El cine tiene 125 años de historia, Clint Eastwood lleva 60 de ellos haciendo cine, es parte de él, Clint es cine. Clint ha sacado obras maestras a chorros, por eso, cuando hace una película como en este caso "Cry Macho" hay gente que se decepciona y ataca a la obra por no ser un "Sin Perdón" o un "Los Puentes de Madison", por ejemplo.

Clint nos ha traído una película con una sencillez que te conmueve y te saca la expresión facial más tierna posible. Un relato que iría de perlas en una trilogía no oficial de la vejez junto a "Gran Torino" y "Mula", siendo esta la más floja (no es floja) de las 3.

Uno de los estandartes del clasicismo, ese es Clint, coge la historia y la pone a rodar desde el minuto 1, te presenta al personaje y no necesitas saber más. Te lleva por México de la mano en coches chatarra viendo una joya ante tus ojos.Juzga esa figura mal dibujada de lo que corresponde ser un macho, de la paternidad y de la vejez, un viaje a buen ritmo, relajado y dispuesto a entretener.

No entraría en un top suyo, esto es obvio, pero no merece ningún mal calificativo. Tiene sus defectos, como todo, una película un poco naif para lo que nos tiene acostumbrados el director y con un guión que le falta un pelín de trabajo, pero sin más.

Se mantiene como una de las películas mejor trabajadas visualmente de Clint, entretenida y agradable para pasar un rato apacible frente a la pantalla o en una sala de cine. Solo por ver a Clint con un gallo en brazos o bailando "Sabor a mi", la entrada merece cada maldito euro.