“La jungla de asfalto” es una muy notable película de auténtico cine negro que cuenta con un sólido guión y con un reparto compuesto esencialmente por actores secundarios, donde cada uno borda su papel. No obstante, es engañosa la posición que Marilyn Monroe ocupa en la ficha técnica, pues su presencia es menor. Tampoco entiendo por qué Sam Jaffe – el anciano Simónides en “Ben-Hur” de William Wyler – figura por detrás de Louis Calhern en los títulos iniciales, pues creo que en su rol del “Doctor” está francamente inmenso. De hecho, creo que junto al inconmensurable y duro Sterling Hayden, carga con el peso principal de la trama. Un Sterling Hayden que - ¿casualidad? - rodaría siete años después a las órdenes de Stanley Kubrick la soberbia “Atraco perfecto”, con un personaje muy similar al del pistolero Dix. Incluso la obra de Kubrick parece una versión mejorada de “La jungla de asfalto”. Y digo mejorada sobre todo en cuanto a la duración, ya que en mi opinión la película de Huston es a veces demasiado densa. Éste no es un defecto grave, pero si alargas el metraje puede ser un problema.
Quizá lo mejor de “La jungla de asfalto” sea el modo en que todos los participantes se ven implicados en el robo, así como la demostración de que hasta el plan más elaborado puede complicarse hasta límites incontrolables.