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España España · Madrid
Voto de Hugo:
9
Romance. Drama Un viernes noche, tras una fiesta en casa con sus amigos heteros, Russell visita un club gay donde a última hora conoce a Glen. Ambos comienzan entonces una relación de fin de semana, pero lo que parecía que iba a ser el rollo de una noche comienza a tener la intensidad de un shock emocional de largo alcance. (FILMAFFINITY)
3 de marzo de 2013
18 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si la semana pasada se estrenaba la maravillosa Blue Valentine, un emocionante relato sobre el enamoramiento y el final de una relación años después, en Weekend el director fija el objetivo un único fin de semana en que empieza y termina todo. Y el resultado, de nuevo, es tremendo.

En una escena clave de la película (aunque aquí absolutamente todas las escenas dicen algo importante), el personaje de Glen habla de su proyecto de exposición artística, centrado en hombres gays, y se teme que "los heteros no irán porque es algo de de gays, y los gays irán para ver culos y pollas"), y bueno, es evidente que el autor se apoya por un momento en la cuarta pared para expresar por boca de su personaje su propio miedo sobre el destino de su película. Y lamentablemente, por lo que ví en la sala y en vista de la escasa distribución, la predicción va a cumplirse. Sin embargo, esta peli merece ser vista por gente de todo tipo.

Si Brokeback Mountain era el aperitivo para un público ligeramente inquieto, hecho con elementos "seguros" y tranquilizadores (actores conocidos y guapísimos-en-plan-hollywood, escenas de sexo sutiles, breves y poco explícitas, guión centrado en el dolor que causa la homofobia más brutal para que hasta el macho ibérico más burro no pueda evitar sentir compasión), Weekend es el plato principal. Con situaciones completamente auténticas, dos personajes reales como la vida misma y totalmente cotidianos (de forma visible o no) para el espectactor urbano medio y cero maniqueísmos: ni son unos santos asexuados, ni son unas máquinas de follar insensibles, tienen el grado intermedio de pluma para no acabar convertidos en el típico payaso secundario de película romántica y/o comedia tonta (otro estereotipo "tranquilizador" para el gran público: es fácil verlos y reírse, "¡qué graciosos los mariquitas, qué chispa que tienen!" y hala, lo etiquetamos en la caja de las cosas graciosas e inofensivas y ahí se queda).

A través de la profunda, detallista y en defintiva impresionante interpretación de los dos actores principales, se desgranan todos los pequeños conflictos que una pareja puede experimentar en sus inicios, tanto los específicos del mundo gay (el problema de las demostraciones de afecto en público, el recelo a hablar de sexo abiertamente en un bar cualquiera), como los digamos universales: la inseguridad y la emoción de la primera vez con una persona nueva, el miedo a mostrar más afectividad de la que la que el otro siente, el conflicto de la segunda llamada del día después...

Los diálogos no tienen absolutamente ningún desperdicio: los personajes están constantemente expresando ideas y sentimientos interesantísimos, acerca tanto de lo más terrenal y cotidiano hasta de los termas más filosóficos y trascendentales (de nuevo el personaje de Glen expresa probablemente la inquietud del director cuando explica "los artistas cuando hablan de sus obras se vuelven gilipollas, y yo no quiero sonar así"). Es una gozada verles debatir y notar cómo la personalidad de cada uno está perfectamente construida y va en consonancia con sus opiniones. ¿Sabes cuando en una película "con mensaje" los diálogos suenan a panfleto y sus personajes son meras marionetas sin personalidad que se limitan a verbalizar las creencias que el director pretende inculcarte? Nada de eso aquí: hay ideas políticas, sí, pero todas ellas enfrentadas imparcialmente con su opuesto, sin caer nunca en el sectarismo, y siempre supeditadas a la autenticidad del personaje.

La película tiene tantos detalles (las reflexiones sobre la amistad y cómo te limitan a la vez que te dan un asidero, el tema del "cemento", la interesantísima relación con el amigo hetero de Russell, que deja entrever y da muchísimo que reflexionar sobre la naturaleza de la amistad y la franqueza en apenas dos pinceladas) que podría tirarme párrafos y párrafos desgranándola, pero en fin, acabo el rollo con un comentario acerca del final en la zona spoiler.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Hugo
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