"Harry el sucio" es para mí el ejemplo más genuino del género policíaco. ¿Cuántas películas posteriores han tratado de hacer de su protagonista un agente efectivo que usa métodos poco ortodoxos para imponer la justicia? Pues bien, todas, sin excepción, han sido pretenciosas imitaciones de este clásico, donde Clint Eastwood realiza uno de los mejores papeles de su carrera como actor. El encañonamiento de su Magnum, acompañado de la frase mítica que hace dudar a los delincuentes sobre cuántas balas ha disparado, son historia del cine.
La dirección de Don Siegel es portentosa en el ritmo. Muchos deberían aprender de él. Incluso en escenas livianas no hay lugar para el aburrimiento, nunca decae por muchas veces que la veas y desgraciadamente su crítica contra el sistema aún no ha mejorado.
Además, tiene uno de los asesinos más odiosos de la historia del cine. Malo, malo, pero malo hasta el final, pese a que conocemos su identidad muy pronto sin lugar al misterio. Pero lo mejor de él (o peor, según como se mire). es que es Inteligente, no duda en aprovechar las lagunas legales a su favor y pone al mismísimo Clint contra las cuerdas.
Mi nota: 9,6