Parece ser que la compra multimillonaria de la Fox, hecha por Disney ha conseguido, hasta cierto punto (sólo es una visión personal) que el espíritu más adulto de la primera invada a la segunda a la posea de alguna manera, lo cual podría explicar los absolutamente nuevos derroteros por los que discurre esta reciente adaptación, corrigiendo los grandes errores de su predecesora.

Mulan, de Niki Caro, está muy lejos de ser una mera versión de la película animada del 98, si no que más bien puede ser considerada como una versión del poema original ( o leyenda según se prefiera), que, al igual que otros relatos populares admite infinidad de visiones. En este caso, Caro, decide abandonar los eternos amaneramientos de la factoria para componer un relato mucho más poético y a la vez obscuro y violento, que lo acerca a lo mejor del nuevo género "wuxia" (incluso sale Jet li) a la vez que lo aleja de los tópicos que han sido "fetiche" obligatorio de Disney a lo largo de décadas.

Sin los monigotes recurrentes, haciendo gracias con poca estrella, ni las estúpidas referencias a la cultura "pop", que son "marca" de la casa por antonomasia, e incluso prescindiendo de las canciones melosas adscritas a las visiones de "dibujilandia", es decir, simplemente haciendo cine de acción, con importaciones muy claras de cine de artes marciales chino en estado casi puro Niki Caro presenta una película de realización tan impecable como respetuosa con el mito que retrata, y todo ello con preciosa fotografía (incluso la meramente infográfica) y bella puesta en escena.

Por supuesto, y omitiendo los alardes acrobáticos de la protagonista, el film debe de pagar el tributo a la fe del espectador que supone llevar a imágenes en movimiento lo que hasta ahora eran palabras transmitidas o mero texto. (Ni harto de "Don Simón" se puede creer nadie que la monísima Liu Yifei se haga pasar por hombre y cuele), pero es sin duda un "peaje" a pagar si se quiere hacer una película del género en condiciones ( las de resultar rentable entre otras) y creo que los espectadores aceptamos la trampa de buen grado.

Una muy buena adaptación, con la que Disney parece redimirse, después (es una suposición) de que algún mandamás avispado revisionase los infumables disparates de la primera. ( por mucho que rechinen los dientes de algunos fanáticos de la nostalgia rancia, que al parecer olvidan que en el poema "la canción de hua Mulan" en la que se inspiran las versiones cinematográficas, no aparece ningún Dragón enano haciendo idioteces ni un grillo con gafas de sol tocando la batería): Puestos a buscar a la verdadera Mulan, dejemos el cine de Disney y leamos más.