La narración en Flashbacks es muy acertada, al contraponer los momentos felices en que ambas familias son amigas íntimas, a los que se dan a partir del asesinato de Txato. Creo que la serie, explora acertadamente los aspectos emocionales que generan el comportamiento de ambas familias, la de la víctima y la del asesino etarra.

Los diferentes flashbacks en que se nos cuenta, desde distintos puntos de vista, el asesinato de Txato, dan pie a escenas tremendas, de gran fuerza dramática, en especial la de Bittori bajo la lluvia, con su marido asesinado en los brazos, desesperada, sola, pidiendo ayuda sin que nadie conteste.

Las interpretaciones son brillantes, cada personaje muestra las formas de enfrentarse al asesinato desde las distintas relaciones que cada uno tenía con la victima y con el asesino y todos lo hacen de forma extremadamente creíble, de hecho, a mí al menos me enganchó el deseo de ver como evolucionaban emocionalmente los personajes a lo largo del tiempo.
Es evidente que no se explora las motivaciones y los motivos de los etarras ni se profundiza en la realidad de los cuerpos de seguridad del Estado que tuvieron que sufrir muchísimo durante los años en que ETA estuvo activa, y es comprensible, el autor quiere centrarse en las familias afectadas y no dispersar su atención hacia etarras o guardias civiles.

Esto se entiende desde el punto de vista narrativo, sin embargo creo que en aras de intentar ser equidistante las dos veces que se muestra a la Guardia Civil se los presenta bajo una luz fuertemente negativa algo que me parece muy injusto. Los etarras asesinaban gente inocente pegándoles tiros por la espalda o volándoles por los aires, los guardias civiles estaban ahí para intentar impedirlo. Muchos murieron durante esa lucha, sin embargo se les presenta como una fuerza opresora, cuando en realidad la mayor parte de los asesinados y muertos eran miembros de este cuerpo militar cuya misión era luchar contra la opresión de una banda de asesinos desalmados capaces de las mayores atrocidades. Si no llega a ser por la Guardia Civil Ortega Lara - que quedó tocado de por vida tras pasar casi dos años en un zulo de dos metros - habría muerto ni se sabe como. La escena del guardia civil metiéndole mano a la hija en mi opinión sobra; no digo que no hubiera, y sigue habiendo números con poca ética, pero no es ni de lejos lo normal, ni ahora ni entonces. La mayor parte son profesionales entregados cuya labor tiene escaso reconocimiento social, y que en aquellos años vieron morir a centenares de compañeros, que eran padres, hijos, maridos y amigos y cuya ingrata labor les obligaba a vivir encerrados en un fortín, sabiendo que cada día que salían a patrullar podían no volver a casa.
Entiendo que la serie quiere centrarse en la realidad de las dos familias, pero opino que no era necesario vilipendiar a la Guardia Civil incluyendo esa escena, mediante ella se insulta abiertamente a esos miles de soldados y cuerpos de seguridad que se jugaron la vida - y muchísimos la perdieron - para intentar detener a la banda criminal más terrible que jamás asoló España, y la que finalmente, tras muchísimos años de sacrificios y sangre, vencieron.