No soy aficionado a las comedietas de Ben Stiller, a Owen Wilson lo tengo encasillado como pareja de Jackie Chan y jamás he entendido cómo Will Ferrell fue "fichado" por Woody Allen. Por todo ello no es de extrañar que nunca me hubiera planteado ver "Zoolander". De hecho, me decidí sólo a hacerlo cuando me la recomendaron.
Yo creía que iba a ver otra mamarrachada americana y, de pronto, me encontré con una película que dejaba el mundo de la moda, con atrevimiento, por los suelos. Simpática y con un planteamiento bastante ingenioso, "Zoolander" se ríe de todos los estereotipos de los modelos (aquí masculinos, pero que se pueden extrapolar a la mayoría de las top femeninas también): Su vanidad, rivalidad, egocentrismo, armas de seducción innatas con un cerebro ínfimo, incultura - hablan igual que Sofía Mazagatos -, maniqueísmo, vulgaridad con tapadera de glamour...(lo de entrenar las miradas es ya el colmo; verdad de la buena, como decía un slogan publicitario).
Le subo la nota a Ben Stiller porque está bien como protagonista y hay que reconocer que se lo ha currado como director: Osadía, numerosos cameos de músicos, actores y famosos de las revistas - incluso Milla Jovovich, Claudia Schiffer y Heidi Klum apoyan su esperpéntica visión de las pasarelas - y una magnífica banda sonora compuesta por temas ochenteros son argumentos suficientes para no dar un simple suficiente a esta entretenida parodia del mundo de los diseñadores y sus "marionetas".
Y Christine Taylor - no recuerdo dónde la he visto antes, pero la confundía con Alicia Silverstone - podría haber interpretado perfectamente a una modelo (muy guapa, con y sin gafas)