Malcolm in the Middle es una serie gamberra, de un humor pocas veces visto en otras series, divertida y graciosa, capaz de hacernos reír al menos unas cinco o seis veces por episodio, y eso es algo que no todas las series consiguen.

Malcolm in the Middle no destaca por ser una serie brillante, no lo es y no lo necesita. Sus guiones no destacan demasiado por encima de otras series, pero si que son mejores que muchas otras que ya quisieran parecerse a esta. Los guionistas consiguen crear una historia divertida, con situaciones irónicas y a veces surrealistas que divierten y te hacen reir, lejos de las típicas series americanas con familias adineradas en donde todo es de color de rosa

En Malcolm in the Middle, los personajes son gamberros, son una familia que, pese a quererse, ni se respetan ni se apoyan unos a otros, de hecho ni siquiera se aguantan. Lois es una madre excéntrica, que siempre está enojada y a la que sus cuatro hijos vuelven loca continuamente. Hal es un padre algo calzonazos y un poco loco, y Bryan Cranston consigue sacarme una sonrisa cada vez que le veo poner esas caras de desquiciado que tanto me gustan. Y los hijos son cuatro chavales gamberros, mal hablados, que no dejan de putearse entre si, o a los demás, según les convenga. Francis es el mayor y, de algún modo, el más gamberro de todos, aunque al final experimenta un cambio extremo hacia la madurez. Reese, Malcolm y Deewey son un trio perfecto, cuyas trastadas provocan la risa inmediata de quien sea testigo de ellas. Son personajes muy estereotipados pero es que si no fuera de esta manera, no tendrían la gracia que les precede.

En definitiva, esta es una comedia sucia, gamberra, divertida y, sobre todo, diferente. Una de las mejores series de la televisión, y probablemente la familia más divertida de la misma, con permiso de Los Simpsons.