad. Que complicado es acabar bien las cosas, no solo en el cine, sino en todos los ámbitos de la vida, cuantas situaciones, cuantas relaciones, y cuantas películas se van al traste por no tener el final adecuado. Supongo que ello va con la condición humana.
El trabajo de los actores, me refiero al de los dos protagonistas Tosar y Ammann me parece excelente, y destaco aún más a Tosar, un actor que personalmente nunca me ha gustado. Probablemente le lloverán los Goyas, pero aún así no creo que cambie de parecer.