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Voto de Joan Ramirez:
4
Drama Georges y Anne, dos ancianos de ochenta años, son profesores de música clásica jubilados que viven en París. Su hija, que también se dedica a la música, vive en Londres con su marido. Cuando, un día, Anne sufre un infarto que le paraliza un costado, el amor que ha unido a la pareja durante tantos años se verá puesto a prueba. (FILMAFFINITY)
25 de marzo de 2013
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Pareja de ancianos intelectuales, antes dedicados a la enseñanza de la música, vive con holgura y envidiable comodidad en su buen piso del centro de París. Y digo “buen piso” porque… bueno, al fin y al cabo, les cabe un piano de cola. Conozco muy bien a quien ha de poner la armónica en vertical. Y nada… así hasta que ella se escacharra, que es pronto.

El resto, es lo que le gusta a Haneke: fría intelectualidad y abundar en algún tabú, en este caso, enfermedad, muerte, vida privada y mujeres que se bajan las bragas. En fin, nada nuevo: ya lo hizo en “La Pianista” hace más de diez años cuando la Huppert, en un acrisolado fragmento del film, aunaba casi todos los elementos antes mencionados: la pudimos ver en la cabina de un sexshop excitándose en la aspiración profunda de los vapores emanados por un Kleenex empapado en desconocido semen. Aquí, si gustan, podrán ver a una octogenaria en bolas, con la tiritona neurodegenerativa, siendo duchada por una asistenta.

Miren, yo he visto “Amor” porque me encanta Trintignant. Por Trintignant me he tragado rollos macabeos como “Mi noche con Maud” (1969). Si a usted le gusta este actor francés, si peina usted ya canas y el galo le ha acompañado en su trayectoria de espectador, vaya a ver “Amor” y disfrute, porque, para mí, el placer se acaba ahí.

“Amor” no descubre nada. Poner a una viejecita en pantalla, hojeando su álbum de fotos y diciendo “qué bonita es la vida” me parece insultante y prácticamente me pone a reclamar el dinero de la entrada.

En fin… que al salir del cine sólo se me ocurrió un modo de exorcizar la decepción: silbar la melodía de “Un hombre y una mujer” (1966). ¡Eso sí que es amor!
Joan Ramirez
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